La bebida vegetal procedente de la soja NO ES LECHE

Al igual que sucede en otros casos, algunos de los cuales he denunciado en este mismo foro, hay una serie de conceptos que están totalmente confundidos, no solo por el público en general sino también por algunos profesionales y, lo que es mucho más grave, por un notable número de docentes (que parecen empeñados en llevar a la clase discente al error conceptual).

Tal es el caso, por ejemplo, de la fertilidad, de la fecundidad y de  la prolificidad o del ovocito y del óvulo (que desemboca en la utilización y docencia del término ovulación en lugar del de ovocitación), etc. etc.

En este sentido, llevo más de 45 años (sí, cuarenta y cinco) clamando por el uso reiteradamente inadecuado e infringiendo la normativa, de la palabra “LECHE”.

Llevo todos estos años, como lo pueden corroborar mis exalumnos, explicando, en base a la definición del CODEX ALIMENTARIUS, que en el ámbito de la producción animal la LECHE es el producto íntegro, no alterado ni modificado,  sin calostros, procedente de un ordeño higiénico, completo e ininterrumpido, efectuado adecuadamente en una mamífera (hembra lechera) sana, bien alimentada y no fatigada añadiendo que cuando se utiliza la palabra LECHE, sin especificar la especie, se refiere a la leche de vaca.

Por lo tanto, NO SE PUEDE HABLAR, por ejemplo, DE LECHE AVENA,  DE LECHE DE ALMENDRA, DE LECHE DE NUECES, DE LECHE DE ARROZ o DE LECHE DE SOJA, porque los PRODUCTOS VEGETALES NO SON LECHE.

Finalmente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) me ha dado la razón (nunca es tarde si la dicha es buena) porque ha dictado sentencia PROHIBIENDO el uso de términos tales como “Leche “o Mantequilla” para los productos vegetales. La sentencia del TJUE ha resuelto así una demanda presentada por la asociación alemana «Verband Sozialer Wettbewerb» contra la empresa «Tofutown», especializada en productos vegetales sustitutivos de lácteos, en la que le acusaba de utilizar publicidad que infringía la normativa de la Unión sobre las denominaciones de la leche y de los productos lácteos.

Así pues, por continuar con el ejemplo, LA BEBIDA VEGETAL PROCEDENTE DE LA SOJA NO HA SIDO NUNCA LECHE, NO LO ES Y NO LO SERÁ. Su elaboración se inicia, tanto en el método chino como en el japonés, con la limpieza de posibles impurezas y el descascarillado del haba de soja, obteniéndose el grano que se somete a remojo en agua, a molienda y a la separación del okara para posteriormente desactivarse (el producto contiene enzimas que hay que desactivar: la Lipoxigenasa y Las Inhibidoras de Tripsina), desodorizarle, adicionarle otros productos, someterle a un proceso térmico, etc.  ¿dónde está aquí la hembra mamífera?

Ya sé que en toda esta compleja temática hay mucha ignorancia (e incluyo aquí a muchos profesionales incluyendo a algunos pertenecientes a la clase médica); muchos intereses implicados (no todos confesables) y que también hay en juego mucho dinero; en mi opinión, esta es una de las principales razones por las que se está gastando, desde hace años, tanta tinta, muchas veces de forma técnicamente inadecuada e, incluso, errónea o falsa, para alabar y promocionar a estos productos (que obviamente, nadie lo discute, tienen sus virtudes y, lógicamente, como todos, sus defectos).

A ver si, de una vez por todas, somos capaces de definir cada cosa correctamente y la llamamos por el nombre que le corresponde, dejando de crear confusión y degenerar errores, algunos realmente graves, en el ámbito social en general (incluyendo, por supuesto, en nuestros alumnos) y, en este caso de la leche, en los consumidores.

Por cierto, a ver si retiran definitivamente de los bares de mi muy querida Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas el letrero: “hay leche de soja” (como dice aquel viejo adagio: en casa del herrero…cuchillo de palo).

 

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.