Tribuna informativa – Semana 51
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Donald Trump ha puesto, metafóricamente hablando, “a la zorra a cuidar del gallinero”
Por una parte, leyendo con atención muchas de las declaraciones efectuadas por Sr. Trump, a lo largo de la durísima campaña electoral que le llevó a la Casa Blanca, se debe necesariamente colegir que EE.UU. va a seguir, en prácticamente todos los sectores de actividad económica, pero muy especialmente en la agricultura, la senda de una política altamente proteccionista (no se olvide aquí que un porcentaje muy importante de los votos cosechados por el Sr. Trump han procedido de los estados agrarios del centro de EE.UU.; estados básicamente blancos y muy unidos a sus tradiciones).
Por otra parte, como es bien conocido, el Sr. Trump ha llegado a cuestionar la veracidad del cambio climático y durante su campaña electoral se mostró partidario de no secundar los acuerdos tomados y firmados por 170 países en la Cumbre de Paris del año 2015, amén de asegurar que EE.UU. no seguirá aportando fondos a las Naciones Unidas para financiar temas que estén relacionados con el cambio climático
Pues bien, con estos antecedentes no nos debe sorprender demasiado que el pasado día 8 de diciembre el Sr. Donald Trump, anunciara que elegía al Sr. Scott Pruitt para ser la persona destinada a presidir y dirigir la Agencia de Protección Medioambiental (EPA). Este nombramiento habrá de ser confirmado por el Senado.
El Sr Pruitt, una figura a la que se la considera muy cercana a las empresas petroleras, es el fiscal general de Oklahoma, desde cuyo cargo ha combatido reiteradamente a la EPA. Se trata de una persona que se ha declarado oficialmente negacionista respecto del cambio climático, además de ser un fuerte opositor a las leyes que pretenden regular el tema medioambiental; también ha acusado a la EPA de exceder, a la hora de fijar las regulaciones medioambientales, los límites que marca la Constitución y ha afirmado que los norteamericanos están cansados de tener que soportar las “regulaciones innecesarias” promulgadas por la EPA.
Las reacciones contrarias a esta designación no se han hecho esperar; grupos ecologistas no han dudado en expresar su indignación; algunos líderes del Partido Demócrata ya han puesto de manifiesto la falta de idoneidad del Sr. Pruitt para el cargo y el propio Sr. Sanders, ex candidato presidencial por el Partido Demócrata, lo ha atacado duramente.
En definitiva, el Sr. Trump ha puesto, metafóricamente hablando, como dice un viejo adagio nuestro, “a la zorra a cuidar del gallinero”.
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Los abonos NPK de mezcla o blending
Siempre se ha considerado que los abonos NPK complejos garantizaban una significativa mejor distribución de los nutrientes que los abonos NPK de mezcla o blending. Un ensayo de campo, dirigido por el Dr. Luís Márquez, ha confirmado este aspecto que tiene unas importantes consecuencias económicas para el agricultor. El problema radica, a la hora de tomar la decisión de elección, en que el blending es más barato que el abono complejo.
Los abonos NPK de mezcla se componen de un conjunto de materias primas con diferentes densidad y forma. Ello determina que, durante los procesos de transporte y de manipulación, se genere lo que es conocido como la estratificación de los componentes; es decir, las partículas que son de menor tamaño y más densas van a parar a la parte inferior de la mezcla, mientras que las de mayor tamaño permanecen en la parte superior de la misma.
El resultado de la mencionada estratificación es que, a la hora de proceder al abonado práctico, se produce una marcada heterogeneidad en la distribución en la superficie implicada a causa de las diferentes densidades y granulometrías. Ello determina, como es lógico, problemas por los efectos de una fertilización inadecuada (se localizan zonas con defecto y zonas con exceso de fertilización). Esto prácticamente no ocurre con los abonos NPK complejos, porque, en principio, cada grano tiene la misma composición.
Como consecuencia de lo expuesto el blending genera, hablando en términos medios, un descenso en el rendimiento del cultivo afectado (las zonas que reciben menor cantidad de abono de la recomendada ven reducida su producción; las zonas que reciben un exceso de fertilizante pueden producir más, pero dependiendo de las características del suelo y del cripto y del macro clima.
En el mencionado estudio se estima que una parcela abonada con blending produce, como mínimo, un 4,5 por 100 menos que la misma parcela abonada con el NPK complejo. Por esta razón, se concluye algo muy importante: aunque la inversión inicial es menor, con los precios actuales, la utilización del blending acaba siendo generalmente, menos rentable para el agricultor que si utiliza el abono complejo.
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Una plaga: los robos en el medio rural
Lamentablemente, este es un hecho que, en lugar de amainar, va en aumento a medida que pasa el tiempo, como se puede constatar echando un vistazo a la prensa local de las distintas comunidades autónomas; el mismo viene a unirse (a sumarse) a las muchas dificultades que han de superar, día sí y día también, nuestros agricultores y ganaderos, como pueden ser, a título de ejemplo, las inclemencias climáticas.
Las reformas que se van afrontando en el código penal no han tenido en absoluto, hasta el momento, los resultados cabía esperar.
Es cierto que en la legislación penal española se incorpora, por la sustracción de productos agrarios o ganaderos o de los instrumentos o medios que se utilizan en su obtención, un delito, la figura del hurto agravado, que será sancionado con una pena de uno a tres años de prisión. Paralelamente, también se considera un delito de hurto agravado, sancionado con la misma pena, la sustracción de conducciones, cableado, o equipos de suministro eléctrico, de hidrocarburos o de telecomunicaciones.
También queda contemplada la compra de bienes robados, que está penalizada con condenas que oscilan entre uno y tres años de prisión.
Por fin, queda recogida la multirreincidencia, que se considera un tipo agravado aplicable a los delincuentes habituales, que anteriormente eran condenados por faltas de hurto. En la actualidad, pueden ser condenados por un delito de hurto agravado, castigado con penas de uno a tres años, cuando ya hayan sido condenados por tres delitos patrimoniales.
A pesar de todo ello, en los últimos meses, como se ha indicado, los robos en el medio rural no han menguado, sino que han aumentado (lo cual puede ser un ejemplo más de cuál es la realidad socioeconómica del país; como ejemplo, un botón: según el último informe UNICEF, demoledor por cierto, uno de cada tres niños españoles está en riesgo de pobreza y exclusión social).
Ante esta situación, sindicatos, agricultores y ganaderos no se cansan de reclamar más seguridad en el campo. A los hurtos habituales de productos, tanto agrícolas como ganaderos, del cobre de los transformadores y de los aspersores; de pastores eléctricos; de cercas; de maquinaria, de ganado y de gasóleo se une, como ha denunciado ASAJA Palencia, el de los GPS de los tractores (esta denuncia se une a las otras muchas que se han registrado, a lo largo del presente año 2016, en otras regiones de España como, por ejemplo, Valencia [cítricos], Andalucía [aceitunas], Almería [invernaderos], Castilla y León [ganado ovino], etc. etc.).
Obviamente, es totalmente cierto que se debe incrementar realmente la vigilancia en el campo (una vigilancia efectiva, que no ponga en riesgo ni las fuerzas de seguridad ni a sus familias) pero, paralelamente, hay que afrontar un control cierto y un desmantelamiento profundo de los muchos puntos de venta existentes que trafican con el material robado.
Sin duda, se trata de un tema de una gravedad cierta, que exige soluciones urgentes, eficientes y eficaces.
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Explotación ganadera con matadero propio
Lo que ya lleva un tiempo funcionando en otras regiones de la Unión Europea también se está implementando en nuestro país.
Así, una explotación dedicada a la producción de ganado ovino y ubicada en Cataluña, concretamente en Prats de Lluçanes, ha aplicado ya el principio de los “mataderos de proximidad para ovino y caprino” (que está considerado dentro del “Plan de recuperación del ovino y del caprino” de Cataluña) y ha puesto en marcha un pequeño matadero en la propia finca. Obviamente, el mismo, para poder garantizar su viabilidad formal, ha de cumplir, de la forma más sencilla y eficaz posible, todo lo que demanda el correspondiente marco normativo comunitario. El objetivo es el de sacrificar exclusivamente (detalle clave) el ganado producido de la propia explotación.
En este caso, con una clara visión de ahorro de costes, se ha estructurado partiendo de una caja isoterma de un camión que iba al desguace. De esta forma, por una parte, se simplifica un proceso generalmente tedioso (para los pequeños productores, el sistema tradicional de ir a matadero les suele generar el problema el desplazar a los animales y una notable dificultad para poder afrontar la venta directa o para establecer un circuito comercial corto; por ejemplo, la venta de las canales de sus corderos a los carniceros).
Esta iniciativa, basada en el matadero de proximidad, no sólo permite a la explotación dinamizar su actividad económica y regularizar mejor sus flujos de caja, por ejemplo; también le supone la posibilidad de poder obtener un valor agregado o añadido, que antes iba a parar a otro eslabón de la cadena.
Además, esta actuación permite a la explotación llevar a término una serie de acciones comerciales directas, basadas en la imagen, la calidad y la confianza; es decir, dando directamente una respuesta propia, en los casos de pequeñas explotaciones (básicamente familiares), a los parámetros de exigencia de sus clientes.
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En 2017, las partidas presupuestarias dedicadas a Educación y Sanidad en España crecerán menos que el PIB considerado
Parece que no es fácil de entender y, sobre todo, es complejo de asumir la política macroeconómica del actual Gobierno de España, aunque, ciertamente, no le queda más remedio al Ejecutivo que ir a reducir drásticamente, si puede (que con la actual estructura de nuestra política macroeconómica difícilmente va a poder, porque aproximadamente un 73 por 100 del Presupuesto del Estado tiene carácter de “indisponible” [es decir “no tocable”] gracias, fundamentalmente, al complejo y económicamente altamente ineficaz entramado administrativo que supone nuestro modelo autonómico). Ello significa, ni más ni menos, que, desgraciadamente, una parte muy importante del actual Presupuesto del Estado tiene un carácter eminentemente financiador de otras administraciones públicas.
Y, como no tenemos suficiente dinero para “financiar esta macrofiesta”, el Estado, que tiene una mayor y una mejor accesibilidad a los mercados financieros, amén de más credibilidad que las otras Administraciones Públicas, se sigue endeudando año tras año (porque no se genera suficiente riqueza neta, claro está) y, por ello, pagando un elevado y creciente número de miles de millones de euros anuales en intereses (tal vez, esta cifra, en el año 2017, supere realmente los 35.000 millones de euros)
Una posible solución a esta kafkiana situación probablemente debería pasar, asumiendo el correspondiente “coste político”, por una revisión total y muy crítica de todas y cada una de las partidas presupuestarias, gestionando una actuación a partir de un “presupuesto cero”. Esto, obviamente, el actual Gobierno no lo va a hacer (porque, si no lo hizo cuando el Partido Popular tenía una cómoda mayoría absoluta, mucho menos lo va a intentar ahora que tiene que buscar apoyos para todo y no digamos para lo importante).
Pues bien, volviendo a lo que aquí nos ocupa, bajo el manto de la “consolidación fiscal”, nuestro actual Gobierno, en un documento referido a la actualización del Plan Presupuestario del año 2017, ya ha comunicado a la Unión Europea, a través del Ministerio de Economía, la ejecución de un significativo ajuste en dos partidas que son socialmente altamente sensibles, lo que, de alguna forma, no deja de señalar cómo van a ser algunas “líneas maestras” de su “filosofía política”.
Así, el gasto público en Educación pasará del 4,04 por 100 del PIB en el año 2016 al 3,90 por 100 en 2017 y el gasto correspondiente a Sanidad retrocederá del 6, 12 por 100 (año 2016) al 5,92 por 100 en 2017. Esto significa un “ahorro” del 0,34 por 100 del PIB; probablemente estemos hablando de unos 35.000 millones de euros (hablando siempre en euros corrientes, no se olvide este detalle).
Vamos a ver cómo reacciona la sociedad ante las distintas situaciones “poco amigables para ella” que se van a ir generando a los largo de los próximos 12 meses.