MAÍZ

La globalización del maíz está entretejida con la historia de la humanidad, siguiendo muchas de sus fluctuaciones y siendo una de las plantas más cosmopolitas, estando la clave de su éxito en su prodigiosa diversidad. Se estima que el maíz se domesticó hace 9.000 años a partir de su planta silvestre. Este cereal es una subespecie Zea mays mays, de las cuatro que existen, siendo las otras tres silvestres y conocidas como teosinte, estando el tronco del árbol filogenético en Méjico. Cuando Cristóbal Colón arribó a las américas ese 12 de Octubre de 1492 escribió en su diario que en esa verde, llana y fertilísima isla de San Salvador en las Bahamas, no tenía ninguna duda de que “todo el año siembran panizo y cogen”. En poco menos de un mes algunos de sus compañeros encontraron en Cuba otra clase distinta del trigo y parecida al panizo, que ellos llamaban mahiz. El ganado vacuno, ovino, gallinas, café, caña de azúcar, garbanzos, centeno y trigo viajaron del Viejo al Nuevo Mundo, mientras que desde allí nos trajimos los pavos, patos, calabazas, patatas, tomates y el maíz. De aquí que el intercambio colombino de los siglos XV y XVI se ha descrito como un acontecimiento ecológico de gran trascendencia, siendo para algunos el inicio de la globalización. No olvidemos que la ausencia de medidas de bioseguridad, por aquellos entonces, trajeron también algunas consecuencias desastrosas, como que allí introdujeron la viruela y los europeos se trajeron la sífilis de América.

El maíz era y es un alimento básico, siendo incluso sagrado para los aztecas y los incas. Actualmente, en Méjico el maíz se destina en exclusiva al consumo humano y no al animal. Su relevancia se demuestra hasta el punto en que, en 1493, el Papa y sus cardenales en Italia se interesaron por este cereal. En el año 2003 un grupo de genetistas franceses estudiando muestras de maíz procedentes tanto de América como de Europa concluyendo que el origen de este era claramente americano, y no asiático como habían postulado algunos. Su diseminación mundial fue rápida, siendo luego los portugueses los primeros en introducirlo en el siglo XVI por la costa oeste de África, donde lo llamaron mielie o mealies, del portugués milho. El maíz se cultivaba inicialmente en tierras marginales por granjeros empobrecidos que intentaban subsistir en tierras yermas, considerándose así un alimento de pobres, algo que se ha invertido desde hace tiempo, donde los fondos de inversiones han puesto su foco junto a otras materias primas para alimentación, siendo testigos actualmente de unos precios desorbitados e históricos. Hoy jugar con las cosas de comer diarias o de primera necesidad es un gigantesco negocio. Tomo como ejemplo el maíz que tiene su precio máximo desde hace 8 años en la bolsa de Chicago o el oxígeno en la India para tratar enfermos de Coronavirus que ha subido su precio 10 veces, lo cual, como mínimo, pone en duda la ética nicomáquea. Algunas explicaciones al precio del maíz se centran en las mayores exportaciones desde Ucrania a China, la sequía en Brasil y el mayor consumo del cereal en USA para producción de bioetanol. Esto no pasaría si hiciésemos como los cocodrilos, que se pueden pasar un año entero sin comer esperando que los rebaños migratorios regresen a su área de caza, o como los osos polares que comen 2/3 de todo el alimento que necesitan para el año en los tres meses de primavera.

Estados Unidos produce una tercera parte del maíz mundial, al que si sumamos Brasil y China generan dos terceras partes, que añadiendo Argentina, Ucrania y Unión Europea llegan al 77% en las previsiones de USDA para este año. Los tres países de las américas, origen del maíz, son netamente exportadores, y nuestro país depende de ellos. Escuchando a expertos en mercados de materias primas como Don Álvaro Sánchez en sus intervenciones dentro de las webinar mensuales de Elanco, a quienes quiero dedicar esta columna de opinión como muestra de agradecimiento, junto a información internas de mi empresa , CESFAC y otras fuentes que bien todos conocen, son innumerables los factores que intervienen en las cotizaciones tanto presentes como a futuros de este noble cereal, que junto con trigo y la cebada son esenciales fuentes de almidón (65 – 60 – 55 % respectivamente), y por lo tanto energía en nuestras dietas dentro de la alimentación animal, siendo deficitario en proteína (6,5-7,5%) y el de más alto contenido en humedad. En el pasado el mercado respondía de una forma más racional al estado de oferta y demanda, mientras que ahora se nos entremezclan las ofertas con las demandas, como se confunden los derechos con las obligaciones y los efectos con las causas. En este apartado no les arriendo las ganancias a los responsables de compras de nuestras fábricas de piensos en estos momentos tan convulsos. Vamos, que las cosas no son como parecen, ni parecen como son.

Por poner un ejemplo de que cualquier cosa puede influir en el precio de este alimento básico, la semana pasada fuimos testigos de una bajada brusca de las bolsas a nivel mundial como consecuencia de que un avión tailandés había invadido espacio aéreo chino, desatándose todas las alarmas. Va a ser cierto lo del “efecto mariposa” que se produjo en 2018 y que incrementó el coste de financiación para los países derivado de especulaciones entre China y Estados Unidos. Esto significa que cualquier nimia discrepancia entre exportadores e importadores, con una pequeña variación en las condiciones iniciales, dará lugar a una evolución muy diferente entre ambas partes, sin que tenga una explicación científica sólida, generando un efecto grande tanto a corto como a medio plazo. Y esta es la situación caótica en la que estamos actualmente con el maíz, y con lo que no es el maíz, que bien podemos comparar con la Teoría del Caos o el Modelo del Efecto Mariposa propuesto por Edward N. Lorenz. Este matemático y meteorólogo estadounidense que falleció en este siglo explico perfectamente el comportamiento caótico de los sistemas inestables y el falseamiento de muchas simulaciones. Y por eso me pregunto si no estaremos viviendo actualmente en una sociedad poco sólida y aún menos estable. Les invito a leer el libro de James Gleick titulado Caos: la creación de una ciencia.

Ya decía un proverbio chino que “el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Pues yo me quedo con el cerdo como animal muy eficiente y sostenible al ser capaz de aportarnos un kilo de alimento a los humanos con poco más de la energía neta que aportan dos kilos de maíz (2.590 kcal EN/Kg). Ya saben que hay una correlación lineal entre el valor energético de una dieta y su eficiencia alimentaria-índice de conversión.

“En las tierras marinas y calcáreas peladas, en las rocas del litoral chileno, a la mesa desnuda del minero a veces sólo llega la claridad de tu mercadería. Puebla tu luz, tu harina, tu esperanza la soledad de América”.  Pablo Neruda, “Oda al maíz” (1904-1973) Poeta y político chileno Premio Nobel de Literatura en 1971

Por Antonio Palomo Yagüe