Tribuna Informativa – Semana 38

  1. Aumenta la complejidad del mercado ruso para las exportaciones españolas

Desde agosto del año 2014 (con motivo, entonces, de la crisis de Ucrania), Rusia sigue incrementando las dificultades para que la UE (y otros terceros países como EE.UU. o Canadá) pueda exportar sus productos en el ámbito agrario.

Ahora, con fecha 1 de noviembre 2016 (y de momento hasta final del año 2017), la sal (implicando también a productos tales como la sal de mesa) va a entrar a formar parte del grupo de productos afectados por el embargo y, consecuentemente, sufriendo el mismo trato que la carne, los productos lácteos, las frutas y las hortalizas.

Ello no debe de extrañar demasiado porque Rusia ya ha manifestado varias veces que tiene el objetivo de cubrir con sus producciones agrarias su demanda interna.

 

  1. El cambio climático y los viñedos

Investigadores del Ceigram (Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de los Riesgos Agrarios y Medioambientales), encabezados por su Subdirectora y Catedrática de Economía Agraria de la ETSIAAB, la Profesora Isabel Bardají, están estudiando los efectos del cambio climático sobre los viñedos españoles, especialmente los ubicados en la mitad sur de la Península (no olvidemos que en España tenemos 70 Denominaciones de Origen Protegidas de vinos).

El aumento significativo y duradero de las temperaturas, acompañado de la disminución de las lluvias tiene varias consecuencias. Entre ellas, la reducción del periodo de crecimiento, lo que afecta negativamente a la calidad de las bayas porque origina un exceso de madurez y de azúcares en la uva.

Resulta evidente que las futuras condiciones climáticas suponen un gran reto también para los viñedos; en este caso, básicamente, en lo que a la calidad de sus producciones se refiere.

 

  1. Premio «Good Sow Commendation»

Este galardón, que otorga la organización defensora del bienestar animal Compassion In World Farming (CIWF), está destinado a las empresas de la industria alimentaria que respetan y promocionan el bienestar animal y la producción sostenible.

En esta oportunidad, este premio recayó en la categoría de jamones y embutidos curados, en la empresa Marcos Salamanca ubicada en Sotoserrano (Castilla y León) como reconocimiento de su decidida apuesta por la calidad y la trazabilidad de los productos del cerdo Ibérico y su compromiso con la mejora continuada de los estándares de bienestar animal en su cadena de suministro.

Entre los objetivos de esta empresa están los de evitar, en la base animal con la que labora, cualquier tipo de mutilación (léase el corte de rabos, el descolmillado y la castración física).

 

  1. Nuevo reglamento para los plásticos en contacto con alimentos

Este Reglamento, de una gran importancia práctica, modifica y corrige el Reglamento (UE) nº 10/2011 que versa sobre los materiales y los objetos plásticos destinados a entrar en contacto con alimentos (pensemos, por ejemplo, en nuestras barquetas con carnes). Como es sabido, el Reglamento (UE) nº 10/2011 establece, para el contexto de la Unión Europea, una lista de sustancias autorizadas para fabricar materiales y objetos plásticos en contacto con alimentos.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (la EFSA) ha detectado algunos errores y ambigüedades en el mencionado Reglamento: por esta razón ha visto la luz el Reglamento (UE) 2016/1416. El mismo modifica y corrige los puntos señalados teniendo como objetivo reflejar las últimas conclusiones de la EFSA y eliminar dudas respecto a su correcta aplicación.

Hay que significar que todos los materiales y los objetos plásticos que cumplan el Reglamento (UE) nº 10/2011, en su forma de utilización antes de la entrada en vigor del nuevo Reglamento (UE) 2016/1416 podrán seguir comercializarse hasta el 14 de septiembre de 2017 y permanecer en el mercado hasta que se agoten las existencias.

 

  1. A vueltas con las ayudas al sector agrario

Como es bien sabido hay una corriente de opinión cada vez más fuerte de los contribuyentes fiscales de la Unión Europea contra las ayudas al sector agrario.

En esta oportunidad, el tema ha tomado protagonismo en el Reino Unido. Antes del referéndum, los defensores del Brexit también prometieron que el sistema de ayudas agrarias se mantendría aunque el Reino Unido abandonara la UE (hace un par de semanas el Canciller de Hacienda del Reino Unido, el señor Philip Hammond, garantizó hasta 2020 los fondos para los agricultores y los institutos de investigación.

No obstante, ahora una coalición de 80 organizaciones profesionales que pueden representar a casi a más de 1,5 millones de personas y el propio National Trust (organización encargada de preservar los monumentos históricos y espacios naturales) han pedido que, con motivo del Brexit, se afronte una profunda modificación de la estructura del capítulo destinado al gasto agrario (que actualmente viene a suponer unos 3.000 millones de libras anuales).

Pretenden reorientar el mismo hacía la financiación de la consecución de la calidad del agua, del mantenimiento de la fauna silvestre, de los servicios medioambientales y del bien público.

Habrá que ver si esto tiene un “efecto dominó” en la Unión Europea.