Según el Misal Romano anterior al último Concilio (aunque existen otras versiones), el martirio de Santa Bárbara habría tenido lugar en Nicomedia, en el siglo III de nuestra era, en tiempos del emperador Maximinus Thrax (Nicomedia era  una antigua ciudad de Anatolia, capital del reino de Bitinia; actualmente es la ciudad de Izmit en Turquía).

Por esta razón, desde su nombramiento, se ha rendido un culto muy especial a esta Santa, con rituales que adquirían modalidades particulares en cada región e incluso en cada lugar. En la propia geografía española están implantados muy diversos ceremoniales y costumbres relacionados con Santa Bárbara y las tormentas.

Pues bien, hoy truena fuerte y hay amenaza de importante tormenta en el ámbito del sector porcino en Europa por mor de la Peste Porcina Africana (PPA); de ahí que nos estemos acordando y cada día más, de Santa Barbará.

Como ya he comentado en alguna otra ocasión, la propagación descontrolada del virus ya ha provocado el sacrificio de cientos de miles de cerdos en Europa del Este, mientras que en China, el mayor productor de carne de cerdo del mundo, la aparición de una serie de casos desde agosto obligó a su Gobierno a tomar una serie de drásticas medidas que incluyen la prohibición del transporte de animales y, en las provincias afectadas, de alimentar a los porcinos con residuos alimenticios.

Lo cierto es que Europa reporta brotes de PPA desde el año 2014. Los truenos están originados porque, en los últimos meses, los casos de PPA en Europa han ido aumentando progresivamente (en lo que va de año 2018 se han detectado 4.800 casos, de los cuales 3.800 corresponden a jabalíes y el resto a pequeñas explotaciones porcinas).

Actualmente, la PPA sigue avanzando hacia el oeste y, de acuerdo con las últimas informaciones disponibles, Bélgica ha confirmado recientemente un caso de Peste Porcina Africana en el sur del país, concretamente en la región valona de Etalle, que se encuentra a unos 850 km de la frontera española (importante resaltar que se trata del primer caso registrado de esta enfermedad en este Estado de la Unión Europea desde el año 1985). La llegada de la PPA a Bélgica constituye una amenaza cierta, tangible, para el sector porcino de toda la Unión Europea.

También en este caso el animal portador ha sido un jabalí (la muerte de varios jabalíes silvestres hizo sospechar de la presencia del virus). Como no podía ser de otra manera, las autoridades ya se han movilizado para tratar de parar la propagación del virus, que se ha ido desplazando con una notable velocidad, afectando, hasta el momento, también a Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia y Bulgaria.

La alarma ha cundido y, por ejemplo, Francia ha reaccionado con gran rapidez a la mencionada noticia de los casos de jabalíes en Bélgica y su Ministerio de Agricultura ha establecido un refuerzo de la vigilancia en los cuatro departamentos administrativos fronterizos con Bélgica, y también ha decretado medidas adicionales para proteger a sus granjas porcinas y a sus mataderos (vamos a ver, en las próximas semanas, si estas medidas son suficientemente efectivas o no).

España, por su parte, además de recordar al sector la complejidad de la situación actual, acaba de prohibir la importación de jabalíes (más vale tarde que nunca) y ha reforzado las medidas de control y vigilancia en el marco del PROGRAMA NACIONAL DE VIGILANCIA SANITARIA PORCINA.

Ahora propongo que el Gobierno, haciendo una excepción totalmente justificada a su reconocida laicidad, instaure urgentemente, obviamente a través del MAPA, “una novena estatal y ganadera a Santa Bárbara” (negativo, seguro que no sería… a la hora de procurar que la PPA no llegue a nuestro país).