Opinión de Antonio Palomo: LIBRE ALBEDRÍO
Opinión de Antonio Palomo: LIBRE ALBEDRÍO
Es humano comprobar, un año más, como después de un mes de agosto, la realidad nos pone en nuestro sitio. Los más ancianos del lugar ya hablaban de que los “gatos agostizos” tenían poco porvenir, habiendo nacido feúchos y sobre todo con poca vitalidad. Una de las frases que más he escuchado esta pasada semana, referida a la vuelta de las vacaciones, aquella de que “en dos días se me han olvidado”. Entiendo que no deben haber sido nada del otro mundo, o quizás más de lo mismo. Siempre recordaré una reflexión de mi Padre, por estas fechas, a un matrimonio de la nobleza segoviana que pasaban más de un mes de vacaciones en la playa y venían quejándose de todos los infortunios, a lo que mi progenitor les respondió: “¿Y para que vais?. Siempre nos dijo que de vacaciones se está bien en cualquier parte, siempre y cuando estés mejor que en tu casa. Yo también me hago la reflexión de cómo nos iría en este país si nos tomáramos el trabajo tan en serio como las vacaciones. Quizás responda tan solo a que vivimos inmersos en el fetichismo de “lo auténtico”, aspirando a consumir cosas genuinas y ser originales que, en no pocas ocasiones, parece más bien una obsesión o un culto al ocio, como menciona el filósofo y sociólogo francés que este mes cumple 80 años, Gilles Lipovetsky. No es menos cierto que para volver de vacaciones primero hay que irse. Algunos lo haremos cualquier día de estos.
Alguna de las consecuencias de la desconexión es la dificultad en la reconexión al darnos cuenta de que parecen haber sucedido muchas cosas en poco tiempo, lo cual ni obedece a que haya sido poco tiempo, ni que sean consecuencia de las últimas semanas, sino del libre albedrio tanto humano como geopolítico o mercantil. De repente somos testigos de una situación del mercado porcino convulso con bajadas de precios, caída de las exportaciones a nuestro principal mercado que llevan ocupando tiempo Brasil y EEUU por varios motivos muy concretos (costes de producción, acuerdos comerciales, barreras políticas, cuestiones de confianza), reestructuración y reubicación de granjas dentro de principales países productores europeos a la baja (Alemania, Dinamarca, Francia, Holanda, Italia o Portugal), llegando a constatar cómo, incluso, Inglaterra, la primera potencia productora de cerdos en toda Europa (comunitaria o no) hace cuatro décadas, hoy está en mínimos históricos, rondando las 250.000 reproductoras, censo que solo una empresa de nuestro país tiene, y menos que Australia. Estamos en un sector dinámico, globalizado, tecnificado y cada año más exigente, como es lógico, sometido a mutaciones derivadas de una sociedad hipermoderna, como nos enseña Lipovetsky. No solo de cantidad vive el hombre, sino de la cualidad. Quizás debamos pensar más en producir cualitativamente dentro del concepto de valor total, sin perder, como es lógico, tener elevados parámetros productivos (kilos carne por cerda y año). La excelencia no solo es cantidad y a veces, más puede ser menos. Hace unas semanas se presentó el libro editado por Cajamar – Caja Rural titulado “Los retos del sector porcino español”, magistralmente coordinado por los compañeros Manuel Laínez y Daniel Hernández, a quienes quiero felicitar por su trabajo y acierto en la oportunidad temporal, además de por la invitación a desarrollar el capítulo 7 de los 14 de los que consta el texto de 256 páginas. En mi opinión, es un documento de lectura y reflexión recomendada para cualquiera de los que trabajamos en este excelente sector porcino dentro de toda la cadena alimentaria. Es más, pueden leérselo saltándose el séptimo capítulo. No obstante, si nos atenemos al capítulo 7 de la Biblia, quizás su lectura no esté de más. Dice así, refiriéndose a los animales a tomar para entrar en el Arca de Noé: “De todo animal limpio te tomarás de siete en siete, macho y su hembra; más de los animales que no son limpios, dos, macho y su hembra”. ¿Quién dijo que Jehová no tenía clara la relación entre bienestar – bioseguridad – sanidad y sostenibilidad?
Afortunadamente, el inicio del nuevo curso académico – agroalimentario – judicial – político no solo nos trae noticias grises, que no pocas, sino también un sinfín de datos para la esperanza que, en mi opinión personal, hacen que muestre ilusión por el futuro de todos ellos. Judith, esgrimista española paralímpica, se ha colgado una medalla de bronce en París 2024, lo que suma el doble de las que tuvimos en los olímpicos con una cuarta parte de representantes. ¡No me digan que no es para estar orgullosos y creer en el ser humano, en el esfuerzo, constancia y sacrificio, a veces, de los que menos podríamos esperar, dejando de lado las apariencias!. La moraleja se la dejo a ustedes. Por otra parte tenemos a María Isabel Perelló Doménech como primera presidenta electa del Consejo General del Poder Judicial, a su vez del Tribunal Supremo, después de muchos meses de debates políticos intentando colocar cada partido a su candidato con argucias poco éticas. Sabiendo que dicha esencial institución judicial cumplirá 44 años el mismo día que yo haré 62, lo que significa que estamos en una joven democracia, no me sorprenden dichas tensiones, y si me agrada que haya referido en su discurso de solo cuatro folios que aboga por la separación de poderes, que los del ejecutivo parecen no tener nada claros. Personalmente me congratula que una mujer con prestigio profesional y méritos propios, con la que comparto años de trabajo, esté a los mandos del CGPJ. No olvidemos que albedrío viene del latín arbiter, que significa juez.
No menos relevante, aunque a otra escala, es el inicio del curso académico, donde personas muy próximas han comenzado sus estudios de medicina y veterinaria en base a su libre albedrío, término que también deriva del latín arbitrium o libre elección, concepto filosófico por el que tenemos el poder de elegir y tomar nuestras propias decisiones. A ellas quiero dedicar esta columna de opinión y animarlas – apoyarlas a alcanzar su objetivos. Felicidades a Beatriz y Nacho. Considero importante resaltar la diferencia que, tanto en ciencia como en filosofía, hay entre libre albedrío y libertad, donde en el primer caso se refiere al potencial que tenemos de obrar o no obrar. En una era donde a muchos se les llena la boca con la palabra libertad sin llegar a obrarla in sensu estricto, quizás sería mejor referirnos al libre albedrío responsable.
Coordenadas semana 37: Cataluña y Castilla – León. 23º Aniversario atentado NYC
“Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción” – Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Filósofo y escritor británico – El príncipe de las paradojas.
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