Problemas sanitarios del toro en las ganaderías de Lidia

El ganado de Lidia es una raza autóctona española cuya producción tiene gran trascendencia económica y social en España. En la inmensa mayoría de los casos, este tipo de explotaciones mantienen un régimen extensivo puro, conservando buena parte de las tradiciones del manejo de siglos precedentes.

Sin embargo, las ganaderías actuales en nada se asemejan a las de hace varios siglos. Cambios en la normativa sanitaria, avances tecnológicos y algunos problemas de diferente índole, han afectado sustancialmente al sector del ganado bravo. Todo ello ha hecho que los ganaderos hayan ido modificando sus esquemas de selección, la organización y estructura de la explotación, el manejo reproductivo, los modelos de alimentación y sanitario, entre otros, para tratar de adaptarse a las nuevas situaciones.

Actualmente, existen ciertas limitaciones que afectan a la producción de toro de Lidia.

En primer lugar, cabe destacar todos los referidos a la sanidad, con la aparición, en las últimas décadas, de enfermedades emergentes como la Lengua Azul, la Fiebre Aftosa o la Encefalopatía Espongiforme bovina, que se han sumado a aquellas que ya contaban con un programa específico de erradicación (Brucelosis y Tuberculosis), y que están sujetas a la realización de periódicos saneamientos ganaderos oficiales, incorporando prácticas de manejo de los animales en las explotaciones.

En muchas ocasiones, al problema sanitario en sí se une una farragosa legislación que restringe el tránsito de los animales por las diversas comunidades del territorio nacional y dificulta el transporte entre países. Así y todo, son cada vez más los ganaderos que instauran un programa sanitario en su ganadería como sistema de control frente a enfermedades infecciosas o parasitarias, mejorando con ello aspectos productivos como los índices de fertilidad y preñez, y disminuyendo las tasas de mortalidad en becerros recién nacidos.

Los problemas relacionados con las enfermedades infectocontagiosas representan para el ganado bovino extensivo, y de forma muy singular para el de Lidia, la principal fuente de riesgo de potenciales pérdidas económicas. De entre todos ellos destacan los agentes patógenos que tienen un manifiesto tropismo por los sistemas reproductivo, respiratorio o digestivo. Por tanto, las alteraciones en las potencialidades de la reproducción, así como las afecciones respiratorias y las diarreas neonatales son los principales problemas que encontramos en el ganado bravo.

Por su parte, como hemos apuntado, las explotaciones de Lidia están sometidas a campañas oficiales de erradicación de Brucelosis y Tuberculosis. La Administración aplica duros controles sobre el sector y la normativa legal al respecto impide, en determinados casos, el movimiento de animales desde las ganaderías afectadas o positivas, incluida la venta de los mismos para su lidia y muerte en la plaza.

En la actualidad, la Tuberculosis es una de las enfermedades más relevantes. Su control compete tanto a los organismos oficiales vinculados a la Sanidad Animal cuanto a los responsables de la Salud Pública, ya que es una zoonosis y la raza bovina de lidia, por sus elevados censos, valor unitario de numerosos animales y sistema de explotación, es la raza que más dificultades encierra a la hora de planificar la erradicación de dicha enfermedad: actualmente presenta una prevalencia 20 veces mayor que las razas bovinas lecheras.

Además, resulta imprescindible tener en cuenta otros factores peculiares de este tipo de ganado. Uno de ellos es el alto nivel de consanguinidad dentro de algunas ganaderías con un número de efectivos muy reducido, que juega en contra de la resistencia a las enfermedades. También hay que considerar la complejidad de manejo de estos animales, que cohabitan en régimen extensivo con especies de distintas categorías sanitarias (cinegéticas y/o silvestres) susceptibles de actuar como reservorio de numerosas enfermedades. Además, las reacciones cruzadas con la Paratuberculosis (enfermedad muy extendida en el campo español) comprometen la fiabilidad de las pruebas analíticas de diagnóstico, planteando serios problemas a la hora de abordar unos planes de erradicación serios y eficientes.

La lucha contra las enfermedades, tanto las endémicas (Tuberculosis y Brucelosis), como las emergentes (Lengua Azul), para conseguir su erradicación y control está siendo, y va a ser, durante los próximos años, uno de los caballos de batalla para el sector de ganado bravo.

Esto no debería suponer, en ningún caso, perjuicio alguno para el mantenimiento de la diversidad de encastes y líneas genéticas que caracterizan a esta raza. Ganaderías importantes y singulares por su genealogía se están viendo diezmadas por esta causa, poniendo en peligro la biodiversidad y la pervivencia de determinados encastes.

 

Juan Manuel Lomillos
Veterinario.
Visavet
Vicente Gaudioso.
Catedrático Facultad de
Veterinaria de León.