La agricultura intensiva aumenta el riesgo de epidemias, advierten los científicos

El uso excesivo de antibióticos, el alto número de animales y la baja diversidad genética causada por las técnicas de cultivo intensivo aumentan la probabilidad de que los patógenos se conviertan en un riesgo importante para la salud pública, según una nueva investigación dirigida por científicos del Reino Unido.

Un equipo internacional de investigadores dirigido por las Universidades de Bath y Sheffield investigó la evolución del ‘Campylobacter jejuni’, una bacteria transportada por el ganado que es la principal causa de gastroenteritis en países de altos ingresos.

Transferido a humanos por comer carne y aves contaminadas, el ‘Campylobacter’ causa diarrea sanguinolenta en humanos y, aunque no es tan peligroso como la fiebre tifoidea, el cólera o la ‘E. coli’, provoca enfermedades graves en pacientes con problemas de salud subyacentes y puede causar daños duraderos.

Alrededor de 1 de cada 7 personas padecen una infección en algún momento de su vida y causa tres veces más casos que ‘E. coli’, ‘Salmonella’ y listeria combinados.

Se encuentra en las heces de pollos, cerdos, vacas y animales salvajes. Se estima que está presente en las heces del 20% del ganado en todo el mundo y es muy resistente a los antibióticos debido a su uso en la agricultura.

Los investigadores, que publican su investigación en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, estudiaron la evolución genética del patógeno y descubrieron que las cepas de la bacteria específicas del ganado surgieron al mismo tiempo que un aumento dramático en el número de ganado en el siglo XX.

Los autores del estudio sugieren que los cambios en la dieta, la anatomía y la fisiología del ganado desencadenaron la transferencia de genes entre cepas generales y específicas del ganado con una ganancia y pérdida de genes significativas. Esto ayudó a la bacteria a cruzar la barrera de las especies e infectar a los humanos, desencadenando un importante problema de salud pública.

Combine esto con el aumento del movimiento de animales a nivel mundial, las prácticas agrícolas intensivas han proporcionado el ambiente perfecto para extenderse a nivel mundial a través de las redes comerciales.

El profesor Sam Sheppard, del Centro Milner para la Evolución de la Universidad de Bath, señala que «se estima que hay 1.500 millones de reses en la Tierra, cada una de las cuales produce alrededor de 30 kilos de estiércol cada día. Si aproximadamente el 20 por ciento de ellas transportan ‘Campylobacter’, eso equivale a un enorme riesgo potencial para la salud pública.»

«En las últimas décadas, ha habido varios virus y bacterias patógenas que han cambiado las especies de animales salvajes a humanos: el VIH comenzó en los monos; el H5N1 provenía de las aves; ahora se sospecha que Covid-19 proviene de los murciélagos –continúa–. Nuestro trabajo muestra que el cambio ambiental y el mayor contacto con los animales de granja también han provocado que las infecciones bacterianas pasen a los humanos también».

A su juicio, «se trata un llamada de atención para ser más responsables con los métodos de cultivo, para que podamos reducir el riesgo de brotes de patógenos problemáticos en el futuro».

El profesor Dave Kelly, del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la Universidad de Sheffield, añade que «los patógenos humanos transportados en animales son una amenaza creciente y nuestros hallazgos resaltan cómo su adaptabilidad puede permitirles cambiar de hospedador y explotar prácticas agrícolas intensivas».