La PAC y el límite de ayuda por explotación

Como es sabido, la PAC es una de las políticas más antiguas de la hoy Unión Europea. Está vigente desde el año 1962 y es la segunda que más partida del presupuesto comunitario se lleva (más del 40 por 100), por detrás de la política dedicada a fomentar el crecimiento y el empleo.

Así, cuenta con un presupuesto anual aproximado de unos 59.000 millones de euros y busca reforzar la competitividad y la viabilidad de la agricultura en Europa, a través de tres líneas fundamentales: los pagos directos, las medidas de mercado y los programas de desarrollo rural.

Ahora la “nueva PAC” está a debate y resulta que la consulta pública lanzada en febrero a agricultores y otras partes interesadas acerca de la misma ha recibido más de 320.000 respuestas, principalmente de particulares. Previsiblemente, la propuesta mantendrá la estructura actual.

En este contexto, cuando se espera una propuesta legislativa antes del próximo verano, todo parece indicar que la Comisión Europea propondrá que se considere un límite máximo de las ayudas por explotación, así como un «mejor» reparto de las mismas entre los Estados (¿27?) de la Unión Europea (U.E). Se habla de a un posible techo máximo de ayudas de entre los 60.000 y los 100.000 euros por explotación.

Es decir, se plantea para los Estados «un techo máximo obligatorio» y no voluntario, como ha sido el caso hasta ahora, «de los pagos directos que tenga en cuenta el empleo para evitar efectos negativos en el trabajo». Paralelamente, se introduce la posibilidad de pagos «decrecientes», en función del tamaño de las explotaciones, como un sistema para reducir el apoyo a las más grandes y promover un reparto «más equitativo”.

Por ello, se estudiarán «nuevas fórmulas» para lograr un reparto de los pagos «más efectivo, y un apoyo más justo a los agricultores» (“generando un nivel de vida justo para los agricultores, preservando el medio ambiente y luchando contra el cambio climático»). Se busca que la distribución de las ayudas sea justa y cita que, en el reparto del año 2015, un 20 por 100 de los agricultores recibieron alrededor del 80 por 100 del dinero procedente de los pagos directos.

Aunque aún no se han presentado números concretos, a la espera de que se planee el nuevo Marco Financiero Plurianual (MFF), en mayo de 2018, la idea es tener una PAC «fuerte», pero también «más simple y más flexible», más centrada en «retos concretos para asegurar un nivel de vida justo para los agricultores, preservando el medio ambiente y luchando contra el cambio climático”.

En la presentación de la propuesta, el Comisario de Agricultura, el Sr. Hogan, afirmó que, “por ahora, no podemos hablar de números. Las propuestas existentes serán evaluadas y son los Estados de la Unión los que voluntariamente decidirán si las quieren poner en marcha de manera obligatoria o voluntaria; trabajaremos con los colegisladores para garantizar una equidad en los pagos».

Por otra parte, todo parece apuntar a que la futura PAC otorgará, como ya se ha mencionado, más atención al medio ambiente y a la agricultura sostenible; con una modificación del sistema del «greening» implementado en la pasada reforma; con un sistema con objetivos obligatorio.

También buscará fomentar el uso de las tecnologías modernas y el apoyo a los jóvenes agricultores, planteándose la creación de una plataforma europea de gestión de riesgos para ayudar al sector a hacer frente a las adversidades del clima y la volatilidad de los mercados, entre otros.