Opinión Antonio Palomo Yagüe: IGNOMINIA

FORO AGRO GANADERO, Opinión de Antonio Palomo: IGNOMINIAOpinión Antonio Palomo Yagüe: IGNOMINIA

Igno se refiere a una composición musical poética que rinde tributo o alabanza a los dioses como homenaje y señal de victoria. Minia es un nombre femenino que podemos escuchar en Galicia, de origen griego, que significa manía, pudiendo estar relacionado con algunas divinidades de su mitología, como los demonios de la demencia y la locura, o bien con la diosa etrusca de la muerte. Personalmente me parece una asociación de conceptos que nos ponen muy de actualidad la ignominia que sufrimos como ofensa grave a nuestra dignidad y honor como personas. Ignominia viene del latín, haciendo referencia a la afrenta pública, cuya etimología está relacionada a innomen (sin nombre) ya que ese es el efecto que causan las acciones deshonrosas. Dicha ofensa está estipulada en nuestro Derecho Penal. La persona ignominiosa basa sus actos en la pérdida de respeto a los demás. Según los sociólogos las consecuencias de normalizar actos ignominiosos como los que vivimos diariamente pueden tener consecuencias impredecibles en el futuro, y no buenas. Ya decía el filósofo e intelectual prusiano padre del marxismo  Karl Marx en 1843, con apenas 25 años, que hay que añadirle a la ignominia la consciencia de la ignominia, debiendo hacerse pública, añadiendo que no hay posibilidad de transformar ninguna realidad si no hemos tomado consciencia de ella y no hemos asumido que esa realidad no debe ser, debe cambiar. Hace referencia a dos de los errores más comunes en el ser humano, y que vivo diariamente en algunas empresas, como son aquellos en los que uno cambia cuando le va bien y no cambia cuando le va mal. Quizás sea por no ser del todo conscientes de la realidad.

La verdadera ignorancia, que también empieza por igno, como bien decía el teórico de la ciencia Karl Popper, no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de rehusarse a adquirirlos. Me surge la duda de si con la ignominia no se pretende crear mayor ignorancia. Como profesional y docente, uno de mis objetivos diarios es trasladar conocimientos entre mis colegas tanto dentro de nuestra empresa como de las empresas con las que trabajamos y compañeros del sector en general, así como inculcar a las jóvenes promesas de estudiantes de Veterinaria el interés por el conocimiento.  Entiendo que un equipo humano con más conocimientos nos permite ser un sector más competitivo y menos propenso a los actos ignominiosos hacia el mismo. Poder diferenciar lo que es verdadero de lo falso entiendo que es crítico para tales fines. Por eso, creo necesario prestar atención a lo que ya escribió, en el siglo XIX, el gran Chateaubriand en sus Memorias de ultratumba: “toda mentira repetida se convierte en verdad”. Yo no estudio para saber más, sino para ignorar menos, que decía Sor Juana Inés de la Cruz. La semana pasada tuve una experiencia personal estupenda referente a este relato, manteniendo una agradable conversación en una granja con su responsable, al tiempo que hacíamos una visita de seguimiento. Esta persona no tiene estudios superiores, pero si conocimientos superiores, además de ser un gran trabajador y buena persona nada ignominiosa. Tampoco es ningún intelectual al uso, pero si usa el intelecto, como muchas de las personas que me encuentro a ese nivel. Me decía que estamos siendo testigos en la sociedad actual del interés de algunos en hacernos más ignorantes, fanáticos, intolerantes y sectarios, en base a manipular la educación y la cultura con un exceso de información, que no de conocimientos, lo que le preocupaba como padre y trabajador, por el deterioro en la convivencia tanto de cada persona como de la sociedad en el futuro. Esta columna se la dedico a esta persona, Jaime, que me merece gran respeto, y que sin saber lo que era la palabra ignominia, la comprende y la evita en su vida, y a quien agradezco sus reflexiones. Quizás sea casualidad, pero esta granja ya alberga varias nominaciones por su eficiencia productiva.

Como antónimos de ignominia tenemos dignidad y honor. La primera es la cualidad de toda persona que se hace valer como tal ser humano, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás, y no deja que lo humillen ni degraden. Y en cuanto al honor, que decir, que no sepamos. A mí siempre me inspiró el libro de Nancy Kleinbaum y la película de El Club de los poetas muertos, el film que se desarrolla en una escuela de Vermont, que he visto más veces en mi vida, y que no deja de emocionarme- Carpe Diem – “aprovecha el momento” – vive cada instante como si fuese el último, porque tal vez lo sea. Esta frase que sale en la película es del poeta latino Horacio: “si tempus fugit, carpe diem”; es decir, si el tiempo vuela, aprovechemos el momento. A quien no haya tenido la oportunidad de ver la película se la recomiendo en positivo, y al que la haya visto, pues volvamos a verla. ¡O capitán, mi capitán! del poeta y enfermero voluntario, también conocido como el padre del verso libre, Walt Whitman dedicado a Abraham Lincoln, presidente de los EEUU, después de su asesinato en 1865. ¡Señor, si Señor!

FELIZ DÍA DEL PILAR

“Todos debemos auxiliar a nuestro prójimo, porque las buenas acciones raras veces quedan sin recompensa, y aun en el caso de no obtenerla, al menos su práctica no puede causar la muerte, ni perjuicio, ni ignominia” Ludovico Ariosto (1474-1533) Poeta italiano más notable de su siglo y autor de Orlando furioso

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