El Tesoro emitirá 220.145 millones en deuda este año

Como era de prever, las necesidades de financiación externa de nuestra tesorería no dejan de crecer y ya se ha anunciado que el Tesoro emitirá otros 220.145 millones de deuda en este año 2018.

No se olvide aquí que (últimos datos publicados) la deuda exterior de España, en términos netos, sigue creciendo, desgraciadamente, y se sitúa muy cerca del billón de euros, la cifra más elevada desde el primer trimestre del año 2016. En concreto, representa prácticamente más del 90 por 100 del Producto Interior Bruto (PIB). Esta realidad, guste o no, pone de relieve las enormes dificultades reales que tiene la economía española para financiarse con ahorro interno, lo que le obliga a endeudarse en el exterior; paralelamente pone de manifiesto, técnicamente hablando, que la crisis no ha pasado, por mucho que intenten convencernos de lo contrario.

Este porcentaje ¡atención al dato! mantiene la posición de inversión internacional (una variable clave desde el punto de vista de la sostenibilidad de la economía) en niveles muy, muy elevados (y cabe preguntarse si sostenibles). Los organismos multilaterales estiman como sostenible un nivel equivalente al 30-35 por 100 del PIB (es decir, la tercera parte de lo que tiene España…).

Incluyendo las cifras de lo que han invertido las empresas españolas en el exterior, el resultado es más significativo. La deuda externa bruta de España se situó en 1,92 billones de euros, lo que representa algo así como el 170 por 100 del PIB, superando así los 1,91 billones de hace 6 meses.

Volviendo a la emisión bruta mencionada, 220.145 millones, ésta tiene como objetivo elevar la vida media de la deuda y ampliar la base de inversores (que ya ha ido aumentando en los últimos tiempos gracias a las emisiones sindicadas y a las subastas de deuda indexada a la inflación), así como ampliar las rebajas de costes de los últimos ejercicios.

Al inicio del presente año 2018, se registró un importante incremento en las rentabilidades de la deuda pública, tanto que el interés del bono español a diez años subió hasta el 1,6 por ciento. Sin embargo, las subidas parece que se van neutralizado.

En cualquier caso, la situación de endeudamiento de España no deja de ser altamente preocupante (y a esta preocupación hay que unir la que genera a nivel interno el creciente endeudamiento privado, estimulado por la propia banca y las empresas financieras).