El Caprino de Leche en Castilla y León (II)

Como ya se anticipaba en el primera parte de este trabajo, el subsector caprino de leche en Castilla y León es muy heterogéneo, presentando, por un lado, explotaciones intensivas, con animales muy seleccionados genéticamente, que presentan buenas producciones lecheras y un elevado índice quesero; y, por otro, explotaciones extensivas o semiextensivas, en las que los animales son producto de diferentes cruces y que suelen llevar asociadas una pequeña unidad productora de transformación (quesería artesanal).

El queso de cabra, en la zona de referencia, es un producto que se valora bien en los últimos tiempos y que se demanda por parte de un tipo de consumidor (en pequeño número aún) que es perfecto conocedor del mismo y que reconoce en él un producto de calidad. Los quesos de cabra de la región han sido premiados en diferentes concursos.

De entre los diferentes problemas que presenta este subsector, habría que apuntar al elevado envejecimiento de productores y el muy escaso relevo generacional; los jóvenes no se sienten atraídos por esta actividad pecuaria; la falta de formación económico/empresarial en los titulares de explotaciones pequeñas;  la atomización y la dispersión de las unidades productoras; la ausencia de medidas que incrementen la comercialización y el mercadeo del queso y de leche de cabra; la presencia de cadena real de valor totalmente desestructurada; la estacionalidad en la producción; los elevados costes de alimentación (sistema intensivo); el bajo precio de la leche pagado al productor; el exceso de producción y, finalmente,  descenso del consumo de productos.

Para poder afrontar lo expuesto y salir de la compleja situación en la que se halla inmerso este subsector, como muy bien indica Buxadé (2016), “es necesario que el sector afronte importantes cambios estructurales en las relaciones comerciales (productor-industria-distribución) y que se estructuren las cadenas reales de valor”. Sólo de esta manera, efectivamente, conseguiremos generar un sector adecuadamente estructurado a nivel nacional y prepararlo para que se pueda introducir exitosamente en otros mercados exteriores.

En este año 2016, la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León ha puesto en funcionamiento la denominada “Plataforma de Competitividad Productiva”, en este caso dirigida al sector ovino/caprino, con cuatro retos por superar: rejuvenecer el sector, mejorar la fortaleza y el posicionamiento de los productores, conseguir una mayor competitividad e impulsar una comercialización adecuada.

La Plataforma, con un presupuesto de 60 millones de euros,  permitirá la puesta en marcha de 36 medidas con un contenido marcadamente estructural, que involucrarán a los tres eslabones más importantes de la cadena, en aras de lograr el necesario equilibrio entre todos ellos. A este montante económico hay que sumarle los 91,5 millones de euros que recibirán los ganaderos de ovino y caprino de ayudas procedentes de la PAC, por lo que se destinarán más de 150 millones de euros al sector.

Aun así, el futuro de este complejo sector no deja de estar, en gran medida, en manos de sus ganaderos, de la forma en que afronten su inclusión económica en la cadena y la defensa de sus intereses; las dos cuestiones demandan, sin duda alguna, una gran unión a nivel del eslabón productor. Este es, precisamente, uno de los talones de Aquiles del mismo y es uno de los que más condiciona la evolución del sector hacía un futuro realmente rentable.

Imágenes: cedidas por Dr. D. Carlos Díez Valle.

Ignacio Mucientes
Ingeniero Agrónomo