1. El principal motivo de fracaso puede ser la aplicación de medidas de control no específicas ni adaptadas a la especie de garrapata ni las condiciones ambientales. Si, obviamente, hay diferencias de manejo entre ovino de carne y leche, siendo la misma especie, ¿cómo es posible que un mismo protocolo pueda controlar las alrededor de 900 especies de garrapatas descritas? Lo ideal es aplicar métodos adaptados a cada especie concreta a controlar.
2. La utilización sistemática del mismo producto y/o la subdosificación del mismo no cumplirá su cometido y, fuera de constituir un ahorro, facilitará la aparición de resistencias en un futuro próximo. Debería haber una rotación de productos eficaces y a la dosis correcta.
3. Aprovechar el manejo por otros motivos, como la vacunación, para desparasitar frente a garrapatas puede ser un gran error si no coincide con el momento idóneo y puede nuevamente ser motivo de desarrollo de resistencias. Los tratamientos frente a garrapatas deberían programarse específicamente en los momentos idóneos y adecuados para garantizar su máxima actividad.
4. A pesar del desembolso económico que supone el tratamiento, no suelen contrastarse resultados, asumiendo su eficacia o fallo en función de sensaciones o apreciaciones subjetivas. Sería importante un seguimiento más concreto de la eficacia para determinar si tanto el producto como el método de aplicación están cumpliendo las expectativas esperadas.
5. La mayoría de las especies y estadíos (larva-ninfa-adulto) de garrapatas se alimentan sobre distintas especies de animales según el momento del ciclo, y permanecen largos periodos de tiempo en la vegetación.  Por ejemplo, el control de la parasitación en ovino afecta exclusivamente a una parte mínima del ciclo, quedando preservada una reserva de parásitos en el entorno que serán su fuente de infestación.  Es necesario conocer la actividad de la/s especie/s concreta/s de la zona y establecer medidas específicas en el momento y lugar que corresponda.
6. Aunque los productos químicos son una herramienta muy útil, su utilización exclusiva no garantiza el éxito del control de las garrapatas. Sería necesario compaginar los tratamientos químicos con actuaciones de manejo.

Proponemos un método racional e integrado, específico para la zona y la especie de garrapata a controlar, con varias acciones a lo largo del año que compaginan desparasitaciones de los animales junto a actuaciones en el medio (desbrozado, limpieza de monte…) y sobre otros posibles hospedadores.

Las medidas de actuación frente a garrapatas no deben realizarse únicamente sobre animales. Este sistema de aplicación con ultra-bajo-volumen puede reducir la población de garrapatas en el suelo entre un 60 y un 100% si se aplica en el momento adecuado.

Aunque la eliminación total de garrapatas es inviable y, posiblemente, contraproducente, el control integrado y específico permite mantener la parasitación dentro de niveles tolerables.