Cuando la “información” desinforma: un peligro real y grave

Nos guste o no, en España la producción agraria (agrícola y ganadera) y los alimentos están inmersos en un tsunami informativo que realmente no siempre (incluso me atrevería a decir que con una relativa frecuencia) es objetivo (que se fundamenta en hechos ciertos y contrastables) ni justo (que está de acuerdo con la justicia y la razón) ni imparcial (que está libre de prejuicios, es decir, que no adiciona consideraciones subjetivas y se centra en la mencionada objetividad en lo que atañe al tema a tratar).

Hace unos años, tal vez 15-20, en el ámbito social, apenas si se hablaba de los productos agrícolas, de los productos pecuarios y/o de la alimentación. Pero, actualmente, es raro el día en que, en cualquier medio social de comunicación, no se encuentre un artículo u una opinión en contra de algunos aspectos del “mundo de los alimentos”.

En mi opinión, ello pone de manifiesto la existencia de una profunda crisis mediática (basada generalmente en la ignorancia, pero también, en ocasiones, en la mala fe o en intereses pecuniarios y/o políticos o en una fijación morbosa).

Lo expuesto es fácilmente comprobable si nos adentramos en el mundo de las redes sociales, de la comunicación de masas y, muy especialmente, en el de la comunicación pseudotécnica, pseudocientífica, puramente divulgativa o, sencillamente, amarilla. Todo ello genera una profunda crisis mediática (muy difícil de combatir eficazmente).

Consecuentemente, ello determina que, en no pocas oportunidades, las informaciones que se vierten se fundamenten en una temática totalmente desenfocada, subjetiva, injusta y parcial, que “ataca”, bajo falsas argumentaciones basadas, por ejemplo, en el bienestar animal o en la conservación del medioambiente, algunos aspectos de la base animal o vegetal de la producción de los alimentos (OGM´s, clones, etc.) o de los sistemas de producción (intensivos) o, incluso, de la propia alimentación humana (omnívoros, frente a vegetarianos o a veganos).

En estas oportunidades no es información; es desinformación o información sesgada y las mismas acaban generando un ambiente negativo y hostil hacía nosotros y, consecuentemente, dan lugar a un problema real y grave (no se olvide que a río revuelto…ganancia de pescadores).

Es evidente que nuestro sector se mueve impulsado, en primer lugar, por la innovación (sin innovación no hay progreso y, sin progreso, no hay futuro). Una innovación muy fundamentada en las ciencias ómicas (que comprenden disciplinas tales como la genómica, la proteómica, la transcriptómica y la metabolómica; que se apoyan en el Big Data [análisis y consideración de ingentes cantidades de datos, por lo que se hace uso de la bioinformática], aportando grandes avances en el conocimiento básico de los temas biológicos, amén de implicar un enorme desarrollo en el campo del análisis de la funcionalidad celular y en sus aplicaciones biotecnológicas).

Bien entendido, insisto, que la mencionada innovación no afecta sólo a la base vegetal y/o animal, sino que forma parte de los sistemas de producción y de las técnicas de aplicación e, incluso, de la propia organización empresarial; además, se proyecta en el binomio alimentos/salud.

Todo ello, unido a la aplicación de nuevas tecnologías (por ejemplo, la robótica o la cuarta revolución industrial, que se fundamenta en la automatización y en el intercambio de datos dentro de las tecnologías de manufactura, incluyendo los sistemas ciberfísicos, el Internet de las cosas y la computación en la nube), da lugar a una realidad matricial sumamente compleja, que no es nada fácil de comunicar. Además, hay aquí un agravante importante: la gran mayoría de la población a la que debe ir dirigida la mencionada información tiene una formación muy precaria en esta temática.

Por lo tanto, en base a lo aquí referenciado, debe quedar diáfanamente claro que comunicar en nuestro “mundo agrario” requiere de mucha prudencia, de amplios y actualizados conocimientos y de una profunda profesionalidad (y estos tres “productos” no suelen abundar en nuestro mercado; a los hechos me remito).

 

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.