PIGS ARE EASY; PEOPLE ARE HARD.

Este es el título de un seminario organizado por la Asociación Americana de Veterinarios de Porcino (AASV) al que he tenido la oportunidad de asistir, y que a buen seguro se podía llevar a cabo en cualquier parte de nuestro planeta, y no en la película estadounidense de 1968 protagonizada por Charlton Heston, Planet of the Apes, donde los simios eran muy inteligentes y dominaban a los humanos. Quiero hablar del “Humano demasiado humano” que bien nos recordaba el filósofo F. Nietzsche en 1878. Cualquiera de ustedes que tengan que dirigir, coordinar o sencillamente trabajen en equipos de personas humanas, como lo hacemos hoy la mayoría, me caben pocas dudas de que en numerosas ocasiones preferirían trabajar-convivir con personas no humanas, entendidas estas como la propuesta de creación de una figura jurídica postulada para ser concedida a ciertas especies animales. Como es lógico, yo me quedo con el cerdo por muchas razones, entre otras por estar considerado el quinto animal más inteligente, aún por encima de los perros, por entenderse entre ellos y respetar sus propias jerarquías sociales.

Creo mucho en aquellos humanos que son buenas personas y trabajadoras. Suelen compilar sentido común y raciocinio, sin necesidad de ser “influencer” ni lideres o líderas. Bien considero que las primeras influyen de forma positiva en los equipos humanos, habiendo otras, hoy llamadas tóxicas, pero que toda la vida lo han sido y a las que mi Padre bien las tenía asignado un calificativo, que por pudor me guardo. Como bien decía el mencionado filósofo alemán, es sencillo hacer que las cosas sean complicadas, pero difícil hacer que sean sencillas. El poder de la influencia bien está descrito por el Dr. Robert Cialdini en su bestseller “Influence: Science and Practice” que está considerado como uno de los doce mejores libros de negocios de todos los tiempos. La influencia la define como la capacidad de tener un efecto en el carácter, desarrollo o comportamiento de alguien o alguna cosa, lógicamente entendido desde el punto de vista positivo, y solo en ese sentido. Todos hemos sido testigos de que muchas veces en las prácticas diarias de nuestros trabajos las pequeñas cosas pueden hacer las grandes diferencias, tanto en positivo como en negativo. Como bien sabemos, en los cerdos, no respetar su orden social conlleva que aparezcan esterotípias como agresiones o mordeduras de colas. Las primeras también son muy comunes en los humanos, y no solo son físicas. Un ejemplo de la influencia en sentido negativo es la manipulación. ¿Quién no ha escuchado a sus padres o, le ha dicho a sus hijos que “tenga cuidado con las malas influencias”?.

La influencia se basa en seis principios de la persuasión como son: reciprocidad, gusto, autoridad, consenso, compromiso/consistencia y escasez. La autoridad se basa en dos principios, como son la experiencia (grado de experto en un área) y la confianza/credibilidad. A buen entendedor pocas palabras bastan. Y todo esto puede desarrollarse con personas normales o especiales, conocidas hoy como “The Normal One” y “The Special One”. Personalmente prefiero las primeras, aunque la sociedad de hoy no me da la razón al estar obsesionada en conocer-estar pendiente más de los famosos e influencers que de los expertos y de las personas normales. Darle al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios.

“No miente tan sólo aquel que habla en contra de lo que sabe, sino también aquel que habla en contra de lo que no sabe” – Friedrich Wilhelm Nietzsche (15.10.1844-25.08.1900).  

Por Antonio Palomo Yagüe – ADM SETNA