Las granjas marinas como núcleos de biodiversidad
Una de las especies más amenazadas en nuestra acuicultura es la nacra (Pinna nobilis). Ahora, los estudios genéticos realizados en unos ejemplares de moluscos bivalvos hallados el pasado mes de marzo en los centros de cultivo del grupo acuícola Andromeda Ibérica, ubicados en Calpe y Villajoyosa, han confirmado la presencia de juveniles de nacra (Pinna nobilis).
De las miles de larvas encontradas en los cabos de las granjas marinas alicantinas, los científicos del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (IMEDMAR-UCV) de la Universidad Católica de Valencia estiman que existen entre 200 y 400 individuos pertenecientes a la especie Pinna nobilis. El resto han sido identificados como Pinna rudis, la otra especie con la que cuenta el género Pinna sp. en nuestras costas y que supone, asimismo, un hecho que debe ser destacado, dado que se trata de una especie protegida.
La nacra, como se ha informado reiteradamente en la publicación “mis Peces” durante estos últimos años, es un bivalvo que, tras la mortandad causada por la entrada de una enfermedad a nuestro país a finales de 2016, fue clasificado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) como especie en peligro crítico de extinción en nuestras costas.
Según don José Rafael García March, investigador del IMEDMAR-UCV y profesor de Ciencias del Mar en la Universidad Católica de Valencia, “se trata de un hallazgo sin precedentes y nos enfrentamos a la ardua tarea de recoger uno a uno los juveniles para trasladarlos a un lugar seguro donde puedan crecer en condiciones óptimas y fuera de la influencia de la enfermedad”.
Por su parte, el director del Instituto, don José Tena Medialdea, recuerda que ”todos los individuos deberán pasar por un periodo de cuarentena antes de juntarlos con los ejemplares sanos para evitar contagios”.
Para poder cumplir con este requisito de control, el IMEDMAR-UCV cuenta con la ayuda de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, que subvenciona un proyecto conjunto entre la Universidad Católica de Valencia, el Instituto Oceanográfico Paul Ricard de Francia y el Instituto de Biología Marina de Kotor de Montenegro hasta abril de 2019 y que ha permitido adecuar las instalaciones para acoger los juveniles.
Asimismo, en colaboración con Andrómeda Ibérica, el IMEDMAR-UCV está preparando nuevos colectores para larvas basados en los diseños de las maromas que utilizan las granjas marinas, dado el buen resultado que han ofrecido en la campaña de reclutamiento del pasado año y aprovechando la proximidad de la temporada de cría. A finales de junio, se instalarán los nuevos colectores en los centros de cultivo que Andrómeda Ibérica posee en los municipios alicantinos de Calpe y Villajoyosa, con el fin de facilitar el rescate y repoblación de esta preciada especie.
El director general del grupo acuícola, Tahiche Lacomba, destaca “el gran hito medioambiental que supone convertir las granjas en núcleos de biodiversidad marina y la predisposición de la compañía a la hora de proveer a los investigadores de todo lo necesario para preservar esta especie”.