La sequía y las abejas

El cambio climático está afectando muy negativamente a toda la ganadería que depende sustancialmente del medio. Así, la presente campaña está siendo especialmente negativa para los apicultores.

La acusada sequía que está castigando a la mayoría de las regiones españolas y las temperaturas extremas que se han registrado hasta bien entrado noviembre han agotado y asfixiado a las abejas y vaciado las colmenas en uno de los peores años que se recuerdan.

Estas condiciones climatológicas (con temperaturas de hasta 35 ºC a finales de octubre) llevan a una significativa falta de alimento, a una proliferación de las enfermedades, a la muerte de muchas abejas (se estima que de media un 30 por 100 de las colmenas han muerto) y a que su rendimiento productivo sea nulo.

Las consecuencias de todo ello son unas grandes reducciones de la producción que se pueden cifrar de alrededor de un 50 por 100 respecto de la temporada anterior.

La situación es especialmente grave en regiones como Extremadura. En ella, según el portavoz de la UPA, don Antonio Prieto, que también es apicultor, la producción no llegará ni a las 2.500 toneladas de miel, cuando lo normal es producir unas 6.500.

Otras regiones como Andalucía, Castilla y León, Galicia o Aragón también se han visto azotadas por la falta de lluvias y el calor, un hecho que ha afectado sobre todo a las mieles multiflorales y, en menor medida, a las monoflorales (romero, tomillo, azahar, eucalipto…), que son más escasas y valiosas.

Paralelamente, se ha registrado una gran presión sobre las colmenas por parte del abejaruco. Esta ave migratoria hace un ruido elevado, asusta a las abejas y no las permite salir pese a que los insectos necesitan ir a por agua para ventilar la colmena. Esta situación ha generado un elevado estrés en las abejas y el que muchas de ellas mueran asfixias en el interior de la colmena.

Una de las cuestiones que se plantea es si esta caída en la producción traerá consigo una importante subida del precio a pagar a los apicultores; según los últimos datos disponibles del Ministerio de Agricultura, el precio del kilo de miel ha subido un 15 por 100 en septiembre (3,31 euros) respecto al mismo mes del año pasado (2,87 euros).

Según los agentes sociales y los propios apicultores, lo que sucederá, ante la caída de la producción nacional, es un aumento de las importaciones, especialmente de miel china (se estima que actualmente un 65 – 70 por 100 de la miel que se vende en España tiene su origen en China, donde el coste de producción ronda el 1,40 – 1,50 euros/ Kg frente a un coste de producción en España que puede oscilar actualmente, en base a una contabilidad analítica, entre los 2,50 y los 3,00 euros el kilogramo).

Precisamente por esta cuestión, los apicultores consideran fundamental el adecuado etiquetado donde figure en los envases el “Made in Spain” que otorgue a nuestras mieles un carácter diferencial. La cuestión está en ver cómo reaccionan los consumidores ante un etiquetado de esta naturaleza.