Opinión de Antonio Palomo: LIFESTYLE DYNAMICS INDEX (LDI)

Opinión de Antonio Palomo: MEAT ATTRACTION, foto antonio palomoOpinión de Antonio Palomo: LIFESTYLE DYNAMICS INDEX (LDI)

Acaba de publicarse la semana pasada un estudio en el que han participado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Alicante confirmando un claro patrón mundial hacia un estilo de vida menos dinámico desde la década de 1960. En dicha década nacimos unos cuantos, y en ese mismo año algunos compañeros de profesión y de mi propia empresa, a quienes quiero dedicar esta columna desde el afecto, respeto y orgullo de disfrutar de su amistad durante tantos años. El estudio se ha basado en conocer el uso del tiempo, que no necesariamente es el símil de la gestión del tiempo. En base al mismo, han desarrollado un índice novedoso que captura la dinámica del estilo de vida en base a la información sobre actividades proporcionada por los usos diarios del tiempo, y que han denominado Lifestyle Dynamics Index. Esto nos indica que, desde dicha década de los 60, las personas estamos realizando, no me incluyo, menos actividades y más rutinas repetidas en las actividades diarias. Hasta el momento, solo Estados Unidos, mediante el American Time Use Survey (ATUS), es el único país en tomar datos estadísticos al respecto de forma oficial, mostrando un primer descenso del LDI entre los años 2003-12 con una caída brusca en 2008. No parece que el siglo XXI nos estemos espabilando que decía Don Román, el sacerdote de mi pueblo, o que quizás nos estamos amodorrando, como refería el Señor Domingo, mi vecino el pastor.

Apuntan como este índice de dinámica de estilo de vida puede tener aplicaciones socioeconómicas relevantes y de bienestar. Ya a finales de la Edad Media los poderosos seguían los preceptos referidos en el tratado de bienestar y salud del Tacuinum Sanitatis que se encuentra en la Biblithèque Nationale de France – París. Los seis elementos necesarios para la salud que en el se mencionan son: la comida y la bebida, el aire y el ambiente, el movimiento y el reposo, el sueño y la vigilia, las secreciones y las excreciones de los humores y los efectos del ánimo (alegría, ira y vergüenza). Son lo más parecido a las cinco libertades del cerdo englobadas en la reglamentación de bienestar animal que hemos desarrollado en los últimos años: no hambre, no sed, no stress, no dolor y posibilitar su comportamiento, entendido como animal doméstico, y que a veces confundimos con el de su ancestro salvaje el jabalí. Ya me gustaría que se les exigiese a los que nos gobiernan que cumplieran con estos preceptos, pudiendo poner en valor que, en nuestras granjas bien nos cuidamos de que así sea por favorecer la expresión de todo su potencial. Personalmente tengo cierta fijación por el aire y el buen ambiente en las granjas, como bien saben los que me conocen y sufren a pie de granja. Este primer mes del otoño bien nos rebotan las consecuencias negativas de los meses estivales, constatando una gran diferencia entre las granjas bien climatizadas frente a aquellas que no disponemos de sistemas de control ambiental precisos. Invertir en infraestructuras para paliar las condiciones térmicas extremas que sufrimos en nuestro país lo considero vital, por lo que les invito a irnos preparando ya para el próximo verano.

A buen seguro que sobre los efectos del ánimo influye lo que la Organización Mundial del Comercio ha definido como la policrisis, que no tan solo es económica, sino de valores y humores. Para ello, ser ecuánimes sería preciso, ya que es algo en decadencia. La ecuanimidad es un estado de estabilidad y equilibrio mental, cuyos sinónimos son mesura, sensatez e imparcialidad. Creo que no estaría de más que algunos lo tuviesen en cuenta. Estos días escuchaba hablar de que se están incrementando los “sisis” frente a los “ninis”, es decir jóvenes entre 16 y 25 años que, si estudian y si trabajan, que a buen seguro tienen un Lifestyle Dinamic Index superior. En Europa, los holandeses van a la cabeza y nosotros aún un poco rezagados. Como diríamos en el argot porcino, tenemos más colas que cabeceras. Soy consciente de que estamos en el país de la picaresca, aunque entre pícaro y miserable hay un pico, como constatamos cada día cuando somos testigos de ciertos acuerdos para preservar la bancada azul. Me permito referir que la vida del pícaro explica el estado del deshonor como condición del personaje, que se desarrollo en España desde el siglo XVI, y que no parece haberse erradicado, más bien parece estar reemergiendo. Conozco a más de uno que dejan al pie de los caballos al Lazarillo de Tormes o del Manzanares, a Guzmán de Alfarache, al Buscón o a la hija de Celestina.

En una sociedad que tiende más al reposo que al movimiento, y al sueño que, a la vigilia, no me sorprende que devenga un Lifestyle Dinamic Index inferior con todas sus consecuencias. Ya saben aquello de trabajar media jornada y dormir lo justo que referían mis Padres. Pensemos que en sesenta años de vida solo hay 525.949 horas. Se me viene a la cabeza la frase de San Juan de la Cruz que decía: “al atardecer de la vida, seremos examinados en el amor”, y podríamos añadir, no el número de años vividos, sino el número de horas bien aprovechadas. Es un poco como el índice de número de kilos de pienso cerda por lechón destetado, donde todas comen más o menos la misma cantidad al año, pero tenemos una gran dispersión en los rendimientos de cada una, pudiendo ir desde 30 a 60, teniendo como objetivo estar por debajo de 40 kilos.

Y luego está lo de las cosas para alimentarnos, es decir comer y beber, que en los cerdos sería beber y comer. La semana pasada visitaba una granja que sus cerdas tenían una condición corporal deficiente a primera vista, lo que confirmamos analizando los consumos medios diarios y anuales de los piensos de gestación y lactación. El resultado era una mala productividad reflejada en numerosos índices zootécnicos. Bien sabemos que hay una correlación lineal y directa entre buena condición corporal y buena productividad. En alimentación, las deficiencias y excesos nos penalizan, por lo que no solo el hambre y la sed, sino el sobreconsumo de alimentos y bebidas también son perjudiciales. Aquí entra el concepto de sostenibilidad que dentro de nuestro sistema agroalimentario incluye a la seguridad alimentaria y/o soberanía alimentaria, temas que trataremos en otra columna de opinión. Dentro de los 17 objetivos del desarrollo sostenible quiero destacar el de producción y consumo responsable, que es producir más con menos, como hacen nuestros cerdos.

Pocas personas son capaces de expresar con ecuanimidad opiniones que difieren de los prejuicios de su medio ambiente. La mayoría de las personas son aún incapaces de formar tales opiniones”. Albert Einstein

 

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Diario Digital AXÓN INFORMAVET ONE HEALTH

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Boletín Digital de Foro Agro Ganadero

Noticias animales de compañía

Noticias animales de producción

Trabajos técnicos animales de producción

Trabajos técnicos animales de compañía