Opinión de Antonio Palomo: SHE & THEM

Interporc junto a la revista Yo Dona organizó el 18 de octubre un acto para impulsar el liderazgo de la mujer dentro de nuestro sector titulado #MujeresSectorPorcinoYD”, que quiero compartir en esta columna de opinión por considerarlo relevante, tanto por su destacada actualidad como, sin duda, auguro, por su futuro. Considero eximio la integración de las mujeres en la vertebración del sector porcino para aportarle valor, como ya vienen haciendo muchas compañeras en toda la cadena de valor, desde las granjas a la mesa, pasando por las industrias cárnicas. No olvidemos que, si el campo no produce, la ciudad no come, para lo que es preciso fijar población en el medio rural. Recordamos como nuestro sector ya tiene un 43% de su empleo centrado en el género femenino y, estoy convencido de que superará el 50% en breve, abundando en la igualdad. Al tiempo creo notorio que esto se consiga con equidad, es decir, en dar a cada persona lo que merece en función de sus condiciones y méritos, cualidad que consiste en no favorecer en el trato a una persona perjudicando a otra, sea del género que sea. Veamos el ejemplo de la actriz norteamericana Meryl Streep al ganar, a sus 74 años, por méritos propios, el Premio Princesa de Asturias de las Artes que suma a sus tres Oscar, siendo la actriz con más nominaciones (21). Meryl dijo que la belleza y el atractivo no se basan en un número, sino en la inteligencia, el sentido del humor y con cuánto interés y curiosidad ves la vida. Dedico esta columna a todas las personas, mujeres y hombres, que así lo entienden. También es conocida su reflexión en la que mencionaba que la falta de respeto incita a la falta de respecto, la violencia incita a la violencia, de forma que cuando los poderosos utilizan su posición para humillar perdemos todos. Declaro estar horrorizado por la guerra en Tierra Santa.

En la mesa de debate, bajo el título “Innovación y Talento Femenino”, intervinieron cuatro mujeres sobresalientes, en diferentes facetas, como fueron Isabel García Tejerina – Ex ministra de agricultura, Margarita Rico – Investigadora de la Universidad de Valladolid, Inmaculada Cánovas – directora general Adjunta de Cefusa y Marta Llorente – ganadera- empresaria de porcino. Destacaron como somos el primer país exportador de carne de porcino del mundo a más de cien países, por lo que, considerando que los mercados internacionales son muy competitivos, significa que nosotros hacemos las cosas bien y somos un sector dinámico y profesional. El 60% de lo que producimos lo exportamos, aumentando en estos años tanto en volumen como en valor, llegando en estos momentos a un montante de 8.000 millones de euros anuales. Por lo tanto, nos conminan a que lo valoremos en su junta medida, nos lo creamos y aprendamos a vendernos mejor. Sin duda, es el fruto del trabajo y constancia de muchos años, donde la mujer viene jugando un papel esencial. En casa de mis Padres, como en la mayoría de los hogares rurales del siglo XX, era mi Madre, a quien yo ayudaba diariamente, quien atendía los cerdos mientras mi Padre hacía las labores del campo. Ambos trabajaban de sol a sol, siendo el germen de la impresionante evolución de nuestro sector en lo que va de siglo, pasando de ser el último al primer país productor de cerdos de la Unión Europea desde su formación a la actualidad. Considero que este nivel de exigencia debemos mantenerlo y, en todo lo que sea factible, mejorarlo, para continuar en el pódium.

Además de ser el primer país productor europeo, también nos posicionamos como lideres por nuestra eficiencia productiva y sostenibilidad ambiental, económica y social. Estamos en un sector hegemónico donde la seguridad alimentaria es troncal, como lo son la sanidad animal y su impacto en la salud humana, el bienestar animal y la bioseguridad. Y en el mismo, la mujer es uno de los pilares esenciales del desarrollo de las granjas que están en el medio rural, consiguiendo fijar población en el mismo. Nuestro sector requiere, cada vez más, de mano de obra cualificada, encontrándonos como dicha formación, hoy, es superior en mujeres que en hombres. Bien sabemos los profesores universitarios como desde hace una década, el número de alumnas supera el 80%, lo que significa que tenemos talento en las mujeres jóvenes que, sin duda, o al menos eso pienso, son esenciales para el futuro de nuestro sector porcino en cualquiera de sus eslabones. No obstante, actualmente solo ocupan el 18% de la titularidad de las explotaciones porcinas frente al 28% en el sector ganadero en general. Entiendo que el relevo generacional de la próxima década va a ser un punto de inflexión en todos los planteamientos que nos estamos haciendo. Bien está demostrado sociológicamente que las mujeres tienen una participación clave en la esfera social y mayor sensibilidad medioambiental y espíritu innovador. Considero que la mentalidad de la base social del sector ha cambiado mucho en los últimos años para con el género y tan solo es preciso demostrar la valía que se supone a dicho talento para continuar ocupando puestos a todos los niveles y escalafones de los innumerables puestos de trabajo que la industria porcina dispone y genera. Considero que hacer referencia a expresiones que cuentan con ejemplos redundantes de agravios comparativos entre masculino y femenino no es más que un pleonasmo que no nos aporta nada ni nos deja continuar avanzando, además de enfrentarnos. Uno de los modelos filosóficos es la tensión de los opuestos, pero también su sinergia, en la que creo firmemente.

No es menos cierto que este sector ambicioso y posibilista tiene retos para las mujeres, lo cual siempre es bueno. Algunos de los desafíos destacados en el acto fueron la necesidad de incrementar la formación específica que se demanda, la creación de nuevas alianzas, mejorar la imagen del sector y de las mujeres en el mismo visualizándolo, continuar digitalizándolo y automatizando las granjas, así como mejorar los servicios e infraestructuras de las zonas rurales y la flexibilidad de horarios para compatibilizar la vida laboral con la familiar. En síntesis, desde mi punto de vista, y viendo la incorporación de las mujeres con muy diferentes perfiles en toda la cadena de valor alimenticia que, sin duda, tiene muchos atractivos, no es diferente a la liza de otros muchos trabajos y en otras tantas profesiones. Me avengo a que sabremos hacerlo entre todos. Lógicamente, nuestro sector tiene una particularidad que, entiendo atractiva por disponer como base territorial el medio rural – campo ligado a la agricultura, donde la calidad de vida ligado al bienestar supera al medio urbanitas, para lo cual es preciso saldar la barrera que hoy encontramos entre ambos mundos, al tiempo que concienciar a los consumidores de la permeabilidad y transparencia de nuestro trabajo, basado en sus prioridades ambientales, de bienestar, nutricionales y tecnológicas.

“No se si en la diplomacia es importante el sentido del humor, pero en la vida sí. Hay que buscarle la vuelta hasta lo más serio” – Julissa Reinoso – Abogada y Embajadora de Estados Unidos en Es.

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