La distribución y el huevo tipo 3

Lidl España, continuando la política comercial que inició hace ya un tiempo en Dinamarca, anunció que no va a colocar en sus líneas huevo tipo 3. Ello desencadenó inmediatamente, como era lógico esperar, un tsunami de reacciones, tanto del sector productor como del sector industrial (en el espacio de 15 días se han producido más de 50 comunicaciones al respecto).

Debe tenerse en cuenta que, en nuestro país, se consumen unos 255 huevos/cápita y año (lo que supone el 1,21 por 100 del gasto alimentario de los españoles) y que el consumo de huevo tipo 3, procedente de gallinas alojadas en jaulas enriquecidas, es absolutamente mayoritario (alrededor del 90 por 100 de nuestras gallinas ponedoras están alojas en jaulas enriquecidas).

En este marco, el día 16 de febrero INPROVO publicó su posicionamiento en esta cuestión a través de un comunicado que decía:

“El Comité de Comunicación de INPROVO mantuvo su primera reunión el pasado 6 de febrero, con el fin de definir los mensajes del sector ante los cambios que se están produciendo en el mercado y en la comunicación sobre el huevo y el bienestar de las gallinas ponedoras.

Se ha acordado explicar las razones de la distribución para eliminar los huevos en jaulas de las tiendas: la presión del lobby vegano y sus propios intereses comerciales. El productor de huevos y los consumidores no han sido consultados en la toma de decisiones que les afectan especialmente porque van a tener que pagar sus costes.

El Comité propuso también adoptar una actitud proactiva, y superar el momento actual en el que se responde a las iniciativas de supermercados y activistas. No es tan fácil que lleguen los mensajes del sector cuando comentamos noticias generadas por otros y el ciudadano tiene que elegir que mensajes le convencen más.

Se buscará generar noticias propias, y para ello pedir presupuesto para una nueva oleada de la encuesta “Huevómetro”, sobre el conocimiento, actitud hacia el huevo y hábitos de compra de los españoles. Ofrecería una imagen fiable de la evolución de las percepciones en los tres últimos años en torno al huevo, y también la base para los mensajes y argumentos de futuras acciones de comunicación (y de una campaña más amplia que se preparará pensando en la extensión de norma). Se daría una información más ajustada a la realidad, en función de lo que el consumidor percibe y de las necesidades del sector”.

Cuando una empresa toma una decisión de esta naturaleza hay que preguntarse siempre dos cosas: qué intereses comerciales hay detrás (diferenciarse de la competencia, por ejemplo, aplicando aquel viejo adagio que dice: “el que pega antes…pega dos veces”) y qué intereses económicos la apoyan (por ejemplo, un mayor rendimiento económico neto en tienda por metro lineal de expositor).