La visión de ANDA, una ONG de bienestar animal

El concepto de bienestar animal ni es inmutable ni unidireccional. Al contrario, está sujeto a constantes mutaciones derivadas de la interacción entre distintas disciplinas y actores que intervienen en su definición. Tanto las unas como los otros han ido evolucionando y, sobre todo, ampliándose con el paso de los años.

Desde un contexto inicial en el que el bienestar animal era discutido en base a criterios científicos veterinarios y posteriormente estructurado en unas legislaciones garantistas pactadas entre sector productor y ONG de bienestar animal, hemos evolucionado  a otro radicalmente diferente en el que por una parte el espectro de ONG activas ha aumentado y diversificado incluyendo a movimientos de corte vegetariano o medioambiental y por la otra han aparecido nuevos protagonistas tales como auditoras privadas, industria alimentaria o cadenas de distribución  y de comida rápida. Además el bienestar animal también se ha convertido en herramienta empleada por el sector productor en su competición por ampliar la cuota de mercado o por la industria abastecedora de estructuras, instalaciones o líneas genéticas de animales. El concepto inicial basado en la ciencia veterinaria y el pacto reflejado en ley ha muerto. Supone el triunfo del bienestar animal “social” y sus concepciones genéricas tales como “libertad” o “natural”, más comprensibles, y que se adaptan y reflejan mejor el deseo del consumidor.

Ahora todos comunican y publicitan bienestar animal. Quién ofrece más y mejor bienestar animal “social” se ha convertido en uno de los ejes de cualquier política comercial de las grandes distribuidoras que quieren apuntarse el tanto sin asumir el costo. Si me permiten la expresión, hemos “prostituido” el concepto de bienestar animal. El bienestar animal social aplicado a la producción convencional, si no va acompañado de otras medidas paralelas, conlleva una intensificación de los sistemas alternativos más pobres en bienestar animal con el fin de producir un bien “alternativo” barato y, en consecuencia, en vez de resolver un problema genera otros. Por otra parte este producto alternativo de bajo coste implica una competencia agotadora para el producto alternativo auténtico y real, al que han “robado” su valor identitario y que ve su parcela de mercado saturada de supuestos productos alternativos. Ese es el motivo por el que ANDA mantiene un sistema de alerta y denuncia ante la aparición continua de productos alternativos baratos “de escaparate” vacíos de contenido real, científico y comprobable.

ANDA mantiene una postura que, sin ambages y a cara descubierta, apoya y fomenta la puesta en valor y vigor de la producción alternativa auténtica. Este apoyo explícito incluye el permiso de uso de nuestro logo y la firma de acuerdos y convenios de colaboración con este sector. ANDA se involucra totalmente con este productor. Al mismo tiempo combinamos el bienestar animal con la sostenibilidad medioambiental y el desarrollo rural. Apostamos por la integración de las tres variables en lo que se viene definiendo actualmente como “One Welfare” Este sistema debe reflejarse en un etiquetado pactado entre todos los interesados que le permita al consumidor identificar el producto y adquirirlo reconociendo su valor añadido. Lo acabamos de hacer junto a AVIALTER en la marca de huevos “Bienestar Animal avalado por ANDA” invitando a integrarse a todos los productores de huevo alternativo.

Desde ANDA el mensaje hacia el consumidor en lo que se refiere al consumo de productos cárnicos es claro: una producción respetuosa con el medio ambiente, los animales y las comunidades rurales no es fácil ni barata de obtener. Sin embargo no es necesario gastar más para acceder a esa producción sino consumir menos y pagar más por cada unidad consumida. El consumidor que quiere ver garantizado el cumplimiento de sus expectativas, estará dispuesto a asumir el coste añadido.

Esta postura incluye una invitación al productor convencional a sumarse a la producción alternativa real. Por este motivo desde ANDA no se mantiene una confrontación abierta con el sector convencional. El producto barato siempre va a tener su mercado y desde ANDA se mantiene una mano abierta para invitarlo a ir trasladando su sistema hacia métodos alternativos. Desde el respeto mutuo. Se puede competir a precio asumiendo los riesgos y sinsabores que esta decisión conlleva pero también se puede buscar otra forma de gestión que apueste por la calidad, entendida tal en sentido integrador de diversas variables, explicar en qué consiste ese valor añadido, hacerlo reconocible en el mercado y reclamar un precio justo. Ahí, sin duda, nos vamos a encontrar. La experiencia con AVIALTER ha sido tan positiva que merece la pena extenderla a otros sectores. Cuenten con nosotros.

 

Alberto Díez Michelena

Director de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales