Uso responsable de antibióticos, normativas, perspectivas y alternativas (II)

Como finalizábamos la primera parte del presente trabajo, hoy nos encontramos ante la segunda transición, ya que el objetivo es minimizar el uso de antibióticos como profiláctico y centrarlo en su uso terapéutico, a ser posible de forma individual, evitando los tratamientos colectivos. Para ello, se está aumentando en control de las recetas de piensos medicamentosos, donde la receta electrónica va a tener un papel fundamental.

Por otro lado, la presión sobre el control de la contaminación cruzada en las fábricas de piensos va a acelerar la reducción de su uso, ya que, para conseguir un 1% máximo de transferencia de un pienso medicamentoso a uno que no lo es, exigirá a los fabricantes una serie de medidas que se verán reflejadas en una menor producción de dichos piensos, obligando, en ciertos casos, a abandonar su producción y a la creación de fabricantes especializados.

Aunque la presión de la reducción del uso de antibióticos viene por muchos frentes (Distribución, Consumidores, Políticos), son las instituciones sanitarias las que están liderando el proceso, ya que tan solo en la Unión Europea se estiman 25.000 muertes al año por infecciones hospitalarias. En España, la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) ha trazado el plan estratégico de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de la resistencia a antibióticos. Dicho plan se inició en 2014 y se prolongará hasta 2018, implicando a cinco ministerios, con 24 grupos de trabajo, y estableciendo medidas tanto en medicina humana como en salud animal. El plan tiene seis líneas estratégicas, 1) Vigilancia del consumo y de la resistencia a los antibióticos, 2) controlar las resistencias bacterianas, 3) identificar e impulsar medidas alternativas y/o complementarias de prevención y tratamiento, 4) definir prioridades en materia de investigación, 5) formación e información a los profesionales sanitarios y 6) comunicación y sensibilización de la población en su conjunto y de subgrupos de población.

Como ejemplo de lo que está sucediendo, tenemos el caso de la colistina (de amplio uso en tratamiento de enfermos críticos en hospitales). Se descubre en China que existe un mecanismo de transferencia horizontal de resistencia en la E.coli (Gen MCR-1). Automáticamente, se inician las indicaciones para reducir su uso lo antes posible, excluyendo de sus indicaciones, su uso profiláctico o de mejora de la producción, así como indicaciones para cualquier otro patógeno, distinto de E.coli. Además, debe confirmarse la presencia de la enfermedad en el rebaño antes del tratamiento metafiláctico, limitando la duración del tratamiento a 7 días. Todas estas limitaciones han hecho que la fabricación de piensos medicamentosos basados en dicho antibiótico haya prácticamente desaparecido.

Más reciente todavía, el Comité de Medicamentos Veterinarios de la Agencia Europea de Medicamentos (CVMP) en su reunión del mes de diciembre de este mismo año, ha adoptado la decisión de recomendar la retirada de todas las autorizaciones de comercialización para los productos que contienen Óxido de Zinc destinados a animales productores de alimentos. Dicha recomendación se basa, fundamentalmente, en que su uso continuado parece acelerar también la aparición de resistencias hacia diferentes antibióticos.

A la vista de los acontecimientos que se están sucediendo en el sector, hay que buscar alternativas a los antibióticos. Dichas alternativas pasan por adoptar diferentes estrategias, mejorando la bioseguridad, la potabilización del agua de las granjas, la mayor importancia de las vacunaciones, mejoras en el manejo y en el bienestar animal y modificaciones nutricionales.

Entre las modificaciones nutricionales que se barajan, está la de adaptar aún más el perfil nutricional del pienso a la edad del animal, lo que conllevará un aumento del número de piensos, la reducción general de los niveles de proteína, cuidar la calidad de las materias primas, jugar con la estructura física del pienso, el tamaño de partícula, los tipos de fibra y con la tecnología de fabricación, y el uso de aditivos de tipo eubiótico.

Los aditivos eubióticos son productos que ayudan a mantener un adecuado balance entre bacterias deseables y patógenas en el tracto digestivo de los animales, evitando disbiosis. Existen diferentes mecanismos de actuación, como la acción selectiva a microorganismos patógenos, la promoción de poblaciones deseables, bien por la inclusión de microorganismos deseables, como por la promoción de poblaciones endógenas, así como el fortalecimiento de la protección endógena del animal. Entre los eubióticos más conocidos y con efectos positivos contrastados, se encuentran los ácidos orgánicos de cadena corta, los probióticos, los monoglicéridos de ácidos grasos de cadena media, los aceites esenciales, los prebióticos y combinaciones de todos ellos.

Como conclusión, nos encontramos en una transición hacia una nueva forma de entender la producción animal, donde los tratamientos antibióticos preventivos colectivos van a desaparecer, dejando únicamente los tratamientos curativos, a ser posible individuales, y donde será necesario trabajar más en la prevención. Para afrontarlo, hay que continuar y profundizar en la bioseguridad en general y adoptar estrategias nutricionales que prevengan la proliferación de agentes patógenos.

 

Mario García Jiménez. 

Ingeniero Agrónomo

3F Feed & Food.