La ganadería española y los antibióticos

A pesar de las reiteradas declaraciones del sector y de la propia Veterindustria acerca de los esfuerzos que hacen nuestros ganaderos y nuestros técnicos para reducir el consumo de antibióticos en nuestras ganaderías, la realidad actual es poco satisfactoria en este capítulo.

En el año 2016, España ha sido el segundo productor de carne en la Unión Europea a 28 (6,35 millones de toneladas en el año 2016) detrás de Alemania (8,25 millones de toneladas) y por delante de Francia (5,20 millones de toneladas), Polonia (4,73 millones de toneladas), el Reino Unido (3,83 millones de toneladas e Italia (3,75 millones de toneladas).

Por su parte, según la Asociación Nacional de la Industria Cárnica Española (Anice) nuestra industria cárnica es el cuarto sector más importante de la industria nacional y el primero en exportación en el ámbito agrario (fundamentalmente gracias al sector porcino).

No obstante, lamentablemente España es el Estado de la Unión Europea a 28 dónde más antibióticos veterinarios se venden. Según afirma la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) la gran mayoría tiene como destino nuestras explotaciones ganaderas.

Para que nos podamos hacer una idea de la magnitud del problema las mencionadas ventas de antibióticos se incrementaron casi un tercio entre los años 2013 y 2014. Se trata de un importante problema porque a los humanos y a los animales, a menudo, les afectan patógenos similares y ambos son tratados con antibióticos parecidos; el uso de los antibióticos apropiados a un nivel conservador contribuye al desarrollo de la resistencia. El uso generalizado y el mal uso, la acelera (se estima que en España entre los años 2011 y 2016 más de 14.000 personas murieron en España tras infectarse con bacterias resistentes).

De acuerdo con los datos actualmente disponibles en España se venden actualmente tres veces más antibióticos destinados a la base animal de nuestras explotaciones pecuarias que en Alemania. En España se utilizan, de acuerdo con las últimas estimaciones, alrededor de unos 400 miligramos de antibiótico por kilogramo de carne producida; en Alemania unos 130 miligramos.

De acuerdo con la EMA las cifras españolas ponen en evidencia que los tratamientos masivos y grupales son una práctica recurrente en España. Del total de antibióticos usados en nuestro país, más del 95 por 100 se suministran en premezclas, polvos y soluciones orales, y menos del 5por 100 se aplica en inyecciones, lo que indica un uso colectivo generalizado.

Según el profesor Juan José Badiola, Presidente de la Organización Colegial Veterinaria Española, “hay ganaderos que automedican sin consultar al veterinario”. Además, hace hincapié en la práctica tradicional de aplicar tratamientos generales, sin hacer un diagnóstico previo, mediante antibióticos de amplio espectro que pueden atacar diversas bacterias al mismo tiempo. También asegura que lo correcto es hacer análisis de laboratorio para identificar la bacteria con exactitud para prescribir el antibiótico preciso.

La realidad es, que esta cuestión, ligada a las buenas prácticas pecuarias, necesita ser resuelta con la máxima urgencia para ponernos a la altura de Alemania o Dinamarca, que son estados que marcan las pautas en este contexto. De no lograrse estos objetivos a corto plazo podemos llegar a tener problemas con muestro comercio intracomunitario.