El consumidor después de la crisis: cómo ha afectado al sector avícola

La evolución del consumo de pollo desde el 2008, que fue marcado como inicio de la crisis (en septiembre de aquel año es cuando quiebra Lehman Brothers), refleja un incremento inicial, confirmando el carácter de alimento refugio en momentos de escasez económica. Sin embargo, a partir del año 2012 esta tendencia cambia y actualmente el consumo anual de carne de pollo está por debajo de las cifras anteriores a la crisis y sin visos de repunte (Figura 1).

 

Fuente: Panel Consumo Alimentario MAGRAMA.

Si nos atuviésemos a la idea del alimento refugio, indicaría que la crisis se acabó en 2013, cosa que como todos sabemos no es cierta, ¿qué ha pasado entonces en España con los consumidores de pollo? La respuesta está en las gráficas de población y consumo per cápita. Como podemos ver en la Figura 2 hemos perdido cerca de  400.0000 habitantes y esa caída coincide exactamente en fecha con el inicio de la bajada en el consumo de pollo.

 

Fuente: INE.

Ese dato por si solo no explicaría toda la caída. Por eso hay que analizar también el consumo por habitante (Figura 3) y ahí la reducción ha sido muy severa. Y esto es porque los que se han ido eran consumidores intensivos de pollo.

 

Fuente: Panel Consumo Alimentario MAGRAMA.

Con este balance debemos plantearnos claramente que si el sector quiere volver a incrementar los volúmenes de consumo debemos presentar a los consumidores que nos quedan propuestas más atractivas que les hagan volver a descubrir los beneficios de este alimento que, no solo debe considerarse como refugio, sino también como fuente de sabor, proteínas, conveniencia, etc.

El desarrollo tecnológico es una de las áreas más trabajadas por nuestro sector, orientado principalmente a la productividad. Es necesario ahora que trabajemos no solo en el vector precio, sino sobre todo en el de producto. Si tomamos como referencia las plataformas de estudios del comprador existentes, esas mejoras deberían ir orientadas a desarrollar mayor conveniencia, etiquetas limpias, packaging adaptado, nuevos sabores, nuevos momentos de consumo.

Por otro lado, cada vez está teniendo más fuerza en países como Reino Unido, Alemania y Dinamarca, la orientación del consumidor hacia la sostenibilidad. Un concepto que debe ser bien explicado por los representantes del sector; de lo contrario serán otros los que se encarguen de hacerlo y no en beneficio de la industria precisamente. Cuestiones como la huella de carbono o hídrica ya presentes en los países antes mencionados no tardarán en ser una realidad en nuestro país.

El consumidor es soberano y pondrá a cada uno en su sitio del mercado en función del nivel de acierto con estos desarrollos, pero parece claro que quien no lo haga perderá cuota.

Oscar Oblanca.
Director de Desarrollo.
Grupo Oblanca.