Claves en la elaboración del compost en las explotaciones ganaderas

La aplicación agrícola de los residuos ganaderos implica el reciclado de la materia orgánica, fundamento inicial de la agricultura sostenible. Pero la utilización directa en agricultura presenta diferentes inconvenientes: fitotoxicidad (compuestos orgánicos, elementos y sustancias minerales, etc.), inmovilización de nitrógeno (“hambre de nitrógeno”) y deficiencia de oxígeno a nivel de las raíces, y aumento excesivo de la temperatura en la rizosfera, por lo que deben de ser tratados previamente a su aprovechamiento.

La gestión de subproductos de origen animal (SANDACH) está regulada por el Real Decreto 1528/2012, donde se articulan las líneas estratégicas de actuación para conseguir una aplicación eficaz de los subproductos, garantizando la protección de la salud pública, la sanidad animal y el medio ambiente.

Entre los diferentes métodos de adecuación de los residuos orgánicos para fines agrícolas destaca el compostaje, tanto desde el punto de vista ecológico como económico. Al mismo tiempo que contribuye la correcta gestión, el compostaje es el sistema que más respeta el ciclo de conservación de la materia y el que mayor aplicación encuentra en agricultura. Como resultado del proceso se obtiene un material maduro, estable e higienizado, con un alto contenido en materia orgánica y componentes húmicos, que denominamos genéricamente compost, el cual puede ser utilizado sin riesgo como mejorador de suelos. En la actualidad, el compostaje es un proceso tecnológico industrializado, sin un grado de complejidad excesivo, técnica y económicamente viable, poco contaminante, y que presenta mejor aceptación social, en comparación con el vertido controlado o la incineración.

El compostaje es la descomposición biológica aeróbica de residuos orgánicos bajo condiciones controladas de temperatura, humedad y aireación. En esta definición residen las claves del proceso. La primera, la descomposición -y no estabilización-, porque no siempre se puede asegurar que la estabilización de la materia orgánica sea total (humificación). La segunda clave se refiere a la fase aeróbica, porque con la presencia de oxígeno se alcanzan temperaturas elevadas que aceleran el proceso y eliminan los malos olores, agentes patógenos o molestos, semillas de malas hierbas, etc. (higienización). Y como tercera clave, destacamos que se trata de una descomposición de tipo biológico (microbiológico).

La sencillez y complejidad que caracterizan al proceso natural no son términos antagónicos, sino más bien complementarios. Es un proceso espontáneo desde el punto de vista termodinámico, que transcurre lentamente con un equilibrio entre las fases y cuya cinética global es compleja, del mismo modo que son complejos todos y cada uno de los mecanismos de reacción implicados.

Como última clave, se considera la calidad final del compost, centrada en las características que resulten del tratamiento respetuoso con el medio ambiente, acorde con una gestión racional del residuo y que tenga como objetivo un producto de aplicación agrícola. Para alcanzar el beneficio ambiental del compostaje y éste llegue a ser una alternativa económicamente viable, el compost producido deberá tener una calidad adecuada a su uso y unas características constantes en el tiempo. En todo caso, deberán cumplirse siempre unos niveles mínimos de calidad, cuyo objetivo principal es impedir la transferencia de contaminantes (abióticos y bióticos).

 

Alberto Masaguer Rodríguez.

Departamento de Producción Agraria.

ETSIAAB. UPM.