Brasil y sus problemas exportadores
A estas alturas nadie duda de la potencialidad de Brasil como país exportador de productos agrícolas y ganaderos. No obstante, con una cierta regularidad surgen problema en aquel país.
Ahora el propio Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA) de Brasil suspendió el pasado 16 de marzo, de una manera preventiva, las exportaciones de aves a la Unión Europea (U.E. – 28) procedentes de diez plantas brasileñas vinculadas al gigante cárnico BRF, el mayor exportador de pollo del mundo (la BRF – Ex Brasil Foods S.A. – es un conglomerado empresarial brasileño del ramo de la alimentación que surgió de la fusión de las acciones de Sadia S.A. con el capital social de Perdigão S.A.).
Las plantas afectadas por la medida fueron objeto de una operación policial el mes pasado tras descubrirse una red que permitía que sus productos fueran aprobados sin pasar por la fiscalización sanitaria. La ABPA (Asociación Brasileña de Proteína Animal), gran defensora de la producción pecuaria brasileña, señala que es importante aclarar que la medida se debe a “divergencias sobre criterios de clasificación de productos exportados en lo que se refiere a la Salmonella que, en términos prácticos, no comporta riesgo para la salud pública”.
Es oportuno hacer memoria aquí y recordar que, a principios del mes de marzo, las autoridades brasileñas desmontaron una organización que le permitía al mencionado gigante cárnico BRF adulterar la fiscalización de la calidad de sus productos. Las investigaciones revelaron que cinco laboratorios privados acreditados por el Ministerio de Agricultura ofrecían resultados fraudulentos de los exámenes de calidad que se hacían a las muestras de alimentos. Los fraudes tenían la complicidad de ejecutivos de BRF, empleados del cuerpo técnico y de profesionales responsables por el control de la calidad de los productos de la empresa
La BRF informó de todo lo acontecido a sus accionistas a través de un comunicado y aseguró que todos los productos que ya fueron colocados en la Unión Europea, así como aquellos que fueron producidos y embarcados antes del 16 de marzo, “pueden ser comercializados y utilizados sin ningún tipo de restricción”. También ha asegurado que mantiene una “intensa interlocución con las autoridades locales e internacionales para aclarar cualquier duda sobre la calidad y seguridad de sus productos y para preservar la relación comercial con sus clientes y consumidores”.
Por su parte, el MAPA ha informado que una misión técnica viajará próximamente a la Unión Europea para ofrecer todas las aclaraciones que sean necesarias y que, tan pronto se superen las dudas y se garanticen la aplicación de los pertinentes controles en origen se puedan reanudar exportaciones.