La osadía del desconocimiento, ¡qué peligro!

Se ha destapado en España, una vez más, en el ámbito de la producción pecuaria (es una cuestión claramente cíclica) la “caja de las sandeces comunicativas”.

En esta ocasión, bajo el lema “todo vale con tal de conseguir audiencia y/o lectores” (es decir, dinero fácil, por vía directa o indirecta, y/o “popularidad” y/o “reconocimiento mediático”, especialmente por parte del colectivo de los ignorantes y de los desinformados).

Pero, a diferencia de otras veces, en esta oportunidad, se está utilizando a conciencia “toda la artillería del mundo mundial”; léase, por ejemplo, las redes sociales, la prensa, la radio, la televisión, etc.

Es así como, en estos últimos días, tenemos la maravillosa oportunidad de leer, ver o escuchar estupideces técnicas del calibre de que “la familia Roig (la del empresario valenciano) se hizo, en tiempos de la dictadura “multimillonaria” mandando cerdos moribundos desde Valencia a Guinea Ecuatorial con destino al consumo humano”; que “la empresa “El Pozo” utiliza porcinos moribundos y caníbales para elaborar en su propia factoría productos cárnicos” o que “la ministra miente” (cuando desmiente al showman).

Pero lo más delirante es que, según el mencionado showman Évole, el propietario de la granja donde se grabó el reportaje de marras ha asegurado que los cerdos referenciados en su programa “son aptos para el consumo”. Además, cerdos de las granjas que conforman el entramado empresarial de este grupo “tienen cáncer”.

¿Es posible superar tanta ignorancia? Hablo de ignorancia para no hablar de “mala fe” o mentar supuestos o posibles intereses comerciales de estos “comunicadores” tan osados como ignorantes.

Pues si…es posible.

En efecto, en la Jornada Técnica organizada magníficamente el viernes pasado por AVIALTER (la Asociación Profesional de la Avicultura Alternativa) para la ERPA (las siglas inglesas de la Asociación Europea de Aves Rurales), donde mi amigo don José Carlos Terraz fue elegido Presidente de la misma (European Rural Poultry Association), una ponente, la señora Elena Nalon, miembro del “Eurogrups for animals, disertó acerca de “Mejores vidas para las aves; una prioridad para Europa”

Y es curioso que tenga la osadía de fijar nada menos que una “prioridad de Europa”; una prioridad, según ella, donde se apuesta, en una primera etapa (de las 5 que tiene en su programa), por una significativa disminución del consumo de proteína animal.

Cabe deducir, o al menos así lo interpreto yo (coincidiendo con varios de los asistentes al evento con los que hablé en el cóctel posterior) basándome en las manifestaciones de la ponente durante el coloquio, sobre todo, a raíz de la respuesta dada a una inteligente pregunta formulada por el Dr. Ricardo Cepero, que la quinta etapa puede tener como objetivo llegar a convertir a la mayoría de los ciudadanos europeos en veganos o, al menos, en vegetarianos.

Ni que decir tiene que el representante de la asociación ANDA (Asociación Nacional de Defensa de los Animales) apoyó sin fisuras a la ponente. ANDA, dicho sea de paso, presentó la marca de calidad “ANDA bienestar animal”; esta marca, no se lo pierdan, pretende ser un aval para la comercialización de huevos procedentes de “gallinas que disfrutan de un estatus superior de bienestar animal” (léase “bienestar superior a las normas generales”).

Paralelamente, el secretario general de Podemos Castilla y León, el señor Pablo Fernández, se permite afirmar que “los proyectos de macrogranjas de porcino previstos en la provincia de Zamora, ÚNICAMENTE van a dejar miseria y residuos y van a lastrar y a perjudicar a las explotaciones familiares” (sic).

Cuando me paro a pensar con un poco de calma y serenidad en todo este cúmulo de enormes despropósitos y de grandes “pazguateces” (y lo que he expuesto solo es la punta del iceberg actualmente existente en el mundo de la “comunicación social” en el ámbito pecuario) no puedo por menos que asombrarme profundamente.

Por una parte, me asombra cuanta ignorancia técnica hay, por parte de algunos pseudocomunicadores (que, además, en el marco de sus desvaríos incluso se llegan a creer influencers) acerca de nuestro mundo pecuario (no quiero ni pensar que sea mala fe o maldad). Por otra, no puede dejar de sorprenderme la enorme cantidad de errores que genera la mencionada supina ignorancia.

Finalmente, y en definitiva, llego a la conclusión de lo peligroso que puede llegar a ser, para la propia humanidad, la deriva a la que pretende someter a la producción animal el binomio formado por  “un profundo desconocimiento y una osadía sin límites”.

Sencillamente: ¡muy, muy penoso y realmente terrible!

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.