Opinión de Antonio Palomo : SEXALESCENTES

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Los que nacimos en la década de los 60 en el siglo pasado, cumplimos los 60 durante esta década del siglo presente. Antes se nos conocía como sexagenarios, mientras que ahora se nos conoce como sexalescentes. Hace unos días me decía un excelente colega catalán nacido en la década de los 50 que los de los 60 somos unos afortunados, ya que al haber nacido después de la segunda guerra mundial y comenzar a andar en esa década de la guerra fría entre americanos y soviéticos, quizás sea la razón por la que hoy hacemos la guerra caliente para esta “étapa de sexa-sexo-sexe”. No es casualidad que los 60 fuesen la época de los jóvenes, de los derechos de los negros y especialmente de la mujer en el primer mundo. Afortunadamente, en nuestra época de estudio en el instituto y Universidad ya estábamos pareados. De aquí que se le conociese como “el momento de la liberación universal” muy a pesar de que algunos quieran firmar hoy su autoría, suplantando las grandes personalidades protagonistas de dicho cambio en la referida década de los 60. La píldora anticonceptiva se comenzó a comercializar en 1960 y en 1963 asesinaron tanto a J.F. Kennedy como a Martin Luther King. No menos destacado fue el eslogan contracultural que surgió en los Estados Unidos en enero del 67 en el Golden Gate Park de San Francisco: “Paz y Amor”, que es lo mismo que les deseo yo ahora y siempre.

Los sexalescentes somos aquellas personas adultas que vivimos como si estuviéramos en una segunda adolescencia, con más ánimo que acné y muchas ganas de seguir aprendiendo, lo que a nivel social está cambiando el concepto de la vejez, tratando de retardar los efectos de los procesos oxidativos fisiológicos y crear un nuevo ciclo de vida. Aquí, como en tantas cosas, la actitud es clave, aunque no es menos importante saber medir las fuerzas y las ganas. Aquí quiero dejar un chascarrillo de un gran amigo nonagenario que he perdido este mismo año, y que decía: “cuando suba al cielo, le preguntaré a San Pedro, por qué cuando me quitó las fuerzas no me quitó las ganas”. Los sociólogos definen a los sexalescentes como aquellas personas que cumplen, yo quiero incluirme, los diez puntos siguientes:

  • Siempre mantienen una actitud activa
  • Son positivos
  • Alta motivación
  • Plantean nuevos retos
  • Actualizan sus conocimientos
  • Tienen nuevos proyectos vitales
  • Se benefician de la tecnología
  • Dan importancia a una vida saludable
  • Creen en el amor
  • Les gusta trabajar

Es obvio que la edad no nos trata a todos por igual, ni tampoco todos nos hemos cuidado por igual, lo que hace que no todos los de los 60 sean sexalescentes, y algunos sean más sesentones. Unos continuamos trabajando y otros lo han dejado, pero sobre todo quiero honrar a los que no han podido llegar a disfrutar de esta maravillosa edad, que no son pocos, y muchos eran muy buenos, a los que quiero dedicar esta columna de opinión. Por todo ello, considero esencial deshacernos de los complejos y los miedos, con actitud positiva y voluntad férrea.

En este punto, voy a establecer la intersección entre humanos y animales, como partes de la naturaleza, refiriéndome, como bien suponen ustedes, al cerdo. En humanos utilizamos el término neutro sexalescentes para referirnos a ambos géneros, como wild boar para mencionar tanto a jabalíes machos como hembras. A nadie se le ocurre hablar de sexolescentes, aunque a muchos ya les gustaría, como no es menos cierto que, a pesar de la edad, algunos siguen sin domesticar. Quizás más que una cuestión de actitud sea genética. En nuestras granjas sabemos que debemos evitar que nuestra pirámide de población se envejezca para mantener una buena eficiencia productiva y rentabilidad, de tal forma que ponemos el séptimo parto en cerdas blancas y el octavo en las cerdas ibéricas como el límite superior a partir del cual tenemos demostrada la decadencia. Por lo tanto, y partiendo de que somos ibéricos y uno de los países del mundo con mayor esperanza de vida (hemos pasado de los 73 años en 1975 a los 83 en 2020) nuestra referencia comparativa será el octavo parto. Claro que la diferencia es de más cinco años en las mujeres que en los hombres (85 vs 80). Sabiendo que en nuestras granjas la tasa de renovación tanto de cerdas como verracos está en una media próxima al 50%, e incluso superior en muchos casos en cerdos blancos (<40% en ibéricas), esto supone que la esperanza de vida de ambos géneros es prácticamente idéntica, lo que ya es un hecho diferencial. El otro, no menos significativo es que las causas de eliminación previa voluntaria son fundamentalmente la baja productividad, problemas reproductivos y trastornos locomotores. Se imaginan ustedes que diésemos de baja a toda persona que no tiene una buena productividad o que tenga más de dos fallos reproductivos. Creo que en este punto no podemos establecer parangones.

Lo que si coincide es que no son pocas las cerdas que son baja, o eliminamos, antes de llegar al sexto parto. Solo tenemos que valorar que el número de partos medios por cerda a matadero difícilmente llega a cuatro partos en las granjas más eficientes. Es lo que Parménides llamaba la cultura de la conveniencia o en nuestro caso la toma de decisiones basada en prestar la atención en una parte del todo e ignorar el resto para optimizar los rendimientos productivos, partiendo de que en condiciones normales las cerdas de tercero a sexto parto son las más eficientes. Para ello, tener establecido un correcto plan de renuevo anual es crítico para mantener el mayor porcentaje posible de cerdas en dicho rango de partos, evitando tener una granja rejuvenecida o envejecida, sabiendo que en ambos casos la rentabilidad es menor. A ver si este va a ser uno de los problemas importantes en nuestro país con un elevado porcentaje de jóvenes en paro y seniors de baja, en vez de en plenas facultades sexalescentes. Algunos filósofos griegos ya hacían referencia a personas encantadas con discutir, invirtiendo gran parte de su tiempo en refutar con destreza lo obvio y demostrar lo absurdo, lo que afortunadamente no es mí caso, ya que pienso que en algunas ocasiones es preferible mantenerse callado. Como contrapartida, creo más en el concepto de la frónesis de Aristóteles, que se basa en esa sabiduría práctica, que nos debe llevar a los seres humanos a razonar acertadamente sobre el bien común, y que tanto echo de menos a diario.

“You can make it if you try” – “Puedes conseguirlo si pones tu empeño en ello”. Barack Obama (4 agosto 1961) 44ºPresidente de los EEUU y sexalescente.         

 

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