Tribuna informativa – Semana 10/2017

  1. La producción pecuaria española ha batido récords en el año 2016

En el pasado año 2016, de acuerdo con los datos publicados por el Servicio de Estadística del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), la producción cárnica en España alcanzó prácticamente los 6.420.000 t.  Ello viene a suponer un incremento del 4,7 por 100 respecto a 2015; es decir, un incremento de unas 291.000 t (en el año 2011 en España se produjeron unos 5,6 millones de toneladas; en el 2014 unos 5,8 millones y en el 2015, unos 6,1 millones).

Como era de suponer, la mayor producción corresponde, un año más, a la carne de porcino: 4.059.000 toneladas, con más de 47,7 millones de animales sacrificados. Esta producción viene a suponer, aproximadamente, el 63 por 100 de toda la producción cárnica autóctona.

La segunda carne en importancia es la carne de ave. Su producción fue prácticamente de 1.525.000 t, lo que viene a suponer algo menos del 24 por 100 del total.

El tercer lugar lo ocupa la carne bovina, con unas 638.000 t, que es casi el 10 por 100 del total, seguida de la carne de ovino: 116.500 t (1,8 por 100 del total); de la carne cunícola, que es la única que registró un descenso del 6 por 100): unas 60.000 t (menos del 1 por 100 del total); de la carne equina: algo más de 13.000 t y de la carne de caprino, con algo menos de 10.000 t.

En el año 2014 la industria cárnica española exportó 1,71 millones de toneladas de productos de todo tipo; en 2015 exportó alrededor de 1,95 millones de toneladas y, en 2016, habrá superado los 2,25 millones de toneladas.

En cuanto a las zonas españolas dónde se sacrificó el ganado, destaca Cataluña, con casi el 28 por 100, seguida de Andalucía (15 por 100), Comunidad Valenciana (12 por 100), Galicia (11 por 100) y Castilla y León (9 por 100).

  1. Aumenta el censo caprino en España

De acuerdo con los datos publicados en su página web por la por la Oficina Estadística Europea (Eurostat), organismo dependiente de la Unión Europea, el censo de ganado caprino en España se situó el pasado año 2016 en 3.088.040 ejemplares.

Ello significa que ha habido un incremento del 10,2 por 100 respecto al año anterior (el censo oficial en este año 2015 fue de 2.801.064 animales).

Según los datos expuestos, resulta que nuestro país cuenta actualmente con el sector caprino censalmente más dinámico de la Unión Europea a 28, posicionándose en segundo lugar en cuanto a censos.

Grecia es el Estado de la U.E.- 28 con un mayor censo caprino. Pero este país, al contrario de lo que ocurre en España, mantiene en los últimos años una tendencia negativa en la evolución de su cabaña. Así, en 2016, su censo se sitúa por debajo de los cuatro millones de animales, algo que ocurre por primera vez en su serie histórica. Grecia, de acuerdo con los últimos datos disponibles, cuenta actualmente con un censo de 3.992.000 caprinos (casi un millón más de cabezas que España).

En el sur de la U.E. están los otros Estados que destacan por su censo caprino. Así, por ejemplo, tenemos a Rumanía (1.447.600); a Francia (1.199.000) y a Italia (1.026.260), cuyo censo caprino supera, por primera vez, el millón de animales.

A nivel global, es Turquía el país que más caprinos posee (casi 10,5 millones). Ello debe tenerse muy en cuenta si este país se incorpora finalmente a la Unión Europa.

  1. Evolución negativa de la producción de piensos compuestos en la Unión Europea

Tal y como se esperaba desde hace meses, la producción global de piensos compuestos en la Unión Europea ha descendido en el año 2016. De acuerdo con los datos publicados por la Federación Europea de Fabricantes de Alimentos Compuestos (FEFAC), se produjeron el año pasado 153,4 millones de toneladas; esto es un 1 por 100 menos que en 2015.

No obstante, la evolución ha sido muy distinta en los diferentes Estados de la Unión Europea; Así, por ejemplo, la producción de piensos compuestos ha seguido creciendo en Polonia (incremento del 4,7 por 100 respecto a 2015); también ha crecido en Holanda (un 1 por 100) mientras que, en este mismo periodo, ha disminuido, por ejemplo, en España, Alemania y Bélgica (del orden del 1 al 1,5 por 100).

Comparando las principales especies, resulta que en avicultura, donde se ha notado el problema de finales de 2016 de la Influenza Aviar, se ha pasado de 53,7 millones de toneladas (años 2015) a 53,6 (año 2016); en porcino, con el tema de la Peste Porcina Africana en el este, se ha evolucionado de los 50,2 millones de toneladas (año 2015) a los 49,4 millones de toneladas (año 2016), y en vacuno, donde hay que tener en cuenta los bajos precios que ha registrado la leche, se ha pasado de 42 millones de toneladas (año 2015) a 41,4 millones de toneladas (año 2016).

Las previsiones para 2017 tampoco son demasiado positivas. En efecto, para el presente año se prevé una nueva reducción del orden del 1,0 – 1,2 por 100, estimándose la producción global de piensos compuestos, en el conjunto de la actual U.E. – 28, en 152 millones de toneladas.

Para efectuar estas previsiones se ha tenido en cuenta la crisis en los precios de la leche, los efectos de la Influenza Aviar, la estabilización de las producciones en el sector porcino, así como la posible continuidad, en mayor o menor grado, de la Peste Porcina Africana (PPA).

Estas presiones se pueden ver modificadas si se restablecen las exportaciones al mercado ruso tras el dictamen de la OMC; si bien la actual posición rusa no alimenta demasiadas esperanzas.

  1. Las consecuencias directas de una mala gestión de la fauna silvestre

Más de una vez se ha comentado este tema en esta misma tribuna. La presión que ejercen los denominados ‘animalistas’ y los medioambientalistas determinan, en no pocas ocasiones, que se gestione mal la fauna silvestre, generándose daños importantes al tejido productor agrario sin beneficiar finalmente a nadie (tampoco a la mencionada fauna, porque estas políticas erróneas desembocan en sobrepoblaciones que desencadenan problemas importantes de patología de masas, como ya se puso en evidencia, hace muchos años, en Alemania, por ejemplo, con los ciervos, una especie extraordinariamente prolífica si se rompen los equilibrios).

Ahora, en Castilla-La Mancha estamos en una situación similar. La región, como ha denunciado ASAJA, se encuentra acuciada por una incorrecta gestión y control de las poblaciones de fauna silvestre durante los últimos diez años, provocándose daños muy importantes en explotaciones de cereales, de oleaginosas y de cultivos leñosos.

Después de un arduo trabajo, que ha permitido localizar las principales zonas afectadas y de presentar varias propuestas para intentar solucionar el grave problema que sufren los agricultores y ganaderos por los daños que causan las plagas de conejos y otras especies de caza menor, la situación no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado muy significativamente. Incluso se puede considerar que supone un grave peligro para la seguridad vial.

De acuerdo con lo expuesto por la mencionada Organización, las medidas aplicadas no han solucionado ni mitigado el problema y, por otra parte, ni el Ministerio de Fomento ni Adif han puesto voluntad alguna en limpiar los taludes de las carreteras y vías de ferrocarril, principales zonas donde se propaga la plaga. Tampoco las Confederaciones Hidrográficas han evitado el asentamiento y la propagación de la especie cunícola en las riberas de ríos y arroyos que se encuentran bajo su jurisdicción.

Además, ASAJA CLM considera que la Ley de Caza no garantiza ninguna seguridad real a los agricultores y entiende que la gestión medioambiental correcta de esta situación de emergencia debe pasar necesariamente por la puesta en marcha de la suma de actuaciones inmediatas por parte de todas las administraciones implicadas.

El resultado de la actual situación es una clara ruptura de los equilibrios en la naturaleza, generando un problema de importantes dimensiones, que exige una actuación global coordinada de todas las administraciones competentes.

El caso de Castilla-La Mancha puede ser extrapolado a otras regiones de la geografía española.

  1. La problemática de los robos en el medio rural

Se trata de un problema recurrente. La carencia de suficientes agentes de la Guardia Civil en el medio rural trae como consecuencia una continua proliferación de los robos, tanto en las ganaderías como en las explotaciones agrarias. Estos robos se multiplican cuando hay animales terminados de cebar en las explotaciones pecuarias (caso, por ejemplo de los corderos o de los pollos camperos) o, en las explotaciones agrarias, cuando llegan épocas de recolección (caso, por ejemplo, de las aceitunas o de las fresas).

Ahora, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha alertado acerca del significativo aumento de robos en las explotaciones productoras de fresa. Los ladrones entran en los invernaderos a cualquier hora del día aprovechando el muy insuficiente número de agentes de la Guardia Civil destinados a estas zonas. Estos ladrones utilizan para iluminarse linternas por la noche o simplemente roban a plena luz del día

Al perjuicio económico que supone para los freseros la pérdida de miles de kilos de fresa, hay que sumar el miedo. Se trata de grupos numerosos de ladrones. De esta manera, si son descubiertos por la Guardia Civil, se dividen los kilos robados entre el número de personas del grupo, por lo que tocan a menos cantidad por persona y se considera hurto y no robo.

Ante esta situación, a los agricultores no les ha quedado otro remedio (¡mal remedio!) que organizar grupos de vigilancia para proteger ellos mismos su producto.

La UPA, paralelamente, ha hecho un llamamiento a los consumidores para que no compren fresas en la calle (que habitualmente son procedentes de los mencionados robos y que, por supuesto, están al margen de todo control) y le han pedido a la Administración más efectivos de la Guardia Civil, un cambio en la consideración legal de hurto y que la Subdelegación del Gobierno de Andalucía le conceda la reunión que pidió hace más de un mes.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos está insistiendo en el perjuicio que están sufriendo los productores de fresa de la provincia de Huelva y que no se toman las medidas necesarias y pertinentes.