Opinión Antonio Palomo: LAWFARE

Opinión Antonio Palomo: LAWFAREOpinión Antonio Palomo: LAWFARE

Muchos hemos escuchado decir al consultor Emilio Duró que “para ser feliz debes ser buena persona”. Eso mismo lo escuché de una anciana de casi 100 años, sin estudios y con plenas facultades mentales, esta misma semana. Emilio apunta que es bueno diferenciar entre momento de felicidad puntual y lo que denomina la felicidad trascendente, que tiene que ver con el sentido de vida a largo plazo, que nos da la serenidad y la satisfacción. Creo firmemente en estas afirmaciones tanto en lo personal como en lo profesional. En nuestras granjas de porcino, que no explotaciones, en más de una ocasión tomamos medidas muy cortoplacistas, planteando planes de manejo, sanitarios, nutricionales y de gestión, pensando solo en unos objetivos mensuales y/o anuales, lo que en muchos casos nos genera deficiencias estructurales, que siempre van a ir asociados a potenciar factores de riesgo que, antes o después, nos llevarán a problemas que implican incrementos en los costes de producción. Visitando una empresa la semana pasada me mostraban sus objetivos para este 2023, e incluso para el 2024, asociado a su árbol de decisiones. Estábamos muy lejos de cumplir los de este año, no tanto por haber sufrido contratiempos, sino por haberse inflado e sobrevalorado los recursos disponibles. Los del siguiente año estaban por encima del 20% de los de este, a lo que sugerí discernir entre ilusión y realidad, o entre lo esperable y lo realizable. Finalmente, creamos unos objetivos razonables y financieramente más saludables. En no pocas acciones movemos demasiados recursos económicos con un retorno residual, asumiendo riesgos que con probabilidades elevadas nos pondrán llevar a pérdidas. Tengo en mi mente una frase de mis Padres durante mi infancia: “nadie da duros a pesetas”. Y cuanto al árbol de decisiones, que era antagónico al árbol de la vida, tampoco se asemejaba mucho a la pirámide de Maslow.

 

Hablando de buenas personas, me comentaba, a modo de chascarrillo, un joven veterinario y empresario de mi tierra, que le había llamado la ministra de economía para condonarle tanto el capital como los intereses que debe a los bancos para evitar desigualdad de trato con otras comunidades. Nos preguntamos si esto tiene algo que ver con la amnistía fiscal, que no con la enmustia o ponerse mustio, ya que no tiene ningún delito judicial, o quizás que, tan solo forma parte de esa forma de colocar muros como pasó entre las dos Alemanias, crear lobbies, estómagos agradecidos que ya mencionó Aristóteles (locura del vientre) o células clientes que se denominan en fisiología. No es de extrañar que con estas políticas nuestra deuda pública suba 163 millones diariamente. Esta instrumentalización de la política sobre la Justicia y acoso a los jueces, que algún iluminado llama “cuervos con toga”, con una utilización abusiva e ilegal de las instancias judiciales, me parece de alto riesgo. Desde mí época del instituto he estado en contacto con personas que estudiaron Derecho y han dedicado su vida, en varios casos de forma muy relevante y brillante a ejercer como jueces, fiscales y abogados del Estado, con una trayectoria impecable, por lo que me provoca cierta indignación y repulsa los casos de lawfare, a los que, un día si y otro también, nos tienen acostumbrados nuestros dirigentes. Parece ser que forma parte de la guerra jurídica, donde la política ha invadido el terreno judicial sin respetar la separación de poderes base de una democracia. No soy ajeno al hecho de que, en los jueces, a quien dedico esta columna de opinión, como en cualquier profesión, y en nuestras propias granjas, tenemos desde el nacimiento lechones pequeños, medianos y grandes, cuya eficiencia es sobradamente conocida. El término anglosajón viene de law (ley) y warfare (guerra), el cual nació en el ámbito militar de los años 50 en Estados Unidos para describir un método de guerra asimétrica no convencional en el que la ley es usada como un medio para conseguir un objetivo militar. Hoy el Cambridge English Dictionary define lawfare como el uso de acciones legales para causar problemas a un oponente, que asociada a la definición del diccionario de Oxford que habla de acciones jurídicas emprendidas como parte de una campaña en contra de un país o grupo, me deja claro que es lo que pretenden. Me sorprende que no se distinga entre problema y solución, invasor e invadido, agresor y agredido, asesinado y asesino, como bien ponían de relieve Epi y Blas: arriba-abajo, dentro-fuera, antes-después, bien-mal.

 

Me resulta curioso que estos dirigentes que solo buscan momentos de felicidad, la suya, no tengan ningún sentimiento de culpa, o es que quizás no han leído a Dostoievski ni a Kafka, pero tampoco tengo la sensación de que les de vergüenza. A ver si es que siguen más a Rousseau, manteniéndose firmes y resistiendo, reiterando sus cargos con diabólica audacia, atrincherándose en la mentira como si su vida dependiera de ello. Fréderic Gros, profesor de pensamiento político en la Universidad Sciences Po de París, con el que estamos próximos en edad, manifiesta que las faltas de cortesía, las zafiedades y las groserías se multiplican, de forma que la reserva, el pudor, la inhibición y el escrúpulo ya no son apropiados, considerando que estamos atravesando una crisis de la vergüenza, que viene de aidós, pudor, que en la ética griega iba asociada a la contención de hacer el mal y de cometer injusticias. Y añade: “no confiaría en alguien que afirmara no haber experimentado nunca vergüenza”. A mí, personalmente me dan mucha vergüenza numerosas cosas, siendo las intervenciones de los dirigentes políticos actuales, de las que más. Prefiero a la vallisoletana Concha Velasco Varona, la eterna Chica Yeyé que, a Paquita Armengol por toda su trayectoria, quien ha fallecido en el mismo hospital en el que me salvaron la vida hace unos meses, este sábado 2 de diciembre a los 84 años. El dramaturgo francés del siglo XIX Honoré Balzac, trabajador infatigable, en su obra maestra, La comedia humana, ya mencionaba que todo el que entraba por la puerta de la modernidad estatal, liberal y capitalista debería abandonar todo sentido de la vergüenza, ya que estamos en sociedades sin honor. Lo contrario de culpable es inocente, el contrario de avergonzado es precisamente desvergonzado. Claro que, si tenemos dificultades en distinguir el adjetivo del sustantivo, quizás se le pueda dar la vuelta. Una frase que aprendí hace muchos años, y no recuerdo muy bien de quién, es una definición de la experiencia nominada como la perseverancia en el error. El pasado día 1 cumplí 24 años en la empresa en la que trabajo y de cuyas siglas me siento muy orgulloso. En algunas ocasiones también he pasado vergüenza, e incluso cometido algunos errores, que me ha servido para adquirir la experiencia profesional fraguada durante 38 años con la intención estoica de continuar aprendiendo dentro del Lawpeace, siendo peace un sustantivo que significa no solo paz, sino armonía, tranquilidad y orden público.

 

“Que la fortuna sea tu acompañante y la felicidad tu hermana. Que la vida, la dignidad y la fortuna sean siempre duraderas” – Libro de la Felicidad, 1582 Libro encargado por el sultán Murad III para su hija Fátima

 

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