Producción de pollo: Calidad de canal y problemas locomotores (I)

Cada día las aves que criamos son más eficientes y, a la vez, más sensibles a determinados problemas. La selección genética tiene como objetivo obtener aves de mayor rendimiento. Las estirpes de pollos son seleccionadas para tener un menor consumo y una mayor eficiencia alimentaria. Estas aves presentan también una reducción relativa del tamaño de algunos órganos, lo que incide en su fisiología y hace posible un mayor rendimiento de canal (B. Carré, jun 2014, EPC). Su emplume es menor y más lento, sobre todo en las de mayor rendimiento de canal y de pechuga (Hadad et al., 2014).

Estos cambios conllevan nuevos problemas: cardiovasculares, respiratorios, digestivos, locomotores y cutáneos, que afectan a la salud de las aves, a su bienestar y a la calidad de sus productos.

El progreso genético ha conseguido reducir algunos problemas cardiovasculares como la incidencia de ascitis; la genética y la nutrición han reducido problemas locomotores como la discondroplasia tibial. Sin embargo, otros problemas relacionados con la respuesta inmunitaria, los procesos digestivos, locomotores y cutáneos afectan al desarrollo de estos animales, perjudicando la de calidad de las canales y de carne de consumo.

Los problemas de calidad de canal en muchas ocasiones son consecuencia de deficiencias de manejo y nutricionales, que favorecen la aparición de procesos digestivos y locomotores que afectan a la formación del hueso, el músculo y la piel, lo que facilita la aparición de lesiones traumáticas y la acción de agentes infecciosos, principalmente en animales con el sistema inmunitario comprometido.

Foto 1. Distintos grados de lesiones de pechuga en matadero. Congestión y “pechuga de madera”, así denominada de su traducción del inglés, por su color oscuro y consistencia fibrosa.

En los últimos años han aparecido nuevas lesiones y problemas que afectan a la calidad de las canales y la carne, como es la “pechuga de madera” (Foto 1). Aunque la incidencia de este tipo de lesiones es esporádica y escasa en nuestro país, es un problema emergente, asociado a la velocidad de crecimiento y a la falta de adaptación de los programas de alimentación a las nuevas estirpes. Sus causas no son precisas y en la actualidad se investigan sus posibles causas y soluciones.

Foto 2. Lesiones de raquitismo (desviaciones, torsiones óseas).

Foto 3. Necrosis de la cabeza femoral (osteomielitis), lesiones discondroplasia tibial.

Los problemas locomotores persisten: las cojeras y claudicaciones inciden directamente en aumento del porcentaje de “canales de segunda”, canales enrojecidas, aumento en la incidencia de lesiones en las alas, congestión, úlceras y lesiones cutáneas, en muslos y pechugas. Estas lesiones, de etiología nutricional -raquitismo- (Foto 2) o infecciosa -osteomielitis- (Foto 3) afectan directamente al sistema locomotor de las aves, perjudicando la calidad de las canales por las lesiones que provocan en las extremidades y en las regiones de apoyo en la cama (pechugas y alas): partes de la canal de alto valor comercial. Al igual que ocurre en las aves que padecen lesiones de discondroplasia tibial (Foto 4). 

 Foto 4. Lesiones por discondroplasia tibial.

Estos problemas locomotores son problemas antiguos, reemergentes, que interesa evaluar y conocer su incidencia y, en consecuencia, actuar y aplicar las medidas correctoras necesarias para reducir, su aparición por las consecuencias en el bienestar animal y por la repercusión económica que suponen. En la segunda parte se enumerarán las principales medidas preventivas nutricionales para prevenirlos.

Ricardo Martínez-Alesón Sanz.

Poultry Project Manager.

DSM Nutritional Products Iberia SA.