Qué Dios nos coja confesados (en el caso de ser creyentes, claro)

Para mí se trata de una noticia cuanto menos preocupante (si se me permite expresarlo así): una dama finesa, la señora Sirpa Pietikäinen, (que pertenece al Grupo del Partido Popular Europeo, demócrata-cristiano), es la nueva presidenta del Intergroup de Bienestar y Conservación Animal.

La señora Pietkäinen, que tiene un Máster en Economía y en Administración de Negocios, es miembro del Parlamento Europeo desde al año 2008. En su país fue ministra de Medioambiente entre los años 1991 y 1995 y es una declarada defensora de lo que yo llamo “el Bienestar Animal Social” (como dice su referencia oficial: “es una persona muy sensibilizada con el tema del Bienestar Animal”).

Para empezar, en su discurso de presentación (que constituye, creo, un momento idóneo para definirse) ya ha puesto sobre la mesa el hecho de que bajo su Presidencia el mencionado Intergroup va a tener como prioridad el Bienestar Animal. ¡Atención al tema; empezamos bien!

Desde esta posición institucional va a presionar, según ha manifestado, a la Comisión Europea para que ésta ponga en marcha una nueva estrategia en lo que se refiere al tema del Bienestar Animal. ¡Qué Dios nos coja confesados!

La pregunta es doble y muy sencilla ¿hasta dónde pretende llegar? Y ¿cómo? De momento no hay respuestas, pero seguro que las habrá pronto (estemos atentos).

Al hilo de lo que estamos comentando la verdad es, que “llueve sobre mojado”. No se olvide por favor que, en noviembre del año 2015, el Parlamento Europeo, como comentamos en su día y seguramente todo ustedes recordarán, aprobó una resolución, no de ley (afortunadamente), en la que se le pedía a la Comisión Europea que efectuara una revisión de sus estrategias en lo que se refiere al tema que aquí nos ocupa.

El objetivo era múltiple. En primer lugar, se trataba de demandar a la UE-28 que fuera más ambiciosa (¿?) en el tema Bienestar Animal durante el periodo 2016-2020. En segundo lugar, se la pedía controlar que la legislación vigente acerca de esta cuestión se cumpliera por igual en todos los Estados de la Unión Europea (con lo que estoy muy de acuerdo, hablando siempre de la legislación base de la UE, no la referida a algunos Estados, que puede ser más restrictiva; como por ejemplo la legislación holandesa o la alemana, en temas como el corte de picos en ponedoras o del no sacrificio de machitos de puesta); y, en tercer lugar, se la demandaba que en las negociaciones comerciales se exigiera a aquellos Países Terceros que exportan o vayan a exportar a la UE, reciprocidad en lo que se refiere a los estándares en Bienestar Animal (lo cual, al día de hoy, partiendo de nuestro ”modelo europeo de producción”, como bien sabemos todos los que de este tema algo conocemos, es un “puro canto al sol”, pero “políticamente queda muy bien” ¿o no?).

En definitiva, poniendo sobre la mesa todas las cartas de esta compleja baraja (dónde por desgracia las emociones pesan mucho más que los conocimientos profesionales), me siento, técnicamente hablando muy incómodo con el devenir de la concepción del Bienestar Animal en el seno de este técnicamente demencial “modelo europeo de la producción agraria (agrícola y especialmente ganadera)” y muy preocupado (si lo puedo expresar así) acerca de su futuro viendo la cantidad de incongruencias, especialmente zootécnicas, que hemos de asumir y de aplicar; de ahí el título de estas reflexiones.

Si me permiten, una sugerencia final: por favor, que los no creyentes se armen, por lo menos, de paciencia y de resignación (lo que también puede ser de mucha utilidad, bien cierto es, a los creyentes).

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
ETSI Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas.
Universidad Politécnica de Madrid.