La identificación de las cojeras en las VLAP
Algunas medidas generales de control de las cojeras son: establecer visitas periódicas del podólogo, implantar un protocolo de baño de pezuñas, invertir en mejoras en suelos, camas, ventilación, etc.
Podemos clasificar las cojeras según dónde aparezcan:
- De pezuña (cojera baja): la mayoría de los casos de cojera.
- Cojeras altas: como fracturas de huesos o luxaciones de hombro, abscesos en corvejones, traumatismos o daños en nervios.
Las más frecuentes suelen ser las cojeras en las pezuñas externas de patas traseras, porque soportan más presión y tienden a deformarse. Las cojeras en pezuñas internas de las patas delanteras, son también relativamente frecuentes.
La mejor técnica para identificar cojeras es establecer una rutina de observación de los animales: caminando o en estación. Además, registrando los datos individuales, se obtiene información sobre el estado general del rebaño y se pueden aplicar medidas de control y prevención generales.
Existen varias escalas de puntuación de la locomoción para identificar animales cojos. Estas se basan en el movimiento de las extremidades y el balanceo de la cabeza del animal durante la locomoción, así como de si apoya o no la pata con lesión, en caso de que esté cojo. La más popular consta de cinco grados de cojera:
- Grados 1 y 2. No se consideran cojera.
- Grados 3, 4 y 5. Sí son cojera. Según aumenta la gravedad de la cojera, los signos son más claros.
Las cojeras de grado 3 suelen deberse a lesiones recientes. Si se detectan enseguida y se tratan a tiempo y correctamente, la vaca tendrá más posibilidades de curar.
Es importante diferenciar cómo camina una vaca sana y detectar las cojeras de grado 3 o superior. Con esto, se puede utilizar un sistema binario, más sencillo: vaca coja o vaca no coja. Hay que tener en cuenta la superficie sobre la que caminen las vacas. Lo ideal es sobre suelo firme y seco (a la salida del ordeño o al arrimarlas).
Como técnica alternativa se puede observar a los animales mientras están en las cornadizas atrapados (durante controles reproductivos, por ejemplo), desde atrás. Un animal con molestias en pezuña tiende a adoptar posturas anómalas para modificar el reparto del peso entre sus extremidades y liberar a la pezuña enferma de presión. Puede ayudar empujar al animal ligeramente hacia un lado; una vaca con molestia volverá rápidamente a cambiar el peso sobre la extremidad sana. Una vez agrupados los animales de esta manera, se debe realizar un examen exhaustivo de la extremidad, comenzando por la pezuña y en sentido ascendente.
Almudena Molinero Argüello.
ANKA Cuidado de Pezuñas.