El riesgo de despoblación del medio rural español

La asesora de la Dirección General de Desarrollo Rural del MAPAMA, doña Isabel Bombal, considera que el riesgo de despoblación es «muy elevado» y que «la población rural está muy masculinizada y envejecida», por lo que «es fundamental atraer a jóvenes y a mujeres». Para lograr este objetivo hay que generar unas condiciones de vida y de trabajo atractivas, para que la población rural se fije de manera estable.

De acuerdo con la mencionada asesora, urge poner coto a este problema, que se agrava desde el año 2000. La digitalización, que está en la base de toda la transformación de la economía en general, tiene un «inmenso potencial» en el ámbito agroforestal y del medio rural, según la asesora del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).

La señora Bombal ha recalcado que la digitalización es fundamental para que en el medio rural se puedan desarrollar negocios a los que tradicionalmente no se tenía acceso en los pueblos.

Las nuevas tecnologías permitirán su desarrollo para que tanto los jóvenes como las familias «estén cómodos y puedan disponer de los mismos, o parecidos elementos de ocio, de las mismas oportunidades de negocio que en el medio urbano”.

Según datos del propio Ministerio, en la Península Ibérica hay 66.000 km2 con densidades de población inferiores a los 8 habitantes/km2. También tenemos regiones escasamente pobladas, que engloban unos 1.350 municipios, de los que aproximadamente la mitad tiene menos de 100 habitantes, lo que pone en un claro riesgo no solo el futuro de muchos pueblos, sino también el futuro del sector agroalimentario.

Por su parte, don Andrés Montero, asesor de la Dirección General de Desarrollo Rural, ha destacado que “el uso de las nuevas tecnologías hará avanzar al sector agroalimentario» para ser más eficiente económica, social y medioambientalmente, y logrará «atraer a esos jóvenes a una nueva agricultura y ganadería modernizada, avanzada e innovadora. Los jóvenes se sienten muy atraídos por las profesiones digitales y las nuevas tecnologías».

También apuesta el señor Montero por aprovechar y saber transmitir las mejoras que ofrece la transformación digital, como las relacionadas con el bienestar y las condiciones laborales en el sector agrario y ganadero. Las «oportunidades de futuro» para un medio rural vivo y poblado pasan por tener una actividad económica viable ligada al sector agroalimentario y que permita, ha insistido el señor Montero, «vivir de forma adecuada y con unos servicios de calidad y de ocio accesibles que atraiga, sobre todo, a los jóvenes hacia la vida del medio rural”.

El crecimiento del teletrabajo, «poco desarrollado en España, ya que solo el 13 por 100 de las empresas lo fomentan», según un estudio de la Organización Mundial del Trabajo, mientras que en otros países ronda el 30 por 100, induce a un cierto optimismo, porque, según el señor Montero, “hay oportunidades para crecer en este sentido». Como ejemplo, ha citado la posibilidad de que jóvenes profesionales puedan dedicarse a la agricultura y a la ganadería de forma diversificada y volver al medio rural para compatibilizar su profesión con la actividad.

En este sentido, la conectividad y la interoperabilidad, según la directora de Desarrollo Rural, Esperanza Orellana, es un reto que, por ejemplo, se tratará de salvar con el Plan 300×100 para llevar la fibra óptica de 300 Mbits/s al 100 % de los núcleos de población de España, sobre todo a pequeñas poblaciones y zonas rurales. La Directora General, que participó en la jornada sobre «Digitalización y territorios rurales» en Añora (Córdoba), hizo mención a que “los retos del medio rural, tanto los sectoriales como los territoriales, se deben afrontar desde la adaptación digital».

De acuerdo con la señora Orellana, el sector agroalimentario es una parte fundamental de la solución -en referencia a la despoblación-, “ya que un sector tecnológicamente avanzado logrará atraer a jóvenes y mujeres para frenar el temido éxodo rural. Hay que apostar por el concepto de territorio rural inteligente, nuevo concepto que se basa en aprovechar las tecnologías existentes y emergentes, y las innovaciones sociales para añadir valor a la vida de los ciudadanos”.

En este sentido, considera también la señora Orellana que es necesario apoyar decididamente la infraestructura digital, así como involucrar a los ciudadanos rurales para que desarrollen soluciones que promuevan la inversión y la sostenibilidad, a través de la innovación social y la especialización inteligente.