Vacunar en producción animal, una responsabilidad compartida (I Parte)
Quizás por mi deformación como docente, siempre me gusta empezar un tema definiendo los conceptos fundamentales, de tal manera que todos los lectores del mismo manejen una significación idéntica, en esta línea, lo primero sería definir que entendemos por vacunas; según la Organización Mundial de la Salud (OMS): «Cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados o de productos o derivados de microorganismos».
La primera vacuna de la que se dispone de datos científicos la ideó en 1796 un médico inglés, Edward Jenner, frente a la viruela humana. Jenner observó que las personas que estaban en contacto con las vacas contraían la viruela vacuna, y el contagio de esta enfermedad, posteriormente hacía que esas mismas personas fuesen inmunes a la viruela humana.
Para probar su teoría, inoculó a un niño de ocho años, líquido purulento procedente de una pústula de viruela vacuna, de una mujer contagiada de esta enfermedad. Seis semanas más tarde, volvió a inocular al niño el virus de la viruela humana, y observó que no presentaba ningún signo ni síntoma, pudiendo percibir que estaba inmunizado. Por haber sido originada en una vaca, al proceso se le dio el nombre de vacuna, y al virus que se empleó «vaccinia».
Alrededor de cien años después de este descubrimiento, Louis Pasteur, un químico francés, demostraba que se podía inducir inmunidad, más o menos duradera, utilizando microorganismos homólogos (Jenner utilizó microorganismos heterólogos, virus de vacuno para prevenir la enfermedad en el hombre) modificados en su virulencia, así como por su inactivación total. Y empezó a vacunar contra la rabia, la fiebre tifoidea, la peste, el cólera y la tuberculosis. En 1979, gracias a este descubrimiento, la OMS, por primera vez, declaró la enfermedad de la viruela erradicada, y en 2011, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) declaró otra enfermedad, esta vez del lado de la Sanidad Animal, la Peste Bovina, también erradicada.
Desde ese momento la inmunización con la vacuna ha sido una de las intervenciones en la salud pública más importantes en el mundo, llegando a salvar a millones de personas al año. Actualmente hay aproximadamente unas veintiséis enfermedades evitables gracias a este método de inmunización en Salud humana.
En medicina veterinaria, para mantener la salud de los animales y lograr un funcionamiento satisfactorio de los programas de sanidad animal es imprescindible administrar de manera fiable vacunas puras, inocuas, potentes y eficaces. La inmunización de los animales con vacunas de gran calidad es el principal medio de control de muchas enfermedades animales. En otros casos, las vacunas se emplean conjuntamente con los programas nacionales de control y erradicación de enfermedades.
Santiago Vega
Profesor Titular del Área de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera. |
Clara Marín
Profesora Titular del Área de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera. |