La cotornicultura en Brasil (I)

Hablando en términos generales y a nivel mundial, la avicultura ha ido ganado protagonismo tanto a nivel productivo como de consumo (FAO 2015). En este contexto, el significativo incremento del consumo de carne de pollo puede atribuirse a las diversas transformaciones que ocurren en el ámbito de la sociedad, entre ellas los propios cambios sociales, lo que afecta al perfil del consumidor de carne y, consecuentemente, genera una serie de cambios en los hábitos alimentarios.

Paralelamente, la búsqueda por parte de los consumidores de una vida saludable hace que busquen cada vez más informaciones sobre las características nutricionales de los alimentos, entre ellos los de origen animal, como es el caso de la carne aviar y de los huevos para consumo.

En el caso de Brasil, además de sus excelentes atributos nutricionales, el bajo precio que tiene la carne de pollo, con referencia a las otras carnes, y de los huevos procedentes de las gallinas ponedoras hace que sean dos de los productos preferidos y más demandados por nuestro mercado interno.

Como es sabido, Brasil es actualmente el segundo mayor productor mundial de carne de pollo, siendo únicamente superado por los Estados Unidos (USDA 2017). El consumo mundial de carne de pollo se estima que ha sido en el año 2017 de 88,14 millones de toneladas.

El sostenido incremento global de la demanda mundial de carne aviar está dando lugar a la progresiva aparición, en algunos mercados, de otras carnes avícolas como, por ejemplo, la carne de avestruz o la de codorniz, entre otras, y también de huevos para consumo procedentes de otras aves como puede ser el caso de las codornices.

Este hecho ha dado lugar a que en Brasil, donde evidentemente la carne de pollo y los huevos procedentes de las gallinas ponedoras siguen siendo los líderes indiscutibles, las codornices han pasado de ser una especie de producción fundamentalmente rural, base de una economía de subsistencia, a ser una especie de producción industrial, tanto en lo que se refiere a la producción de carne como a la de huevos para consumo. Así, en el año 2015 el censo de codornices alcanzó prácticamente los 22 millones de cabezas, un 8,1 por 100 superior al del año 2014.

El problema en estos momentos, en lo que a la producción de carne de codorniz se refiere es, por una parte, la falta de homogeneidad de la base animal (falta estandarizar las líneas comerciales de producción) y, por otra, que hay una clara carencia de los adecuados conocimientos técnicos sobre este tipo de producción.

Ello da lugar a que, por ejemplo, las bases de su racionamiento se fundamenten en datos empíricos derivados del pollo de carne o de lo que se conoce en cuanto a las codornices dedicadas a la puesta ((Coturnix coturnix japónica). El resultado es una manifiesta ineficacia e ineficiencia en su alimentación (piensos inadecuados y manejo no optimizado).

En este sentido, continúa siendo imprescindible adquirir los adecuados conocimientos en este terreno para poder desarrollar los piensos adecuados, los programas nutricionales correctos y, por lo tanto, minimizar los costes de producción y optimizar el rendimiento y la conformación de las canales.

 

Andrea Luciana dos Santos y colaboradores

(Ivan Graça Araujo, Rafael Gonçalves Cuissi, Andreoli Correia Alves, Luana Caroline Kawamura)

Universidade Federal de Mato Grosso

Instituto de Ciências Agrárias e Tecnológicas

Curso de Zootecnia / Campus Universitário de Rondonópolis.