Opinión Antonio Palomo: YELLOW WEEK

En una dieta equilibrada, la grasa debe suponer un 25% de la energía ingerida, estimando que un adulto debemos deglutir unos 70 gramos de grasa al día, de las cuales sobre el 70% deben ser insaturadas, que es la proporción precisa que tiene el jamón curado. Las grasas son necesarias para absorber las vitaminas liposolubles (A – D – E – K), sabiendo como hoy las deficiencias de vitamina D han aumentado considerablemente dentro de la población. Dichas grasas también forman parte del recubrimiento del sistema nervioso y de las membranas celulares. Quizás comienzo un poquito más de jamón la salud física y cerebral – mental mejoraría un poco. Esto lo pude comprobar la semana pasada en la que, el mismo día que comenzó la estación estival, esto es, el verano, se celebró el Yellow Day, conocido como el día más feliz del año que, como dice un octogenario político español, Don Alfonso Guerra, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla, al que hoy le han hecho más bueno, “los eslóganes han sustituido a los argumentos”, refiriendo que la democracia actual en nuestro país está al nivel de las guarderías. Menos mal que tuvimos el contrapeso de la celebración de la primera década de reinado de Felipe VI con las siglas CDS: Compromiso – Deber – Servicio.

Ciertamente el 20 de junio fue un día bueno donde se acumularon un gran número de factores que influyeron positivamente en mi estado de ánimo, debiendo confesar que he tenido muchos días mejores, como seguro que fue el caso de muchos de ustedes, e incluso, en algún caso, fue un día triste (Blue Monday – se celebra el 18 de enero), concepto que creó el psicólogo británico Cliff Arnall. En las variables que incluyen para definir dicho día están las condiciones climáticas, más horas de luz diarias, junto a la percepción de libertad y calidad de vida. Ya saben que la temperatura a la que mejor se adapta el cuerpo humano está entre 20-21ºC, y que a partir de los 25ºC las cerdas reproductoras y cerdos de engorde tienen dificultades de termorregulación, penalizando los datos productivos (infertilidad estival unido a bajadas de consumo y crecimientos). También conozco personas que su temperatura mínima inferior de confort está por encima de esos 25ºC, a quienes quiero dedicar esta columna de opinión, ya que también me consta que les gusta el color amarillo – yellow, el cual va asociado a la alegría, energía, creatividad, inteligencia y positividad. Además, mi semana pasada también estuvo teñida de amarillo al impartir un seminario a un destacado grupo de productores y veterinarios asiáticos, a quienes también agradezco su interés en nuestro sector porcino. No me queda, de momento, nada claro cómo va a terminar el tema de los aranceles chinos a la carne de porcino de la Unión Europea en contrapartida a los aranceles a sus vehículos eléctricos, y como van a afectar en un futuro mediato a nuestro balance comercial de exportaciones dentro de la Organización Mundial del Comercio. Si beneficiar a la empresa automovilística en detrimento del sector primario es sostenibilidad que venga Dios y lo vea. Menudas añagazas, astucias o tretas. Prefiero a las garzas, los asturianos y las cerdas tetra.

Como contrapartida al Yellow week tenemos lo que ya va siendo habitual celebrar en cualquier empresa e institución, la semana de la salud mental que, asociado a las dificultades que tenemos para contratar personas para trabajar en nuestras granjas y sociedades, debe hacernos reflexionar sobre la inteligencia emocional que ya puso en boga el psicólogo estadounidense educado en Harvard Daniel Goleman en su libro Emotional Intelligence en 1995. El profesor Estevao Lopes de la Universidad de Florida habló en el congreso IPVS – ESPHM de hace unas semanas de Alemania sobre la inteligencia emocional aplicada a las granjas de porcino, tema que aunque no aparezca en los KPIs considero esencial para que dichos Key Performance Indicators podamos alcanzarlos. Por otra parte es lógico que no estén incluidos ya que los KPI son dato métrico cuantitativo y no tanto cualitativo. Tenemos los avances tecnológicos en inteligencia artificial para analizar y generar datos para obtener los mejores resultados, siendo precisa la inteligencia emocional para determinar diariamente cómo llevamos a cabo las mejores decisiones. Pienso que, por el momento, la inteligencia artificial no puede sustituir acciones humanas tan emocionales como la conciencia, motivación, empatía y habilidades sociales. Ya mencionaba el Dr. Goleman que la inteligencia emocional contribuye muy positivamente a la satisfacción en el trabajo, por lo que siempre he creído, y hoy más que nunca que, el buen ambiente en los equipos de trabajo en nuestras granjas, como en cualquier sitio, mejoran tanto la calidad como la eficiencia productiva, por lo que invertir en este punto tiene un retorno positivo tanto en la salud mental como en la económica. Como decía irónicamente Cervantes, “los tiempos cambian las cosas y perfeccionan las artes”. Aquí podemos enfrentar dos pensamientos para que cada uno elija cual se adaptaría mejor a los dos tipos de inteligencia que estamos representando. El primero el de la ex política Lilith Verstrynge (31 años)  hablando de la agenda 2030 al referir que la cultura del esfuerzo genera fatiga estructural, ansiedad y cardiopatía, seguido unos cuantos siglos antes (I a.C.) por el poeta romano Virgilio que decía lo de “labor omnia vincit” (el trabajo lo vence todo). Lo resumo en un viejo refrán: Bravo esfuerzo quebranta mala ventura. Bien saben que los perezosos siempre encuentran alguna excusa para su vicio, o aquella frase de mi Padre, enorme agricultor castellano: “¿Cómo quieres ver segado lo que no has sembrado? He aquí la importancia del principio de contradicción que bien postuló Kant y que tan en vigente está en la verborrea mediática en este primer cuarto del siglo XXI. Aristóteles en su libro culmen, La Metafísica, decía que la no contradicción es el principio más firme de todos. Juzguen ustedes qué sería mejor para verlo todo más amarillo.

Coordenadas semana 26: Rematar la primera mitad de este 2024. Yellow week

 “Quien por el mundo quiere andar salvo, ha menester ojos de halcón y orejas de asno, cara de mono, boca de puerco, espaldas de camello y piernas de ciervo” – Gonzalo Correas Íñigo (1571-1631)  El humanista de la Vera (Cáceres) que estudio filosofía y teología en la Universidad de Salamanca

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