La guerra comercial entre EE.UU. y China aumenta la volatilidad de la soja
Don Patricio Lagger, que es el responsable de los Análisis de Mercados en BLD S.A. y Docente de Agroeducación ha publicado un muy interesante trabajo sobre la soja y su volatilidad a consecuencia de esta guerra comercial.
Según el señor Lagger, en estos últimos tiempos, los mercados de commodities agrícolas se han visto sacudidos por las noticias procedentes de China respecto de una posible imposición de aranceles a las importaciones estadounidenses de varios productos, entre ellos, la soja y el maíz.
Esta medida surge como respuesta a la amenaza previa del Presidente de EE.UU., el señor Trump, de poner aranceles a las importaciones norteamericanas de 1.300 productos de origen Chino, con lo cual estamos, evidentemente, a las puertas de una guerra comercial de consecuencias difícilmente evaluables entre las dos principales potencias económicas mundiales.
En lo que respecta al mercado de soja, la medida generó un incremento notable en la volatilidad, viendo los precios en Chicago operar en un rango de 70 centavos de bushel a lo largo de la semana, equivalentes a 25 dólares/tonelada. La reacción, de acuerdo con el mencionado analista, es lógica si entendemos que China representa nada menos que el 65 por 100 de las importaciones mundiales de soja, mientras que EE.UU. es el segundo exportador mundial, con el 40 por 100 de la oferta actualmente exportable. Concretamente, de los casi 100 millones de toneladas que puede importar China durante la campaña, la oferta exportable se repartiría básicamente entre Brasil, EE.UU. y Argentina, que pueden aportar respectivamente 70, 56 y 4 millones de toneladas aproximadamente. Es decir, es evidente que China no puede prescindir de la soja estadounidense.
La reacción inmediata de esta medida fue una caída brusca en los precios de Chicago, acompañada de una mejora en las primas FOB sobre Brasil, siendo que ese destino se vuelve relativamente más conveniente para los compradores chinos.
Lamentablemente, como indica el señor Lagger, los agricultores argentinos no estarán en condiciones de aprovechar una eventual ventana de exportación a China ya que, debido a la sequía que azotó a aquel país durante el verano, la estimación de cosecha pasó, en pocos meses, de 54 millones de toneladas a sólo 38 millones de toneladas. Ello significa que ha quedado muy mermado el programa de exportación a apenas unas 4- 5 millones de toneladas.
La poca soja que se levante este año seguramente irá a parar a las manos de la industria del crushing, que hoy cuenta con un margen teórico para pagar hasta 315 dólares USA/ ton mientras que la exportación no podría pagar más de 305 dólares USA/ton. Este diferencial a favor de las fábricas dificulta que Argentina pueda exportar unas 8 o 9 millones de toneladas como se preveía inicialmente.
Además, lo interesante a destacar es que los precios argentinos locales se han mantenido firmes a lo largo de toda la semana, mostrando que, además de la expectativa de una menor oferta, los precios relativos de Argentina y Brasil mejoran frente al mercado de Chicago ante este potencial conflicto (actualmente se están viendo que la soja argentina está cara y en Chicago barata).
Por otro lado, se está empezando a jugar el partido de la soja en EE.UU. con un primer dato de estimación de siembra que sorprendió al mercado, ya que se esperaba una intención de siembra 800 mil hectáreas más que los 36 millones de hectáreas informadas por el USDA. Esto, sumado al clima en EE.UU. serán los drivers por venir en el mercado que va tomando volatilidad. La situación hídrica de los suelos muestra algún déficit en los estados de Iowa y Missouri, otro factor a seguir.
La interesante conclusión a la que llega el señor Lagger es que el escenario actual invita a aferrarse a la soja en un mercado argentino firme que subió incluso con caídas en Chicago, donde la soja para fin de año sobre Rosario se paga a 335 dólares USA/ton, con una rentabilidad de un 10 por 100 anual en dólares respecto a la venta disponible.
Para la mercadería que se pueda guardar, la mejor alternativa es tomar un PUT sobre Matba Noviembre y esperar el devenir de un mercado ajustado. Por otro lado, aquellos más afectados por la merma de rinde con necesidad de entregar en cosecha el grueso de la cosecha, puede armar estrategias flexibles cubriendo con CALLs sobre Soja Chicago, a la espera de un mercado climático.
Éste se puede considerar sólo uno de los múltiples “efectos dominó” que tendrá, a corto – medio plazo, la mencionada guerra comercial entre los dos gigantes; efectos que, sin duda, afectarán a la Unión Europea y, por ende a España.