La base animal que viene en la ganadería (apicultura)

Estoy colaborando activamente en un curso de Especialidad Formativa de Certificado de Profesionalidad que se está impartiendo, con el apoyo de la UPM y de la ETSIAAB, para formar especialistas en apicultura. Probablemente, uno de los temas que ha despertado hasta el momento más disparidad de opiniones ha sido el dedicado a la ingeniera genética (la cual, como toda técnica, puede ser manejada de forma correcta, dando lugar a importantes beneficios para la sociedad, o de forma incorrecta, lo cual generaría consecuencias inadecuadas e indeseables con alta probabilidad).

Evidentemente, el riesgo cero no existe y ésta es una cuestión que hay que asumir, como se asume cuando se presenta un “accidente o incidente” de “forma absolutamente natural” sin intervención de la ingeniería genética (recuerdo aquí, por ejemplo,  un caso del denominado “parásito gemelo” que ha afectado al pequeño XIAO FEI que nació con 3 piernas, un caso que sucede cada millón de nacimientos, y que a los 11 meses ha tenido que ser sometido a una complicadísima operación consistente en amputar la pierna que se encontraba en medio de las otras dos y, al mismo tiempo, trasplantar dicho pie a su pierna derecha).

En mi opinión, con la aplicación de la ingeniería genética a la base animal zootécnica que conforman los animales de renta (y aquí se incluyen las abejas en su producción empresarial) la biotecnología alcanza una nueva dimensión cuyos límites todavía no se conocen, pero que, sin duda alguna, afectan y afectarán tanto a los sistemas como a las técnicas de producción.

No hay que olvidar que con estas técnicas es posible aislar genes específicos de un organismo y transferirlo a otro, dando lugar así los que popularmente se conocen como Organismos Genéticamente Modificados (OGM´s). Estos OGM´s se desarrollan con la finalidad de generar unas nuevas capacidades en el organismo receptor que residen en el material genético transferido; por lo tanto, se trata de “OGM´s útiles” para la humanidad.

Estos OGM ´s, como tantas veces he explicado en mis clases y conferencias, son sencillamente “seres vivos absolutamente naturales” que no inciden per se negativamente en el medio ambiente ni en la salud humana o animal ni en la biodiversidad, si se manejan adecuadamente.

No se olvide ni minusvalore el hecho de que, en ocasiones, también hay incidencias negativas en la naturaleza con bases animales “no OGM”. Tenemos cientos de casos.

Pensemos, por ejemplo, en el ámbito apícola, en los muy negativos “efectos naturales” de la actuación de las “especies colonizadoras no OGM”. Son los casos de la avispa alfarera (Ancistrocerus antílope) o de la avispa lobo de las abejas (Philanthus triangulum ssp. Abdelcader) o de las mismas “abejas africanizadas” que son híbridos procedentes del cruzamiento de la subespecie natural africana (Apis mellifera scutellata) con abejas domésticas pertenecientes a varias subespecies de Apis mellifera.

En el contexto zootécnico, el objetivo fundamental en la creación de los “OGM´s útiles” es la de aumentar la eficiencia y la eficacia productivas de la base animal y, a la vez, la de ayudar resolver problemas en diversos sectores (por ejemplo, reduciendo la generación de subproductos y residuos por unidad productiva generada).

En definitiva, formémonos e informémonos y dejemos de desprestigiar, criticar y “demonizar” a los OGM´s.

Bien es cierto que a la humanidad no le suele ser fácil aceptar los avances científicos; tardamos algo así como 20 siglos (desde el texto hindú Surva Siddhanta hasta los siglos XVI y XVII, con Copérnico y Galileo) en aceptar que la tierra era esférica. Pero aun hoy, año 2018, hay un canal de Youtube, que tiene más de 88.000 suscriptores y está en pleno crecimiento, dedicado a defender que la Tierra es plana. Es más, los días 9 y 10 de noviembre de 2017 se celebró en Carolina del Norte la primera “Flat Earth International Conference” (sic).

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.