Tribuna informativa – Semana 44

1. El Brexit y el presupuesto de la Unión Europea

Como ya expuso el profesor Buxadé en una conferencia pronunciada en el Foro de Economía y ha sido reafirmado por eurodiputados responsables de la estructuración del presupuesto comunitario, la aplicación del Brexit puede tener, por un parte, una efecto negativo importante en el cuadre de cuentas de la Unión Europea y, por otra, lógicamente, se verán afectadas las devoluciones de la U.E. a los Estados Miembros (EE.MM.) en razón a que los cálculos se han hecho, hasta ahora, en base a los datos británicos (estimado en libras, claro).

Hay que tener en cuenta, al margen de los acuerdos adoptados el pasado día 26 de octubre por el Parlamento Europeo, que la libra esterlina sigue perdiendo valor. Ello significa, directamente, que la aportación británica, del Reino Unido, expresada e euros, será necesariamente menor a la prevista.

Obviamente, el “agujero” que se generará en las cuentas de la U.E. (que es un tema clave) sólo se puede cubrir con una de estas tres soluciones: aportando Gran Bretaña más libras esterlinas de las inicialmente acordadas a las arcas de la Unión (solución que no parece vaya a ser realizable); compensar este déficit a través de mayores aportaciones del resto de los Estados (lo que no parece viable, al menos a priori); invertir el dinero que entra en la “caja de la U.E.” por  “vía especial” (por ejemplo, a través de penalizaciones y multas).

Este dinero, normalmente, en un porcentaje importante retorna a los Estados Miembros; es decir, que si se utiliza, al final son los EE.MM. los que “pagan el pato”.

En cualquier caso, si finalmente el Brexit se lleva a término, habrá mucho que negociar, también en el ámbito financiero, entre “el que se marche de la U.E.” (que vamos a ver quién se marcha al final) y los “que se queden en la U.E.”. En este sentido, sentados los principios de interacción y de cooperación, habrá que ir trabajando en el seno del futuro Marco Financiero Plurianual.

2. La evolución de los precios del porcino en la U.E.

En el curso de las últimas semanas el precio de referencia del porcino en el seno de la Unión Europea muestra una clara tendencia a la baja, arrastrado por la situación de los mercados en el norte de la Unión Europea (especialmente del mercado alemán, que ha registrado, en el periodo de tiempo referenciado, una caída de casi 1,5 euros/kg, aunque los mercados de Dinamarca y Holanda no se han alejado mucho de estas cifras). El mencionado precio de referencia ha ido descendiendo desde el cénit de los 1,68 euros/kg que alcanzó en la última semana de septiembre. Actualmente dicho precio ronda los 1,6 euros/kg; ello que significa que el mismo es inferior, aproximadamente, un 12 por 100 al que regía hace un año.

Las razones de esta realidad, de esta tendencia, que parece se puede consolidar en las próximas semanas, son múltiples: por una parte, están los síntomas de debilitamiento de la demanda china, que es crucial para el sector porcino de la U.E.; por otra, está la gran oferta existente y, no por último y posiblemente la razón más preocupante, se encuentra el claro debilitamiento de la demanda interna (una demanda que ha cambiado sustancialmente en estos últimos años, como una consecuencia más de la crisis que hemos sufrido y, en parte, seguimos sufriendo).

Análisis recientes de los Estados del Norte empiezan a hacer hincapié en la problemática que está generando la falta de calidad organoléptica real de la carne de porcino. En general, en los últimos años, se ha ido evolucionando, en mor de la consecución de índices técnicos de crecimiento y transformación cada vez más espectaculares, hacia una base animal extremadamente magra, lo que está penalizando significativamente el flavor de la carne y de los productos del porcino.

Ante esta situación, parece como si el sector, obnubilado por las cifras globales, especialmente las referidas a la exportación (claro caso de España), no se diera cuenta de dónde está realmente uno de sus principales “talones de Aquiles”.

3. La problemática asociada a la producción de leche en los pequeños rumiantes

Desde hace tiempo el precio que perciben los ganaderos de caprino y de ovino de leche por las producciones de sus rebaños no cubren los costes reales de producción.

Por una parte, los precios que perciben los ganaderos por la venta de sus cabritos o de sus corderos son muy similares a los que percibían hace 15 años; así, por ejemplo, los corderos con pesos vivos comprendidos entre los 11 y 14 kilogramos se cotizan, según zonas y momentos, alrededor de los 52 – 56 euros, y los cabritos con pesos vivos de unos 10 Kg lo hacen alrededor de los 38 – 44 euros.

Por otra, los precios de la leche, tanto en el caso de la leche de ovino como en la de caprino, siguen descendiendo. En los últimos 12 meses, estos precios han caído cerca de un 28-30 por 100, pasando del euro largo a unos 0,72–0,75 cts. /litro, si bien, en algunas zonas, este precio se sitúa actualmente alrededor de los 55–60 cts. /litro. En este marco, hay que añadir que, en contra de los que se esperaba, los precios, a pesar de estar a principios de una nueva campaña, no muestran ningún cambio apreciable de tendencia (y, mientras todo esto sucede, el precio de los quesos, por ejemplo, no ha seguido la misma tendencia y, prácticamente, han mantenido sus precios a lo largo del año).

Sin duda, la evolución del precio de la leche de vaca (cuyas tendencias las marca la industria, acosada por la distribución) ha arrastrado, por razones obvias, al de la leche de ovino y al de la leche de caprino. Ello puede provocar, lógicamente, el cierre de explotaciones; especialmente aquellas que están ubicadas en zonas de montaña o en zonas favorecidas.

Esta realidad, bien tangible, pone de manifiesto una vez más, guste o no, la falta de eficacia real de los tan publicitados “contratos lácteos”, de su carencia de transparencia y del incumplimiento reiterado de los mismos, tanto a nivel del ovino y del caprino como del vacuno. En este sentido, hay que añadir aquí que la incertidumbre de los ganaderos de caprino y de ovino acerca del futuro de la venta de su leche es muy elevado, dado que no la tienen asegurada para los próximos 12 meses (apenas si hay contratos firmados a largo plazo y, además, en el caso de los pocos que existen, no hay ninguna garantía de que se mantengan en el tiempo las condiciones pactadas).

4. Dudas acerca de la eficiencia y de la eficacia de la condicionalidad

El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea acaba de emitir un informe en el que pone en negro sobre blanco lo que hemos comentado varias veces en diversas intervenciones públicas: “No dispone actualmente la Comisión de la información suficiente para poder evaluar de forma adecuada si las normas de condicionalidad de la PAC son realmente eficaces”.

Para empezar, los costes reales que supone la aplicación de la condicionalidad no están adecuadamente cuantificados y, por lo tanto, nadie puede asegurar, al menos hasta el momento, que su aplicación sea rentable. Paralelamente, también nos ha dado la razón en el sentido de que el sistema actual no puede garantizar que sea adecuada, en todo el territorio de la U.E.–28, la forma en la que se establecen las sanciones que se imponen a los agricultores que incumplen la normativa (hay una manifiesta carencia de una base sólida armonizada).

Es verdad que los cambios efectuados en la Política Agraria Común para el periodo actual (2014 – 2020) han supuesto una importante reducción del número de obligaciones de condicionalidad para los 7,5 millones de agricultores que están sujetos a ella (y, por lo tanto, ha mejorado algo la burocracia, pero se está lejos de optimizarla). Lo que se ha hecho es suprimir aquellos requisitos que, se entendía, no eran determinantes para su funcionalidad, pero la realidad es que los procedimientos siguen siendo, lamentablemente, muy enrevesados y complejos.

Es más, actualmente hay dos conjuntos de prácticas agrarias que se pueden considerar perfectamente complementarios y muy similares: por una parte, los que tiene el objetivo del mantenimiento de las tierras y, por otra, los que persiguen la protección de la biodiversidad. A pesar de las mencionadas similitudes, existen dos sistemas de control distintos para verificar el cumplimiento de las normativas.

Por todo ello, el Tribunal ha recomendado a la Comisión que implemente una serie de mejoras en el sistema para logar su real eficiencia y eficacia; entre ellas, que ponga en marcha, antes de finales del año 2018, unas metodologías que permitan medir objetivamente los costes de la condicionalidad y garanticen, a partir del año 2020, una aplicación realmente uniforme de las sanciones en todo el ámbito de la Unión Europea.

5. El programa de trabajo de la Comisión Europea para el año 2017

El mencionado Programa de Trabajo está a la espera de una Declaración Conjunta del Parlamento, del Consejo y de la Comisión.

Se centra en 10 Prioridades. Para la búsqueda de su cumplimiento se proponen 21 iniciativas (que son denominadas “iniciativas clave”) y 18 nuevas propuestas en el ámbito del conjunto de medidas de la Comisión Europea acerca de legislar mejor; por lo tanto, se tata de propuestas REFIT (REFIT es el programa de Adecuación y Eficacia de la Reglamentación de la Comisión Europea. El programa contempla medidas que buscan simplificar la normativa de la U.E. y, de esta forma, reducir los costes que ocasiona; pretende así contribuir a establecer un marco reglamentario claro, estable, previsible y propicio al crecimiento y a la creación de empleo).

Las 10 prioridades, expuestas de forma sintetizada, son:

a. Impulsar el empleo, el crecimiento y la inversión.

b. Efectuar la revisión intermedia del Mercado Único Digital.

c. Trabajar en el tema de los vehículos y la movilidad con bajas emisiones.

d. Construir un mercado interior más justo y más profundo.

e. Proponer un Pilar Europeo de los Derechos Sociales (fortaleciendo la Unión Económica y Monetaria).

f. Fortalecer nuestros instrumentos de defensa comercial y continuar las negociaciones comerciales con nuestros socios.

g. Continuar la lucha contra el terrorismo.

h. Cumplir la Agenda Europea de Migración.

i. Fortalecer el papel de la Unión Europea en el Foro Mundial.

j. Intensificar los esfuerzos para que sea una realidad el cumplimiento de la legislación comunitaria.

Muchas de estas iniciativas están sujetas, como no podía ser de otra manera, a estudios que garanticen, además de poder alcanzar sus objetivos sin imponer cargas excesivas, su adecuación a la reglamentación REFIT y, por lo tanto, que aseguren la actualización y mejora de la legislación vigente.