Opinión de Antonio Palomo: BIENESTAR Y SANIDAD

El concepto de bienestar ha evolucionado en el tiempo, por lo que es un proceso dinámico que se basa, en estos momentos, en cinco pilares o dominios: ambiente – comportamiento – nutrición – salud y estado emocional (mental/afectivo). La carencia de salud (presencia de enfermedades) tiene un impacto negativo, tanto en el comportamiento como en el estado emocional, como bien mencionaron las Dras. Emma Fábrega y Eva Mainau. También el Dr. Miguel Ángel Aparicio, después de haber participado dos días antes en un encuentro sobre el tema en Bruselas, dentro de la misma mesa redonda conjunta con las dos compañeras y un servidor como moderador, sobre bienestar animal y salud ganadera celebrada el pasado jueves 21, dentro del marco del II Congreso Internacional de Sanidad y Bienestar Animal, en Córdoba, esa preciosa e importante ciudad romana y uno de los principales centros islámicos de la Edad Media, dijo que “un animal sin salud es un animal sin bienestar”. A los tres, por su labor, quiero dedicar esta columna de opinión junto a la Organización Colegial Veterinaria (OCV) por tener la deferencia de incluirme como Comité Científico. Ya lo decía mi Padre que no puede uno estar bien si no tiene salud, antes de que todos constatamos de forma reiterativa los conceptos de One Welfare & One Health. Es más, se considera que la preocupación por el bienestar animal es tan antigua como la ganadería, dado que desde sus comienzos el ser humano evitó alimentarse de animales enfermos y procuró que estos no padecieran problemas antes de sacrificarlos para su consumo. Incluso, como se desarrollo en un trabajo fin de máster en ciencia y filosofía en la UCM, se cree que fue uno de los aspectos que hizo posible la domesticación. Se considera que, en el mundo, la primera ley para la protección de los animales fue efectiva en 1822 en Inglaterra, base de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA).

En nuestro país, Juan Manuel Rosas en 1819 redactó un manuscrito que definía las condiciones de manejo y pastoreo de los animales conocido como “Instrucciones a los mayordomos de estancia” en el cual decía que hay que trabajar al ganado sin alboroto ni atropellamiento, porque de ello resultan males. En el siguiente siglo, ya en 1954, se redactó la Ley 14.346 que contemplaba la protección de los animales con relación a aquellas conductas humanas definidas como actos crueles o/y malos tratos. Igual sería prudente y necesario que, quienes han redactado la conflictiva Ley 7/2023 del 28 de marzo sobre protección de los animales, dos siglos después hubieran tenido la delicadeza – precaución de leérsela, además de haber consultado a los actores principales y secundarios implicados, so pena de seguir solo a lobbies, opiniones y sensaciones urbanitas. En las últimas encuestas, nueve de cada diez ciudadanos confirman desconocer las prácticas de manejo y sanitarias de nuestros animales. Y siendo eso así, por qué no se asesoran de ese 10% que, en muchos casos, además de provenir el medio rural, trabajamos diariamente en contacto con los animales. ¿Cree alguien, con sensatez, que los ganaderos- veterinarios no somos conscientes de que cuanto mejor tratemos a los animales, mejor sanidad tendremos y mejores costes de producción obtendremos? ¿Es posible que personas con la cabeza bien amueblada, que sustenten cargos legislativos, no tengan claro que la falta de bienestar y sanidad son negativos para la viabilidad de cualquier empresa ganadera? ¿Consideran que si dicha estructura no es rentable puede ser sostenible?

Sin sanidad no puede haber bienestar, pensando, en mi opinión que, sin bienestar en nuestros animales estamos corriendo riesgos sanitarios. Bien reflejó en su intervención Emma como los factores de riesgo actúan negativamente en el bienestar, pudiendo desencadenar trastornos sanitarios, como queda patente en dos ejemplos que desarrolló, como son las diarreas de los lechones después del destete o las mordeduras de colas. Ambos problemas tienen una etiología multifactorial y por tanto con numerosos factores de riesgo predisponentes, desencadenantes y/o agravantes. Por lo tanto, la identificación precoz de los problemas de bienestar y la observación pausada de los animales, que es mucho más que mirar o ver, son esenciales como medidas preventivas de problemas sanitarios, que como sabemos es más eficiente y rentable. No tengo ninguna duda, como bien explicó Eva que, las nuevas tecnologías de ganadería de precisión son buenas herramientas de soporte para ayudarnos a ir por delante de los problemas de comportamiento y sanitario de nuestros animales, para lo que se precisa una capacitación adecuada de todas las personas que estamos involucradas. Bien se mencionaron muchas de estas tecnologías en la reunión Allen d´Leman Swine de la Universidad de Minnesota, también desarrollada durante la semana 37.

En ambos encuentros técnicos, al hablar de bienestar y sanidad, nos referimos de forma profusa tanto al de los cerdos como al de las personas, como, entiendo, no podría ser de otra manera. Siempre he mencionado a lo largo de varias décadas que, el bienestar de los ganaderos y veterinarios son un requisito sine qua non para tratar bien a los animales, es decir, para su bienestar, así como para la obtención de óptimos resultados de eficiencia tanto productiva como económica, que como es patente en muchos casos, no siempre van de la mano. En todas las reuniones científicas y dentro de los departamentos de recursos humanos de las empresas y universidades, la preocupación por los problemas de salud mental de las personas es cada vez más relevante y frecuente. Pude ver numerosos carteles informativos en las estancias de la Universidad de Minnesota sobre la prevención del suicidio, como también se celebró hace unos días a nivel mundial el día de prevención del suicidio. Hace muchos años, visitando el Golden Gate (Puerta Dorada), ese singular puente colgante de casi dos kilómetros de la bahía de San Francisco (California), me sorprendió un cartel a la entrada de este como iniciativa de prevención del suicidio, donde decía “si está pensando en suicidarse, por favor, llame antes a este número”. No en vano, se calcula que desde su construcción unas 1.600 personas al logrado su objetivo al tirarse desde el puente a las gélidas aguas a 75 metros de altura impactando a 120 km/hora. Claro que, si eso lo comparamos con los 4.000 suicidios anuales en nuestro país en estos momentos, me parece un tema muy preocupante. Sumado a que somos el país europeo y uno de los primeros del mundo en consumo de sedantes como las benzodiacepinas, fármacos que aumentan el nivel del neurotransmisor inhibitorio GABA en el cerebro, no entiendo como nuestros dirigentes no reflexionan más sobre este tema y menos sobre el futbol. A estos fármacos también se les conoce como “benzos”, que no debemos confundir con Jeff Bezos. ¿Es cuestión de sensibilidad o de intereses? ¿Cuáles son los factores de riesgo que nos han llevado a esta lamentable situación? ¿Quizás estamos minusvalorando esta política del todo vale y/o asumiendo riesgos emocionales superiores a los que como seres humanos dentro del entorno epigenético podemos soportar? Que bien se está cuando se está bien.

IN MEMORIAM Prof. Dr. Carlos García Artiga (1962- 26 septiembre 2020)

“Si algún día se dice de mí que con mi trabajo he aportado algo al bienestar y la felicidad de mi prójimo, estaré satisfecho” – George Westinghouse (1846-1914) Empresario, ingeniero e inventor del freno neumático de los trenes junto a más de otras 400 patentes. Fue nominado al Premio Nobel de Física en 1901.

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Diario Digital AXÓN INFORMAVET ONE HEALTH

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Boletín Digital de Foro Agro Ganadero

Noticias animales de compañía

Noticias animales de producción

Trabajos técnicos animales de producción

Trabajos técnicos animales de compañía