Fortalezas y debilidades actuales de la acuicultura marina

La acuicultura marina en España reúne a diversos subsectores bien diferenciados por tratarse de varias especies y sistemas de producción, moluscos (mejillón, ostra y almeja) y peces (dorada, lubina, corvina y rodaballo). Los primeros se producen en bateas, líneas flotantes y parques de arena, y los segundos en corrales marinos, estanques extensivos de tierra y estanques intensivos de obra.

La producción del mejillón, la más importante en volumen con unas 200-250 mil toneladas anuales, está muy consolidada y reporta ingresos de 90-126 millones de euros y beneficios de entre 38 y 88 M€ anuales.

Entre los peces destacan dorada y lubina, con unas 16-17 mil toneladas anuales de cada especie, y unos ingresos totales cercanos a los 200 millones de euros. Debido a la crisis económica de los últimos años, la rentabilidad de la piscicultura marina ha sido negativa, pero a partir del 2014 se ha incrementado el valor de las ventas y el beneficio ha alcanzado los 11 M€ (Encuesta Económica de Acuicultura, MAGRAMA).

La producción de peces marinos presenta importantes fortalezas, como su gran aceptación en el mercado, con un déficit de 8-10 mil toneladas, la existencia de sistemas de producción adecuados, un elevado conocimiento científico-técnico y posibilidades de expansión, pero cuenta con algunas debilidades importantes, que se pueden agrupar en aspectos administrativos, comerciales y técnicos.

Entre los administrativos destaca la complejidad de los procedimientos administrativos, la falta de una ordenación de los espacios productivos y la existencia de múltiples tasas y cánones, y entre los comerciales, la competencia no equitativa con terceros países, y un etiquetado inadecuado que impide al consumidor identificar correctamente el origen y frescura del pescado (www.apromar.es).

La reciente creación de la marca “Crianza de Nuestros Mares” intenta paliar esta situación. La incorporación de la fecha de sacrificio y caducidad en la etiqueta, junto al desarrollo de nuevos productos transformados, también podría ser positiva para recuperar la confianza del consumidor e incrementar la demanda.

El estancamiento de la productividad de dorada y lubina durante los últimos años, puesta de manifiesto recientemente en varias reuniones sectoriales españolas y europeas, constituye el grupo de debilidades técnicas. Los indicadores productivos principales, crecimiento, mortalidad y eficiencia alimentaria no han mejorado en los últimos 10-15 años, originando junto a la crisis económica, una baja rentabilidad de las granjas marinas.

Entre las posibles causas se han apuntado la calidad de los alevines, los ingredientes vegetales de los piensos, el manejo del alimento, el estado sanitario y los escapes, siendo necesaria una optimización de la tecnología de la producción, que incluya la selección de reproductores y la mejora genética para reducir el periodo de crecimiento (hasta 12-14 meses), y junto con una mejora de la salud intestinal y óptimo manejo del alimento mejorar el índice de conversión (hasta 1,4-1,8). Asimismo sería necesario mejorar las estrategias de manejo del stock, desarrollando modelos de crecimiento para cada planta, sistemas de estimación de biomasa, desdobles y clasificaciones.

En definitiva, la piscicultura marina española requiere un cambio de paradigma que la considere sector estratégico basado en la economía del conocimiento, en la innovación y en la colaboración entre administración, empresa y ciencia.

Miguel Jover Cerdá.
Grupo de Acuicultura y Biodiversidad.
Instituto Universitario Ciencia y Tecnología Animal. Universitat Politècnica de Valencia.