La problemática real de las parasitosis en gallinas ponedoras alojadas en sistemas alternativos

Con el paso de las jaulas a los sistemas alternativos se ha producido un cambio de escenario en el sector de las gallinas ponedoras, tanto a nivel productivo como nutricional y sanitario. En estas condiciones, se abre o, mejor dicho, se reabre la puerta a las parasitosis.

Agentes que habían ido casi desapareciendo en los sistemas de producción de las gallinas ponedoras por tener limitados su ciclo biológico y transmisión, ahora vuelven a estar presentes. Aunque algunos nunca se fueron y siempre han estado presentes, como Dermanyssus gallinae, por ejemplo.

Con este nuevo escenario, las gallinas tienen un contacto más estrecho con sus heces, los ciclos biológicos directos se cierran con mayor facilidad y los hospedadores intermediarios y/o paraténicos de los parásitos de ciclos biológicos indirectos tienen mayor posibilidad de encuentro con las aves. En este nuevo contexto se deben conocer las amenazas, con el fin de establecer todas las medidas posibles y evitar así la entrada de los parásitos a la explotación. El repertorio de agentes es muy amplio, estando implicados desde protozoos, como los coccidios, hasta los artrópodos ectoparásitos y vectores de otros agentes.

Los coccidios, con diversas especies del género Eimeria, causan importantes pérdidas económicas anualmente. Éstas se deben tanto a la mortalidad como a la disminución en el rendimiento. Eimeria supone una gran amenaza para las gallinas con los sistemas alternativos de suelo, debido a que el protozoo presenta un ciclo biológico directo fecal-oral. El ave se infecta cuando ingiere ooquistes esporulados, que tardan en ser infectivos entre 7h y 38h (50% de los ooquistes), según la especie. La medida preventiva sería impedir que los éstos llegaran a esporular en la explotación, retirando las heces previamente.

La parasitación con cestodos va a depender directamente de la presencia del hospedador intermediario (Raillietina, escarabajos y moscas; Davainea, gasterópodos; Hymenolepis, crustáceos; Choanotaenia, escarbajos y moscas; Amoebotaenia, lombrices de tierra). La prevalencia de estos parásitos es menor que la de los nematodos, según algunos estudios. La prevención se centrará en evitar la entrada de hospedadores intermediarios en la explotación, mediante un adecuado programa de bioseguridad.

Los nematodos como Ascaridia galli o Heterakis gallinarum no suponen un problema cuando las gallinas se alojan en jaulas, pero, al situarse sobre el suelo, los ciclos biológicos de ambos se cierran, especialmente si está presente el hospedador paraténico, la lombriz de tierra. Estos parásitos pueden ocasionar pérdidas en la condición corporal, incluyendo pérdida de peso y lesiones en el intestino. La retirada de heces frecuentemente para que no se desarrolle la fase infectante, sería una medida preventiva eficaz.

Con los sistemas alternativos de alojamiento de ponedoras hay algunos ectoparásitos, como Dermanyssus o el ácaro de la sarna de las patas (Knemidocoptes mutans), que ven facilitada su entrada, así como el contacto con los animales.

En conclusión, la tendencia a alojar a las ponedoras en el suelo, favorece la presencia tanto de endopararasitosis como de ectoparásitos. Las medidas preventivas se deben centrar en evitar la entrada de los parásitos, controlando la recepción de nuevos animales, así como el acceso de insectos y posibles hospedadores intermediarios, y retirando frecuentemente la cama para evitar que se desarrolle la forma infectante.

 

Jesús Cardells Peris

Profesor Facultad Veterinaria – CEU Valencia. Departamento Producción y Sanidad Animal Veterinaria y Ciencia y Tecnología de los Alimentos.

Magdalena Garijo Toledo

Profesora Facultad Veterinaria.

CEU Valencia