La OCU disconforme con el nuevo sistema de Etiqueta Nutricional Evolucionada (ENL)
Como ya avanzábamos la semana pasada, la nueva “Etiqueta Nutricional Avanzada” (ENL) está generando bastantes posturas de disconformidad. Ahora la Organización de Consumidores (OCU) ha manifestado su opinión contraria a la misma.
Según la OCU, el código de colores basado en el tamaño de las porciones, como proponen las empresas promotoras de la misma (Nestlé, Unilever, Mondelez, Coca Cola y PepsiCo), no cumple con los requisitos definidos en el reglamento sobre información nutricional adicional y, por otra parte, puede inducir a error a los consumidores dado que no podrán comparar fácilmente diferentes productos si los colores del esquema pueden variar cuando se usan para porciones más grandes o más pequeñas; por lo tanto, siempre según la OCU, tampoco es útil para que los consumidores puedan elegir alimentos más saludables.
Este sistema busca adaptar la etiqueta nutricional del semáforo del Reino Unido de tal forma que el código de color para «porciones más pequeñas» dependerá de criterios más indulgentes que aquellos de porciones más grandes o por 100 gramos.
Por la razones expuestas la OCU pide que no se permita la «prueba» del esquema ENL en el mercado español y, además, ha mostrado su preocupación a la AECOSAN sobre cómo se está desarrollando el sistema de Etiqueta Nutricional Evolucionada o ENL basado en el tamaño de las porciones.
Según la OCU, el propio modelo realizado por las empresas muestra que el efecto principal de la ENL es que, para porciones de menos de 50 g, el número de ‘rojos’ para grasa, azúcar y/o sal tiende a disminuir significativamente en comparación con el esquema de semáforo original del Reino Unido. Además, al contrario de lo que dicen las compañías, no hay evidencia que demuestre que ENL aliente a los consumidores a comer porciones más pequeñas, sino todo lo contrario.
Cómo ya se ha comentado en alguna otra ocasión, la Organización de Consumidores y Usuarios ha apoyado durante mucho tiempo la introducción de un esquema europeo de etiquetado nutricional obligatorio denominado “front-of-pack”, que está basado en la codificación por colores. Sin embargo, al no ser obligatorio, la legislación de la Unión Europea permite a los Estados miembros introducir sus propios esquemas.
LA OCU respalda el código de colores, siempre y cuando esté basado en criterios uniformes para ayudar a los consumidores a descifrar la información nutricional con mayor facilidad. Sin embargo, la Organización cree que el código de colores basado en el tamaño de las porciones, como proponen estas compañías de la industria alimentaria, inducirá a error a los consumidores, ya que no podrán comparar fácilmente diferentes productos si los colores del esquema pueden variar cuando se usan para porciones más grandes o más pequeñas. Además, los tamaños de las porciones que actualmente asignan las propias empresas suelen ser poco realistas.
A pesar de las muchas reticencias generadas por el sistema, las compañías ENL han anunciado su intención de probar su esquema en Europa desde finales de 2018 hasta finales de 2020 para recopilar información sobre los consumidores. Sin embargo, OCU recuerda que solo se necesitaron diez semanas para que el estudio dirigido por el gobierno francés sobre el sistema NutriScore generara una sólida base de evidencia de que funciona.
Ante esta situación, la OCU muestra su preocupación por que se permita el uso del esquema ENL durante dos años en Europa, antes de asegurarse cuál podría ser el resultado, ya que no ha demostrado pruebas sólidas de efectividad y, sin embargo, tiene un gran potencial para engañar a los consumidores.
En este marco es donde la OCU sustenta la opinión de que los esquemas de etiquetado nutricional simplificados que no cumplan con los criterios establecidos en la legislación de etiquetado de alimentos no deberían permitirse en el mercado, incluso bajo el pretexto de una fase de «prueba» y pide, por tanto, que no se permita ni tan solo la «prueba» del esquema ENL en el mercado español.