Opinión de Antonio Palomo: WELL HUNG

Opinión de Antonio Palomo: WELL HUNG, foto antonio palomoOpinión de Antonio Palomo: WELL HUNG

Nosotros preocupados por hacer nuestro sector porcino sostenible dentro de la economía circular agraria ligada al medio rural y otros viajando en aviones privados a Suiza para dejarnos aún más perplejos por sus reflexiones, entre lo bien que lo hacen y la “policrisis”. Perdonad que me queden grandes lagunas, por qué si todo lo gestionan tan bien, muchas cosas van tan mal. Claro que, sí como alguno de es
tos brillantes estadistas del ámbito público allí reunidos la semana pasada, les cuesta hacer las más básicas operaciones de aritmética, siendo menor el número de personas paradas que las personas que cobran el subsidio de desempleo, podríamos pensar que lo que hacen son operaciones combinadas donde el paréntesis o corchete lo mueven a su antojo, resolviendo primero las operaciones que están fuera del mismo, y luego ajustándolo al resultado deseado. Eso sería como que fijásemos el precio final cobrado del kilo producido en cada granja en base a nuestro precio de producción más un valor aleatorio. A ver si juegan a imitar a Jesucristo con lo de los panes y los peces, y nosotros sin percatarnos ni agradecérselo suficientemente. Por ello, me surge la duda de si estas declaraciones corresponden a personas bien dotadas, o bien colgadas, de donde viene el título de esta columna “well hung”, en su doble acepción. También me genera la duda de si todo esto no estará enmarcado en lo que el lingüista y pensador norteamericano Noam Chomsky refería acerca de la manipulación mediática, de forma que desde su atalaya se impide el surgimiento de medios alternativos que no representen a estas grandes instituciones – corporaciones, lo que genera una gran desigualdad entre riqueza y poder, así como sus efectos sobre diferentes niveles en los intereses y elecciones de los medios de comunicación de masas. Es lo que también se enmarca dentro de la leyenda del poeta romano Publio Ovidio sobre el efecto Pigmalión o profecía autocumplida, en el sentido de que, cuando bien saben como la masa va a actuar, cómo somos y qué pretendemos conseguir, saben que es probable que dichas expectativas se acaben cumpliendo o confirmando.

Manifiesto mi agrado a la pluralidad de opiniones que, sin duda, al menos en mi modesta visión, ayudan a consolidar y contrastar la información. Claro que, cuando faltan los puntos de vista de todas las partes de forma equilibrada, cuesta discernir quien lleva el mayor peso de la razón. Por ello, a sabiendas de que en Davos no asistieron los máximos mandatarios de tres países tan importantes como China y Estados Unidos, además de los rusos, mayoritarios en ocasiones anteriores, esa reunión de casi tres mil líderes de las principales economías mundiales, tanto público como privadas, quizás no sea representativo del capitalismo global como nos quieren referir. A ver si es el motivo de que se llame Foro, como los de ANVEPI (Asociación Nacional de Veterinarios de Porcino Ibérico), que en el mes de marzo se celebrará en Málaga. Personalmente me quedo con el segundo, al tiempo que dedico esta columna a toda la junta directiva, a cuyos miembros tengo un gran afecto y respeto, deseándoles éxito en dicho interesante foro. No se si será casualidad que coincida el Foro de Davos con la salida de los primeros cerdos ibéricos de bellota, estando convencido de que estos segundos nos van a dar muchos más momentos de gloria y placer que los augurios de los mandatarios.  Aprovecho para poner los datos recién publicados por Asici – Anprogapor sobre el número de canales de cerdos ibéricos aptas a norma de calidad del año 2022: sobre un total de 3.594.686, el 66% (2.376.619) fueron de pienso, el 16% (555.353) de cebo campo y el 18% (662.714) de bellota. Al mismo tiempo el año pasado se sacrificaron un total de aproximadamente 56 millones de cerdos en España con un peso medio de 113,82 kg peso vivo (llegando a los 119 kg a principios y final de año), con un precio de venta vivo medio de 1,523 €/kg, partiendo de 1,02 en enero y terminando a 1,65 en diciembre, con una plusmarca de 1,72 €/kg en septiembre que casi alcanzamos la semana pasada con 1,702. Si a ello le sumamos que el precio del lechón de 20 kg comenzó en enero a 27 € y termino a 61 €, la semana 3 de este año a 67 €, es obvio asumir que la volatilidad y los riesgos estuvieron muy presentes, lo que considero continuarán este año. Como mencionaba en la columna de la semana pasada, no sé lo que nos deparará este año, pero a buen seguro que nos sorprenderán un sin número de hechos. Sin ir más lejos, los productores porcinos australianos están muy preocupados por los mosquitos, cuyo control es esencial para reducir el riesgo de transmisión de Arbovirus responsables de patologías como la encefalitis japonesa que provoca una tasa elevada de nacidos muertos y momificados, así como trastornos del sistema nervioso central en lechones.

No he encontrado mencionados explícitamente los riesgos en nuestro sector para este año dentro de las 98 páginas del informe preliminar de la reunión del Foro de Davos que se conoce como “Global risk report 2023 18th Edition – World Economic Forum”, aunque, realmente, son menos del 10% las páginas del documento (6 en concreto) que aluden a los riesgos, y el resto son un montón de paja en un pequeño montón de trigo. Como se decía en el argón campesino castellano: “mucha parva y poco grano”. Aún así, agradezco el informe, que como decía Cicerón, ya antes de nuestra era, la gratitud no es solo la más grande de las virtudes sino la madre de todas las demás. O quizás lo haga mejor como un sistema de recompensa de mi corteza cerebral prefrontal medial para una mayor liberación de dopamina y serotonina, a efectos de sentirme más satisfecho como menciona un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard en su artículo “Giving thanks can make you happier”. Y en el límite crítico inferior de la perplejidad, al menos, me quedo con la satisfacción de que activar dicha área del cerebro me vendrá bien para el aprendizaje y la toma de decisiones. No hay bien que por mal no venga, decía ese adagio que todos bien hemos mencionado en más de una ocasión.

            Quiero mencionar al término de mis reflexiones sobre el concepto well hung, que atañe a nuestros estrategas estadistas mundiales, las estrategias de manipulación de la opinión pública y la sociedad que el escritor francés Sylvain Timsit formuló en 2002 sobre el poder económico y sus valedores políticos que utilizan para ejercer un control masivo sobre la ciudadanía, con el objetivo de pensar en las medidas de prevención y profilaxis higio-sanitaria precisas para no caer en sus fauces. Dicho decálogo de estrategias son fomentar la distracción, crear los problemas y también las soluciones, apelar a la gradualidad, diferir y dejar para mañana, infantilizar al interlocutor, apelar más a las emociones que a la reflexión, reconocer al otro como ignorante y mediocre, promover la complacencia en la mediocridad, reforzar la autoculpabilidad y conocer a las personas mejor de lo que ellas mismas se conocen. ¿Les resultan familiares?

            Las que si me resultan personas bien dotadas son todos esos donantes y profesionales sanitarios que, de nuevo, el año 2022 con 5.383 trasplantes de órganos, han vuelto a poner a nuestro país en el número uno mundial. Abogo por estos más que por los “bien colgados”.

“Esperemos lo que deseamos, pero soportemos lo que acontezca”.  Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.) Filósofo y escritor romano

 

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