VACUNAS & SALUD

El año 2020 empezó con un grave problema mundial de origen sanitario y en sus postrimerías se vislumbra una gran esperanza resolutiva como es la vacuna frente al virus responsable de la misma. El desarrollo de las vacunas frente a Covid comenzó con la identificación de 194 antígenos, llegando hasta el momento a las pruebas preclínicas tan solo 87, 54 a la fase I de desarrollo, 17 a la fase II y tan solo 13 a la fase III, teniendo claro que llegarán a registro alguna menos. Sin duda es un intenso proceso selectivo en una gestación de nueve meses que nos puede hacer pensar que estamos a punto de dar a luz a la solución, una vez estemos vacunados un porcentaje significativo de la población mundial, que algunos llaman “inmunidad de rebaño” y que quizás sea más apropiado denominar “inmunidad poblacional” o “protección de grupo”, salvo que algunos piensen que somos rebaño vs personas, como en muchos casos parecen querernos así tratar desde los ámbitos políticos para una más fácil manipulación. Decía Leipniz que el consciente humano se pierde en dos laberintos, el del mal y el del continuo. Me pregunto cuál de los dos será, o quizás ambos.

Tampoco estaremos exentos de las voces disonantes en cuanto a las opiniones, muy respetables, de los movimientos en contra de las vacunas, que solo deseo no falten demasiado a la verdad. Atención especial debemos poner, desde mi punto de vista, al “efecto pirámide”, basado en que en la base de la misma estarían la gran mayoría de personas beneficiadas por el efecto positivo de la vacunación, que termina por no percibir u olvidar en el tiempo las ventajas de la misma (efecto dilución), viéndose sobrepasados por esa minoría que estaría en la cúspide de la pirámide que perciben ciertos riesgos, y que son los que más alzan la voz, desatando el pánico en los medios de comunicación – redes sociales. Es aquí donde pienso que la formación es tanto o más importante que la información, lo que nos permite discernir el trigo de la paja. Bien sabemos que ninguna vacuna tiene un 100% de eficacia, como que podemos observar algunos efectos alérgicos adversos, que también se dan en antibióticos (penicilina, cefalosporinas), metales (niquel en joyas de oro bajo), plantas (polen), cosméticos e incluso en alimentos (frutos secos, gluten, lactosa). Debemos evitar poner el foco en los falsos riesgos, sin obviarlos, ya que pueden eclipsar el reto de detectar los verdaderos. Se trata de eliminar muchos prejuicios transmitidos y poner en valor la vacunología como ciencia del siglo XXI, o lo que es lo mismo, ser coherentes investigando los problemas y encontrando las evidencias. Los trabajos científicos publicados en el año 2000 relacionados con vacunas fueron el doble que los de 1990, siendo su evolución exponencial en estas últimas dos décadas. Decía la OMS que la vacunología a comienzos de este siglo se caracterizaría por la aparición de enfermedades infecciosas emergentes, la desigualdad de los calendarios vacunales entre países industrializados y en vías de desarrollo, el incremento de los fenómenos migratorios y los progresos en las nuevas tecnologías del desarrollo de vacunas. Sin duda, dieron en la diana en todos ellos. Me preocupan especialmente cómo van a llegar las vacunas a los países más desfavorecidos, véase África y sudeste asiático, y la sensatez a la hora de primar la salud a otros intereses, sin ir más lejos comprobando la disparidad de programas vacunales que se aplican en distintas comunidades autónomas en nuestro país. Más del 85% de los 3 millones de fallecimientos a nivel mundial en 1999 por Tuberculosis, Tos ferina, Tétanos y Sarampión tuvieron lugar en esos países en vías de desarrollo donde las vacunas no llegaron.

En sanidad decimos que “las vacunas no salvan vida; la vacunación, si”. Bien lo sabemos en nuestras granjas, donde cualquier fallo por omisión en el proceso de vacunación nos crea ventanas inmunitarias que pagamos caro. El proceso de vacunación debe ser una tarea considera esencial, prestándole la máxima atención tanto en el momento adecuado como en el procedimiento recomendado y no dejando ningún individuo sin vacunar. Aquí está la salvedad de evitar la vacunación en individuos con alguna patología antagónica al proceso de inmunización, individuos con problemas alérgicos si se conocen o con el sistema inmune deprimido.

Las vacunas salvan millones de vidas cada año y constituyen una de las medidas más efectivas en salud pública, proporcionando beneficios no solo sobre la prevención y control de enfermedades, sino también sociales y económicos. En la Asamblea Mundial de la Salud se elaboró el Plan Global de Acción en Vacunas (GVAP) para el periodo 2011-20 que reconoce la importancia de las vacunas y ratifica que generalizar la vacunación es avanzar en bienestar global. Si nos vamos al campo de la Veterinaria, ya en 1963 el Dr. Joachim Fechner en su libro “Vacunas y vacunación de los animales domésticos” (Alemania) decía que las vacunaciones preventivas persiguen la meta de lograr para el vacunado el más alto grado de inmunidad, caracterizando la misma como un tipo de reacción desviada, que hace ineficaz desde el punto de vista clínico al antígeno patógeno. Remontándonos al siglo XVIII con el descubrimiento de la vacuna frente a la viruela de donde procede el término de vacuna (del latín vacca de vaca – vaccinia al inglés vaccine), y posteriormente a comienzos del siglo XIX el médico José Celestino Mutis le escribió al Virrey Pedro Mendinueta acerca de la vacuna de la viruela (material necesario en el proceso de la vacunación – corpus histórico de la Real Academia Española) mencionándole “el descubrimiento de tan precioso preservativo”. Y aquí lo tengo claro, que un preservativo no es una buena vacuna, pero una buena vacuna si es un eficaz preservativo.

Esta columna de opinión sale el mismo día que se celebra el sorteo de la lotería de Navidad, también conocido como el Día de la Salud, momento deseado por muchos y obtenido por pocos para “tapar agujeros o acaudalarse”, sabiendo que al final del día la frase más repetida será “lo importante es que tengamos salud”. Conociendo de la aprobación por los organismos internacionales de las primeras vacunas frente al Covid, quiero desearles SALUD y SUERTE, en ese orden, por sus siglas SS – Seguridad Social. Como bien decía Schopenhauer en su tratado de Eudemonología: las nueve décimas partes de nuestra felicidad se fundan en la salud.

¡FELIZ NAVIDAD!

“Demasiado juego para ser una ciencia y demasiada ciencia para ser un juego” – Gottfried Wilhelm Leibniz (1946-1716) – Estadista, filósofo y matemático alemán considerado como uno de los mayores intelectuales del siglo XVII

Por Antonio Palomo Yagüe – ADM SETNA