Las algas en la alimentación animal: perspectivas

Europa es deficitaria en la producción de proteína para ganadería, la cual debe importar, reduciendo desgraciadamente la competitividad de sus explotaciones ganaderas. Por ello, las algas se postulan con una fuente sostenible y local de proteina. En algas se ha analizado contenidos en proteína bruta de 30-45%.
Se lleva muchos años hablando de las algas como fuente de proteína, pero hasta día de hoy esta industria no ha arrancado ¿por qué?

El principal problema es que la tecnología está orientada a productos de alto valor añadido: la industria nutracéutica. Se centra en monocultivos de microalgas y en sistemas de cultivo de medio líquido, que precisan elevada inversión y elevados costes de operación. Las algas se encuentran en suspensión en el agua, siendo necesaria para su recolección flocular, decantar y/o centrifugar para obtener el concentrado de algas. Estas algas para su crecimiento también necesitan ser recirculadas con bombas a través de estrechos tubos o paneles, de ahí el elevado coste energético.  El proceso de recolección es lo que más encarece este tipo de instalaciones tanto por la inversión, como por las operaciones de funcionamiento. Un ejemplo de vinculación de estos sistemas de medio líquido con la ganadería encontramos la granja de vacuno de leche Kelstein, Holanda (www.kelstein.nl).

 

Una tecnología mucho más económica en inversión y en operaciones, son los sistemas cultivo sobre soporte sólido, donde las algas crecen adheridas a una superficie rugosa y porosa, donde su recolección se realiza por raspado, y donde el único gasto energético se limita a recircular una pequeña lámina de agua sobre las algas adheridas. En este tipo de sistemas conviene resaltar el trabajo del profesor Walter H. Adey que en los noventa ejecutó un by-pass del Lago Okeechobee (Florida, Estados Unidos) para canalizar parte del agua contaminada con fósforo y nitrógeno, sobre soportes donde crecían las algas filamentosas autóctonas obteniendo así biomasa (www.algalturfscrubber.com).

Son muchos los estudios que han analizado el empleo de algas en alimentación de vacuno, ovino, avicultura, viendo como mejoran el perfil de ácidos grasos de la leche y carne, como consiguen un color de la yema de los huevos o de la carne más alineada con los estándares de calidad del consumidor. Todos los estudios señalan que un aspecto importante es la forma en que algas se introducen en las raciones, principalmente por la apetecibilidad.

En resumen, las claves para que las algas sean una realidad en la alimentación ganadera:

  1. Reducir los costes de este tipo de instalaciones, centrándose en los sistemas de cultivo sobre soporte sólido y en la producción de algas autóctonas que son las que más aclimatadas están al entorno, teniendo una producción optimizada.
  2. Vincular la producción de algas a la gestión de efluentes residuales. De ahí que el desenvolvimiento de esta industria vaya unido al aprovechamiento de los efluentes ganaderos tratados o los efluentes urbanos en la categoría de aguas regeneradas (R.D. 1620/2007).
  3. Revalorizar todas las fracciones posibles de estas algas: por un lado los ácidos grasos y por otro las proteínas junto con las demás fracciones, con el objetivo de rentabilizar la industria molturadora y obtener para la ganadería una proteína competitiva respecto a la proteína importada, acorde la normativa de comercialización de piensos (RD 1002/2012).

Jorge Miñón Martínez
Ingeniero Agrónomo
AGRAE