Consideraciones acerca de la ganadería del vacuno de leche en República Dominicana

La República Dominicana, desde antes de constituirse en un país independiente, ha sido siempre eminentemente ganadera. Después de que los europeos despojaran del oro a la tierra dominicana y antes de que la industria azucarera floreciera, la ganadería se implantó en las praderas de la Ispayola (que es cómo se denominaba, en criollo haitiano, a la isla).

República Dominicana se constituyó en el primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo, tras ser descubierta por Cristóbal Colón en su primer viaje en el año 1492. Durante la mayor parte de la historia de mi país, la ganadería ha sido la actividad económica más importante. Así, por ejemplo, durante los siglos XVII-XIX ella constituyó la mayor fuente de riqueza del país, si bien, desde sus orígenes, fue siempre una ganadería basada en la producción de carne. No obstante, poco a poco, comenzó a especializarse en el ámbito bovino en la producción de leche y, en la actualidad, el ganado bovino de aptitud lechera puede representar el 65 por 100 de la población bovina total de la República Dominicana.

Las razas comúnmente usadas para la mencionada producción de leche son la Holstein, la Brown Swiss y la Jersey; todas ellas, a pesar de ser potencialmente buenas productoras lecheras, no logran poner de manifiesto todo su potencial genético real, debido a una serie de problemas que las afectan; entre ellos destacamos:  su deficiente adaptación al clima tropical, el desarrollo de enfermedades causadas por parásitos externos e internos y las claudicaciones.

De las tres razas mencionadas, la que mejor se ha ido adaptando al clima tropical y al aprovechamiento del pasto de baja calidad (tosco) es la Brown Swiss; esta raza tiene el inconveniente, por otra parte, de presentar una baja tasa de crecimiento.

Otras razas utilizadas y que ofrecen una mayor adaptación al clima tropical son: la Gyr y la Girolando (fruto del cruce entre Gyr y Holstein). Estos animales presentan una mayor resistencia a los parásitos, poseen una baja tasa de partos distócicos, una pubertad tardía en comparación con las razas de origen europeo y un alto requerimiento en materia seca.

La producción bovina de República Dominicana presenta desde los años 80 del siglo pasado, como ya se ha efectuado algún comentario en otra oportunidad en este boletín, grandes desafíos, ya que el sector carece de unas condiciones globales adecuadas para poder garantizar el pleno desarrollo del mismo.

Así, nos encontramos con una selección deficiente de las vacas lecheras para su utilización en el trópico; fincas con infraestructuras que no ofrecen comodidad al animal para descansar y/o comer; deficiente manejo del ganado; inadecuada alimentación sólida; baja calidad del agua; registros de datos (historial) de las fincas incompletos (lo que dificulta extraordinariamente su gestión); escasa sanidad de la base animal (la brucelosis y la tuberculosis son las dos enfermedades que han causado y causan un mayor estrago en esta ganadería); un muy deficiente control de los parásitos internos y externos y el fracaso, hasta la fecha, del trabajo en equipo entre los ganaderos para procesar/vender la leche que generan sus rebaños.

Por otra parte, una gran desventaja competitiva, que tiene el sector lechero dominicano, es el de su elevado coste de producción. Lamentablemente, las industrias procesadoras no pagan un precio que refleje el coste real; a ello hay que sumarle la poca ayuda que ofrece el gobierno a tan importante sector.

Sumando todo lo expuesto, debe quedar claro que la situación global hace que sea insostenible para el ganadero mantener la cadena de frío para la leche. Para que se tenga una idea, un litro de leche en la finca puede llegar a costar de promedio entre RD$16.00 y RD$19.00 (entre 0.31€ y 0.37€), coste que no es cubierto, ni por asomo, por lo primeros compradores.

Sin embargo, esa misma leche los consumidores la adquieren a un precio el litro entre RD$50.00 y RD$60.00 pesos (0,96€ y 1,15€).

Actualmente, la industria quesera compra el 60 por 100 de la producción de leche a nivel nacional, sin que sufra modificación alguna la problemática expuesta.

La producción de leche ha bajado, en los últimos tiempos, aproximadamente un 30 por 100, debido a causas económicas, es decir, por la falta de rentabilidad. A ella hay que sumar, por una parte, el hecho de que el gobierno aprueba regularmente importaciones de leche y de productos lácteos exentos de aranceles y, por otra, los fenómenos climáticos naturales que azotan al territorio dominicano durante todo el año.

Por todo ello, en mi opinión, el futuro del ganadero que labora en el sector del vacuno lechero, si no cambian radicalmente las circunstancias, se presenta muy oscuro.

Nuestros ganaderos, para poder garantizar su continuidad empresarial, tienen que aumentar la competitividad de sus explotaciones, han de afrontar los cruces de su ganado con razas de fácil adaptación al clima tropical, han de poder garantizar la adecuada sanidad, la correcta alimentación sólida de su ganado, la calidad de agua de bebida y, sobre todo, han de unirse realmente para comercializar adecuadamente sus producciones y poder incidir positivamente en la política pecuaria de nuestro país, que tanto afecta a este sector.

 

Yoobely Espaillat Villafaña

Médico Veterinario Zootecnista

Máster en Producción y Sanidad Animal UCP – UCM.