La situación actual de la apicultura en España: fortalezas y debilidades
La apicultura es un sector de la ganadería con unas características que la diferencian del resto de las actividades agrarias, representando las producciones apícolas en su conjunto el 0,44 por 100 de la Producción Final Ganadera (PFG) y el 0,17 por 100 de la Producción Final Agraria (PFA).
España destaca por superar en el número de colmenas y de apicultores profesionales al resto de países de la UE.
Las fortalezas del sector apícola se concretan en: las ayudas recibidas por los Programas Nacionales Apícolas, que han contribuido a incrementar la profesionalización del sector, representado en España por las Organizaciones de Productores y por las Cooperativas Agrarias. Hay que decir que sigue siendo una ganadería ampliamente subsidiada
Otras fortalezas son: la existencia de Centros de Formación, Investigación y Servicios; la tendencia al incremento del consumo de productos naturales y orgánicos, así como la demanda de otros productos diferentes a la miel; la presencia en el mercado de mieles diferenciadas y protegidas (DOP, IGP).
Las debilidades del sector apícola son numerosas e importantes, si bien, en algunas de ellas, prevalece una opinión catastrofista frente a la realidad. Entre ellas, cabe destacar las enfermedades de las abejas, que representan un problema que está lejos de solucionarse: la contaminación en sus distintas versiones: vertidos, ambiental y fitosanitarios. Domina en el sector apícola la idea de que tienen que suprimirse los tratamientos herbicidas y fitosanitarios, sin tener en cuenta la necesidad que tiene el sector agrícola de su utilización.
Otra debilidad importante son los bajos precios que el productor recibe de los productos puestos en el mercado. El mercado es deficitario en miel en la UE y ello ocasiona alta dependencia del mercado exterior, por lo que existe una presión de mieles importadas a precios baratos. La desaparición de la Interprofesional de la miel (INTERMIEL) puede agravar el problema.
A ello hay que unir el escaso peso del sector de la apicultura dentro de la economía ganadera nacional, la falta de un mapa floral que distribuya la carga ganadera en toda la península, así como una política de asentamientos para evitar las concentraciones de colmenas en ciertos lugares. Esto ha ocasionado una disminución de la productividad por colmena y problemas entre apicultores estantes y trashumantes, y la falta de relevo generacional, si bien últimamente, debido a causas externas al sector, se están incorporando personas jóvenes.
Tampoco se puede dejar de mencionar en el capítulo de las debilidades los escasos recursos dedicados a la investigación en apicultura, la excesiva tendencia del productor a producir solo miel (solo el 1,3 por ciento de las explotaciones apícolas están clasificadas como de polinización), así como la escasa tecnificación de los productores y, no por último, el desconocimiento de los productos apícolas a nivel del consumidor.
En resumen, una vez mencionadas las principales fortalezas y debilidades, se puede afirmar que en España el sector apícola está consolidado, por lo que se debe profundizar y mejorar en los objetivos y medidas del Programa Nacional Apícola; además, se deben implementar otras estrategias tales como estimular la formación de las generaciones de relevo, mediante programas de difusión y enseñanza que muestren, además, el aspecto lucrativo y rentable de la apicultura; incentivar el aumento del número de apicultores profesionales a través de cursos, demostraciones de campo, charlas y conferencias; promocionar y apoyar los criaderos de reinas.
Para aumentar los niveles de producción es imprescindible intensificar los programas de selección y mejora genética de la Apis mellifera ibériensis.
A pesar de todo, se puede decir que la apicultura tiene condiciones para que una explotación pueda ser viable hoy día y en el futuro, siempre y cuando se apliquen medidas correctoras a las debilidades que hoy presenta el sector.
Jesús Llorente
Ingeniero Técnico Agrícola.
Doctor en Veterinaria.