El sector lácteo y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)

Hay ocasiones en las que uno se pregunta si los profesionales que integran la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) entienden de verdad de agricultura y de ganadería y si de verdad saben lo que realmente sucede en nuestras explotaciones y en nuestros mercados.

Viene a cuento este comentario porque cuando hace menos de un mes este organismo mostraba su frontal oposición a la norma que tiene la intención de convertir en obligatoria la indicación en el envase del origen de la leche (que, por otra parte, es el deseo de una inmensa mayoría de los productores y también de los consumidores) ahora tenemos otro encontronazo del MAPA y del sector lácteo con la CNMC.

En esta oportunidad, la CNMC pone objeciones al decreto de reconocimiento de las organizaciones de productores y las interprofesionales lácteas. Aquí la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia se muestra una vez más contraria a lo que defiende el texto elaborado por el Ministerio de Agricultura.

Como es sabido, la mencionada normativa (inmersa en la actualización del llamado paquete lácteo, creado hace más de tres años) tiene como finalidad principal mejorar la capacidad de negociación de los productores. También persigue los objetivos de regular aspectos importantes para el sector como los contratos que firmen las agrupaciones de productores con la industria y de dar transparencia a la figura de los primeros compradores, similar a los intermediarios. Paradójicamente, en ambos asuntos Competencia muestra su oposición a lo dispuesto en el texto elaborado por el Ministerio de Agricultura.

En su informe, la CNMC califica como de “intervencionismo excesivo” los parámetros propuestos en los contratos para la fijación del precio de la leche en origen y la excesiva rigidez en el mecanismo de formación de las cotizaciones de la leche. Su recomendación es la de suavizar las exigencias para dejar un margen mayor a la libre decisión de las partes.

A la CNMC tampoco le gusta la cuestión de los llamados primeros compradores, que en la mayoría de los casos son meros intermediarios que no tienen vinculación directa con ninguna empresa láctea y que especulan con una importante cantidad de leche (dañando, sin duda, a los productores y, al final, al propio sector).

En este marco, la CNMC cuestiona que se les exija una fianza de 150.000 euros con la que hacer frente a posibles impagos a los ganaderos. Solicitan un replanteamiento de la propuesta “desde la óptica de los principios de buena regulación”, una vez entienden que no está suficientemente razonada la necesidad de esta medida.

Indiscutiblemente, la CNMC no parece saber todos los problemas de impagos que han sufrido los ganaderos a lo largo de estos últimos años ni la cantidad de ganaderos que han tenido que dejar su actividad por este motivo.